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Mi percepción sobre Jaehyun fue cambiando, nuevamente

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Mi percepción sobre Jaehyun fue cambiando, nuevamente. Parecía que no podía verlo como una persona con un solo lado y apegarme a eso.

Siempre que pasaba tiempo con él, la forma en la que lo veía cambiaba.

Asesino, loco, encantador, odioso, monstruo, el amor de mi vida, ser despreciable, persona que sufrió mucho.

Eran las cosas que Jaehyun me mostraba lo que cambiaba mi juicio, lo que me volvía loca. Perdía el control sobre mis emociones y actos, y dejaba que Jaehyun me controle, aunque él no se diera cuenta.

Ninguno tenía el control en esta relación, ni sabíamos lo que hacíamos, solo dejábamos que pase lo que tuviera que pasar.

Y eso me asustaba.

Es más, estaba tan aterrada por la cercanía que volvía a tener con Jaehyun, que fui con el único que podría ayudarme.

Como siempre, era tarde en la noche, los demás habían salido y solo estábamos los dos.

Entré sin tocar la puerta y me quedé viendo su figura dándome la espalda.

Como era su costumbre, tenía una taza con café en sus manos.

—Te siento decaída— dijo con una voz tenue, girándose a verme —más de lo normal— agregó.

—No sé qué hacer— respondí con voz ahogada, sintiendo el nudo en mi garganta queriendo explotar.

Me senté al borde de su cama, y pasé una mano por mi largo cabello, llevándolo atrás, sintiendo que me sofocaba.

—Supongo que se te salió de las manos— suspiró, caminando hacia mí.

—Nunca tuve el control— susurré —No puedo entender, sigo odiándolo, y quiero que tenga su merecido. Pero hay momentos donde no encuentro a ese monstruo al que tanto detesto… solo hay un hombre normal que busca ser querido.

—No te sientas culpable, Leia, tú conociste otra parte de él— dijo sentándose a mi lado.

—¿No me detestas por esto? —quité las manos de mi cara para mirar su perfil.

—Claro que no— frunció el ceño levemente —Pusimos una carga muy pesada sobre tu espalda, y llegaste muy lejos.

Resoplé, negando con la cabeza. La calidez de su ser me hizo sentir más cómoda, como siempre me pasaba cuando estaba a solas con él, y, entrando en confianza, decidí apoyar mi cabeza en su hombro.

—Jaehyun no es completamente malo— dijo, todavía con la taza de café en su mano.

—¿Hablas en serio?

—Sip — asintió con una expresión tierna que me hizo sonreír un poco —Igual que él, nosotros también hicimos cosas malas, la diferencia es que Jaehyun lo llevó al extremo y… — torció la boca, mirando el café humeante —todavía tengo esperanzas de que vuelva a ser el mismo de antes.

CATHARSIS | Jung JaehyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora