Comieron los alimentos entre besos, conversación, risas. Un ambiente perdido del quehacer del resto del Golondrina. Un universo paralelo donde sólo existían ellos dos y sus corazones latiendo como uno solo.
Jimin le contó sobre su trabajo, sus sueños, la felicidad que sentía por ser bailarín y, de lo emocionado que estaba por ser escogido para representar el cisne negro. Jungkook lo escuchaba atentamente, sonriendo al verlo feliz.
Jimin comió tantas frambuesas, que Jungkook le cortaba para darle luego en su boca, que Jimin temía agarrar una severa indigestión. ¿Pero como podía resistirse a las frambuesas o a los besos de Jungkook con sabor a ellas? Imposible. Prefería indigestarse a privarse de ese dulce y sensual momento.
El sol empezó a esconderse entre el ramaje y Jungkook supo qué era hora de marchar. Se habría quedado con su princeso la vida entera allí, sí hubiera sido una opción. Pero no lo era.
Ya de vuelta, después de haber ido por la camioneta, con sus manos entrelazadas mientras Jungkook conducía con una mano , Jimin se acordó de algo.
- ¡Por Dios, Jungkook! No le he avisado aún a Jane que nos vamos mañana.
- No te preocupes, iremos ahora- Jungkook le indicó que le marcara a Ma'Elena para avisarle - no quiero tenerla preocupada.
Jimin asintió y habló con su tía explicándole que se retrasarían un poco en llegar. Jungkook cambió el rumbo y tomó el camino al pueblo. Cuando llegaron adonde se estaba alojando Jane, Jungkook se aparcó y bajaron.
La misma Jane les abrió la puerta sorprendida de verlos.
- Pasen - Jane se apartó de la puerta para dejarlos entrar- estoy sola. ¿Pasa algo? - preguntó ya sin poderse aguantar.
- Sí - dijo Jimin, tomando asiento en la salita junto a Jungkook.
- ¿Te arrepentiste? ¿No iré contigo a Seúl?
Jimin sonrió al ver su cara de decepción.
- No, al contrario - Jimin le tomó la mano - el viaje se adelantó. Nos vamos mañana por la tarde.
El grito de Jane casi los deja con sordera.
-¿Mañana? _ chilló sin poder salir de su asombro.
-Sí, mañana. Así que debes estar preparada.
- Lo estaré - dijo Jane sonriendo como Jimin nunca la había visto hacerlo - contaba los días para nuestra partida. ¿Mañana? ¡Dios mío, mañana!
Jungkook sonrió al ver la felicidad de la negra. Por lo menos ella lo era.
- Pasaremos por ti- le dijo Jungkook, y volteó a mirar a Jimin-¿a que hora?
- Tenemos pasaje a las ocho de la tarde.
Jungkook asintió.
- A la seis, Negra, a esa hora debes estar lista- le confirmó Jungkook.
Después de conversar un rato con ella se fueron de regreso a la casona. Jimin notó a Jungkook más silencioso. Temía preguntarle el motivo, porque el lo intuía. La visita a Jane les hizo salir de la burbuja en qué habían estado sumergidos la tarde entera, los hizo aterrizar bruscamente en la realidad. Ya no quedaba nada para la despedida de él más hermoso verano y el más hermoso hombre que alguna vez soñó conocer. Sabía que a pesar de demostrar que podía con la separación, Jungkook sufriría. Él también lo haría.
La Sra Elena los esperaba para cenar. Ninguno de los dos tenía mucha hambre, pero de igual manera compartieron la cena con ella.
- Tú padre llamó - le comunicó la Sra Elena - Él mismo te estará esperando cuándo aterrizes en Seúl.
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Estrella fugaz
FanficPark Jimin es un bailarín caprichoso y muy voluble, razón por la cual sus padres deciden mandarlo por la temporada de verano a casa de su tía solterona que es dueña de un fundo en el campo. El objetivo de sus padres es que aprenda a valorar lo que t...