Capítulo Final

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Al día siguientente partieron inmediatamente. Los padres de Jimin no lograron retenerlos en Seúl. Jungkook tenía responsabilidades y también estaba preocupado por Ma'Elena. Y Jimin no quería despegarse de él. Al final sus padres resignados los llevaron al aeropuerto. Se despidieron prometiendo volver pronto con Ma'Elena y Rosita.

Ma'Elena lloró cuando los vio llegar. Rosita daba saltitos y sus ojitos brillaban al ver a Jimin y su Kokie juntos. Por fin sus fantasías de conocer una pareja Bl, se le hacía realidad. Jimin se sentía en casa. Había vuelto al lugar donde construiría su hogar y una vida junto al hombre que amaba.

Jimin iba a ir a dejar sus maletas, unas nuevas, ya que la anterior terminó en la basura, cuando Jungkook lo detuvo.

-Déjalas aquí por el momento, princeso. Tengo algo que quiero mostrarte- Jungkook lo tomó de la mano. Ma'Elena y Rosita se miraban sonriendo con complicidad, mientras Jungkook llevaba afuera a Jimin.

-¿Cree que le gustara la sorpresa, Ma'?

-Creo que si - dijo la Sra Elena sonriendo.

Jimin vio una nueva construcción pegada al lado de la casona de su tía. Una hermosa casita con un porche, pintada de color blanco y azul cielo. Fragantes matas de lavanda y rosas crecían bellamente alrededor de ella.

-¿Te gusta? - Jungkook lo abrazó.

- Si, es hermosa, Jungkook. ¿De quien es? No estaba cuando vine...

-Tuya, princeso. Es nuestro nido, si tu quieres. Es mi regalo de bienvenida.

Jimin se  volvió para mirarlo. Se seguía preguntando como era posible que un hombre como Jungkook existiera y que además lo amara. Lo abrazó tan fuertemente como sus brazos podían, besando sus mejillas y nariz.

-¿Es nuestra? ¿Es el hogar que construiste para mí? ¿Para nosotros? - a Jimin le temblaba la voz de pura emoción, sentía las lágrimas a punto de saltar.

-Si, princeso. Nuestro- Jungkook sonrió - claro que tuve algo de ayuda. Yoongi, Ma'Elena, Rosita...

Jimin no lo dejó terminar lo arrastró con él al interior. Era como un niño en navidad a punto de desenvolver sus regalos. Jungkook era su propio papá Noel dándole una navidad adelantada. Y el regalo, lo que ello significaba, era lejos el mejor de todos los que había recibido.

Jungkook sólo reía tras él al ver su entusiasmo y alegría al recorrer cada rincón de su hermosa casa. Tocaba todo. Olía todo. Jungkook se prometió en ese momento dar todo para verlo sonreír siempre de esa manera. Viviría con el sólo objetivo de que esa hermosa sonrisa nunca se extinguiera .

Cuando llegaron al cuarto que sería su habitación, Jimin chilló y lo abrazó. Tenía un ventanal gigante por donde entraba a raudales la luz del sol. Unos cojines de color lavanda estaban distribuidos a la orilla de ella. Unas simples cortinas blancas daban el toque perfecto. La cama era grande, con una colcha sencilla de color crudo y a los pies un chal tejido de color pastel.

-¿Te gusta, princeso? - preguntó Jungkook tomando su mano y llevándola a sus labios.

-Es hermosa - dijo Jimin.

- No deje a nadie intervenir aquí. Por eso todo es en colores blancos. Quería que tu lo decoraras a tu manera.

-Así me gusta. Pero me encantará personalizar nuestro nido - le dijo Jimin con los ojitos húmedos.

- Un nido para una golondrina- Jungkook le besó la frente - mi golondrina.

Jimin rió y lo abrazó más fuerte.

-Soy inmensamente feliz, Jungkook. Me haces inmensamente feliz. No he perdido nada, al contrario he ganado mucho. Nunca dudes, que si estoy aquí contigo, es porque realmente deseo hacerlo.

Jungkook ahora tenía los ojos húmedos. Su princeso era su todo. Se besaron en su nido. Aquel lugar sería sin duda testigo de cuanto se amaban.

Tomados de la mano volvieron a la casona por el equipaje de Jimin. Jimin sabía que Jungkook nunca lo limitaría, que lo dejaría volar libremente, que nunca querría cambiarlo, que siempre estaría para él. Su lugar seguro. Su hombre.

Cuando vio a Ma'Elena las lágrimas rodaron y corrió a abrazarla. Le debía mucho de su felicidad.

-Tía... Jungkook... Tengo un hogar - Jimin apenas podía hablar.

-Si, mi cielo. Ahora sólo a ser feliz.

Jimin asintió con su cabeza.

Rosita llorando abrazó a Jungkook.

Jungkook solo miraba a su princeso mientras las lágrimas bañaban su rostro. Era feliz. Habían superado la prueba. Su princeso había vuelto para quedarse junto a él.

-Basta de lágrimas. Esta es una ocasión para reír y celebrar - dijo la Sra Elena secándose las lágrimas.

Todos hicieron lo mismo y sonrieron ahora. Jimin caminó hacia Jungkook y lo besó.

Rosita, abrazada ahora, a la Sra Elena, veía su otra fantasía cumplida. Un beso.

Ése fin de semana, hicieron una celebración, para festejar el regreso de Jimin al Golondrina. Y también, para que la gente se fuera acostumbrando a la nueva pareja.

Jungkook había albergado algunas dudas al respecto, pero al ver que se siguieron comportando amablemente con Jimin, después de un rato se relajo y disfrutó de la celebración. Yoongi no se cansaba de contarles lo increíble que danzaba Jimin, de como la gente lo aplaudían de pie. Les habló de Jane y lo hermosa y feliz que estaba, todo gracias a Jimin y su familia.

Jimin, la verdad, se sintió un poco cohibido ante tantos halagos por parte de su amigo. Pero se lo agradecía. Sabía que su intención era que lo aceptaran. Jungkook también lo sabía. Había ganado un amigo invaluable.

El resto de la velada fue un agrado. Todos bailaron, tomaron y se rieron. Yoongi se fue de los últimos, ya viendo doble y a grupas de su fiel caballo.

En la habitación, a solas, Jungkook abrazó cariñosamente a su princeso.

-Salió mejor de lo esperado - besó su cuello perdiéndose en ese olorcito tan especial.

-Si, Yoongi ayudó bastante - dijo Jimin relajándose con las caricias de Jungkook.

-Se le afloja la lengua cuando bebe - dijo Jungkook riéndose.

-Un poco bastante - asintió Jimin.

-Pero todo lo que dijo es cierto, princeso. Todo eso y más eres tú.

-Lo dices porque me amas.

-Sí, te amo- Jungkook le tomó el rostro con ambas manos - Te amo, princeso.

Jimin sonrió.

-Te amo, mi bruto dominante.

Luego se amaron, sin prisas. Tendrían una vida entera para seguir amándose.

FIN

*Lunes epílogo.

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