Capítulo 4

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El puto castillo de Hogwarts

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El puto castillo de Hogwarts.

Es lo primero que pienso cuándo veo la enorme construcción que se ciñe sobre nosotros, mientras Zev conduce por el camino privado que lleva al castillo, ralentiza la velocidad para que podamos apreciar la enorme construcción de piedra antigua. Nunca he visto nada más increíble en mi vida. El ladrillo gris y las ventanas blancas y modernas, los balcones que resaltan, este lugar claramente ha sido remodelado y ha abrazado la arquitectura moderna haciendo lucir este lugar tan increíble que siento que me ha robado el aliento.

Quizás exagere un poco y no es como el castillo de Hogwarts, pero oye, en mi imaginación mientras leía los libros, lucia exactamente igual. No me juzgues.

— ¿Quieres explicarme otra vez porqué la boda es en un puto castillo en Escocia? ¿Acaso eres de la realeza o algo así y no me lo dijiste? —pregunto. El auto se desliza por el camino de grava rodeado por el basto jardín verde y bien cuidado que se expande más allá de donde mis ojos pueden ver.

— Mi familia no, pero la novia de mi hermano al parecer procede de una línea de sangre real, y quiere su boda todo cuento de hadas y esa mierda. Creo que el castillo es de su familia, o algo así. Mi familia estuvo de acuerdo con esta mierda, así que aquí estamos.

— Puedo entender eso. —digo echando otro vistazo a la majestuosa construcción. Con cada metro que avanzamos parece hacerse más enorme e imposiblemente maravillosa. — Mierda, esto es realmente increíble, no puedo creer que este aquí.

— Gracias por hacer esto. No puedo agradecerte lo suficiente, estoy seguro. —la mirada de Zev es de total gratitud.

— Te debo una, ¿no? Además esto no es lo peor del mundo. Un viaje gratis a Escocia durante una semana todo incluido. Hummm... no entiendo como dije que no al principio. —recapacito.

Zev sonríe y estaciona el auto alquilado en el aparcamiento del lugar. Por alguna razón, está bastante lleno. Así que supongo que somos de los últimos en llegar. Él apaga el motor, sin embargo se queda ahí, con las manos envueltas en el volante hasta que los nudillos comienzan a volverse blancos.

— ¿Estás bien? —pregunto.

— Sí. Sólo disfrutando la calma antes de la tormenta, supongo.

— Oh, vamos. No puede ser tan malo, ya hiciste la parte difícil. —agregó.

— No conoces a mi familia, Julie. En cuánto lo hagas te darás cuenta que el viaje gratis y el hospedaje no vale la pena. Al menos hasta que conozcas a mi padre, el resto de ellos no son tan horribles.

— Amigo, conocí al abuelo de Chris, después de eso nada es peor. —Zev sonríe. Es porqué sabe que tengo razón, su familia puede ser un poco desagradable, pero no más desagradable que los abuelos de Chris.

— Bien, —dice soltando el cinturón de seguridad y abriendo la puerta del conductor— Vamos a saludar a todos. Volveremos más tarde por nuestras cosas. Nos dará la excusa perfecta para escapar de todos. —murmura. Asiento y bajo del auto, cuándo llegó junto a él, tomo su mano en la mía y deslizó mis dedos contra los suyos. Todo el cuerpo de Zev se tensa en un instante y detiene sus pasos. Me molesta que parezca tan sorprendido cuándo fue él quien sugirió esta estúpida idea de fingir ser novios frente a su familia y ahora no puede sostener mi mano sin tensarse, vamos a fracasar en esto tan mal.

— ¿Qué haces? —murmura bajito.

— Los novios se dan la mano —agrego un poco exasperado por su actitud— Incluso las parejas homosexuales. —hago hincapié.

— Por supuesto. —agrega en un gruñido. Y comienza a caminar nuevamente. Sin embargo no me gusta la forma en la que está actuando. Así que aprieto sus dedos contra los míos y lo arrastro fuerte contra mí para detenerlo. Sus cejas se alzan un poco sorprendido por mi arrebato.

— Corta la mierda. —advierto en silencio para que sólo él pueda escucharme.

— ¿Qué quieres decir? —pregunta como si no supiera a qué me refiero.

