2DO LIBRO DE FAVORITE.
Hicimos mucho daño.
Fueron sus decisiones y las mías, las que crearon un tornado que destruyó a todos.
Ya no estaba en la etapa de conocerlo, ya sabía quién era y lo que me hizo. Sabía que estaba tan podrido por dentro como...
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Todos tenían un lado oscuro dentro de ellos, pensamientos que iban desde hacer cosas que se consideraban tabúes en la sociedad, hasta los crímenes más horrendos. Pero del total, una parte dejaba que la otra cara salga y haga lo que desee.
Para la sociedad, esos eran monstruos.
Los catalogaban como la paria y lo más inmundo, personas que no merecían empatía y perdón por sus actos.
Jaehyun, aunque no fuera un humano, era considerado un monstruo y parte de este porcentaje que no se medía en las consecuencias, porque creía que para él, no habría tal cosa.
Y si después de todo lo que hizo mientras estuvo con Kang Leia se lo consideraba un psicópata, imagínense en lo que se convirtió cuando descubrió que ella se había ido.
|Antes|
¿Estaba enamorado?
Sí, la respuesta era un rotundo sí.
Cada vez que veía a Leia, sentía que su corazón podría volver a latir solo por ella. Nunca se había sentido tan feliz como en ese momento, donde tenía a la chica tan dulce en sus brazos.
¿Sería buen momento para pedirle matrimonio? Nunca lo había considerado, pero a lo mejor sí. Tal vez eso es lo que ella quería, y Jaehyun le daría a Leia todo lo que deseara. Pasara por quien tenga que pasar, Kang Leia tendría hasta las más hermosas y caras joyas del mundo si se lo pedía.
El baile había sido excelente, mejor de lo que pensó. Pudo tener la completa atención de su novia por horas en donde solo se amaban. Si alguna vez alguien creyó que Jaehyun nunca sería tan feliz, ahora se equivocaba.
Pero una hora después de que salió, sintió un escalofrío. Algo que le dijo que las cosas andaban mal.
Era cierto, él tenía una conexión con la casa, y cuando las cosas andaban mal, él ya lo sabía. Por eso pudo encontrar a Leia las dos veces que se escapó de ahí. Pudo detenerla y llevársela de vuelta.
Pero ahora fue diferente. El escalofrío fue tan intenso, que sus ojos se tornaron rojos en frente de sus socios quienes bebían, y sin una palabra más, desapareció.
Tenía una velocidad increíble, en un parpadeo podía desaparecer y estar en otro lado. Pero eso no fue suficiente para llegar a tiempo.
Las puertas de la casa se abrieron de golpe, y él se quedó en la entrada, con la respiración agitada.
Tragó saliva y subió al dormitorio, donde creyó que encontraría a su novia, pero en cambio, solo vio la ropa en el piso, y los muebles fuera de lugar.
Corriendo, haciendo sonar la madera que pisaba, fue al cuarto donde castigaba a sus muñecas, donde Leia estuvo alguna vez encerrada. Sus labios temblaron al encontrar la puerta abierta, y no hizo falta más tiempo para descubrir lo que había pasado.