— Quiero decir que dejes de estar todo tenso y gruñón. Fuiste tú quien me arrastro a esta mierda gay, sólo por qué no quieres una cita con una chica linda. Así que quiero que dejes de actuar de la forma en la que lo estás haciendo ahora. Si de verdad quieres que tu familia crea que tienes un novio, debes hacerlo mejor que esto, o de lo contrario está maldita farsa se te va a caer a pedazos. Estás en un jodido castillo increíble a punto de pasar una semana con tú novio, por lo menos aparenta ser feliz o algo. ¿Estás seguro de que sabes en lo que te has metido? Vamos a tener que actuar como novios reales, no solo vas a tener que tomar mi mano. —Su mirada se abre un poco sorprendida por mi sugerencia no dicha—. Escucha, no estoy diciendo que vamos a tener la lengua en la garganta del otro, pero tendremos que tocarnos como lo haría un novio. ¿Vas a encogerte cada vez que te toque de una manera que no estás acostumbrado? —digo finalmente. La mandíbula de Zev se tensa y podría apostar que está apretando los dientes duramente.

— Lo siento. —dice después de un par de segundos. — Tienes razón. Voy a intentar hacerlo mejor. Sabes que ver a dos tipos tocándose no me hace nada. Solo recuerda que vimos a dos tipos follando en vivo cuando Harry nos arrastró a The Trouw. —dice con una sonrisa cómplice. La risa que sube por mi garganta es imposible de detener.

— ¡Mierda, lo había olvidado! —Exclamo aun riendo un poco—. Lo empuje tan lejos de mi mente que lo ignore totalmente. Eso junto la escena de Chris. —nos reímos un poco más por el recuerdo que parece ser hace tanto tiempo, pero que en realidad sucedió hace solo un par de meses.

— Bien, ahora necesito que sepas que mi problema no es el que me toques. —Frunce los labios—. El problema es esta mierda con mi familia. Suelo estar siempre tenso alrededor de ellos. Confió en ti para que me ayudes a salir del camino, ¿de acuerdo?

— De acuerdo. —sonrió. — Oh, espera, debemos ponernos de acuerdo acerca de cómo nos conocimos.

— Julie, vives conmigo. Partamos de ahí. —objeta Zev y comienza a caminar. Mi mano lo arrastra nuevamente a mí.

— No podemos simplemente decir; "vivimos juntos y nos enamoramos" —digo—. Tu familia sacara conclusiones acerca de nosotros y pensara que hemos estado follando todo este tiempo mientras estabas con Karime. —frunzo el ceño. — No soy ese tipo de hombre.

Zev suspira. Hay curiosidad gravada en su rostro.

— De acuerdo. ¿Qué te parece...? —Hace una pausa significativa, tejiendo hilos en su imaginación—. ¿Qué te parece si les decimos que estaba demasiado deprimido después de que Karime me dejo y me ayudaste a salir de ella?

— ¡Eso es horrible y espeluznante! Suena como que me aproveche de ti, imbécil. Olvida esa mierda. Serías pésimo escribiendo historias.

— ¿Oh, sí? Si eres tan jodidamente bueno, entonces enséñame.

— No tiene que ser la gran cosa, Zev. Solo algo lo suficientemente creíble y no espeluznante. Solo digamos que después de que Karime se fue, nos dimos cuenta que tenemos cosas en común que nunca vimos más allá porque tenías una relación. Entonces te diste cuenta de mi brillante personalidad y te enamoraste perdidamente de mí. Tenemos el hecho de que vivimos juntos a nuestro favor. Así que nos conocemos, ¿no es así?

— Por supuesto que te conozco. Jules Griffin quien trae a casa animales rescatados a pesar de que su compañero se lo prohíbe. No tiene alergias. Nunca bebe el café negro. Le gusta cocinar. Tiene una mascota jodidamente mimada y rechaza la oportunidad de estar en un equipo de futbol profesional, oportunidad por la que muchos tipos matarían.

— Cabrón. —Me rio y odio que sea gracioso. Lo empujo en el pecho con mi mano libre—. Yo también te conozco. Zev Aldridge, próximo estrella de la NFL. Con un título próximo en ciencias políticas y le miente a sus padres sobre su sexualidad. —sonrió triunfante. — Bien, ahora que lo tenemos, vayamos a ver a tu familia. No actúes todo raro, ¿capiche?

Zev ríe disimuladamente por mi elección de palabras.

— ¿Capiche? —Repito en un tono estricto.

Después de un latido, libera una respiración derrotada.

— Capiche.

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