Mis pupilas estaban dilatadas y temblaban, igual que todos mis huesos, y hasta mis dientes que se apretaban con fuerza.
Miré con fijeza a Sakura, o lo que pretendía ser ella, en todo caso.
Sus muñecas.
Goteaban sin parar, gruesas gotas de sangre que bajaban hasta el piso, manchando alrededor de ella.
—¿Qué está pasando?
Su voz hizo que mi corazón muerto de un vuelco y sienta náuseas apareciendo desde el fondo de mi estómago.
Me levanté con dificultad, apoyándome en la pared, sin quitarle la vista de encima. Caminé lentamente, con mis pies creando sonidos pesados cada que chocaban con el suelo de madera, y mi respiración siendo mezclada con la de ella.
Al momento de estar frente a Sakura, toqué su hombro, queriendo pensar que era un fantasma, producto de mi mente.
Sentí como si me hubieran dado un duro golpe en el abdomen que me hizo volar atrás, chocando mi cuerpo contra el piso.
Al momento de abrir los ojos nuevamente gracias al impacto, ya no estaba en la casa.
Los árboles me rodeaban y el aire suave que los mecía al llegar había desaparecido.
Había un silencio inquietante, digno de película de terror. Ni las cigarras y grillos que solían pasear por el bosque, se atrevieron a moverse.
—¿Por qué estamos aquí, Leia?
Sakura estaba en frente mío, y miraba con una expresión confundida a su alrededor.
Quise moverme, pero mi cuerpo no respondía a mis órdenes mentales.
—Tú tampoco eres real— susurré, con un tono que se escuchó fuerte, debido al silencio que había.
—¿Por qué estoy sangrando?— miró sus muñecas, las profundas heridas que se había hecho con la navaja, y empezó a sollozar —E-estoy sangrando mucho, no entiendo.
Sentí un nudo formarse en mi garganta al verla entrar en desesperación, tapando sus muñecas con la intención de parar la sangre.
Pero era en vano, no dejaba de salir, como si tuviera más de 30 litros y nunca se acabara.
—Yo vine a ayudarte, ¿por qué estoy lastimada?— las lágrimas que bajaban por sus mejillas me hacían sentir en un océano de ansiedad.
Una cosa era imaginar con mi retorcida cabeza los sucesos que pasaron ese día, pero otra totalmente diferente, era verla en frente mío, llorando.
Y el olor a sangre que siempre se mantuvo en la tierra, se volvió más fuerte e intenso, mareando mis sentidos.
Pero por alguna razón, no sentí ganas de matar ni hacer caso a mi instinto vampiro, solo pude reconocer el miedo formándose dentro de mi.
ESTÁS LEYENDO
CATHARSIS | Jung Jaehyun
Fanfic2DO LIBRO DE FAVORITE. Hicimos mucho daño. Fueron sus decisiones y las mías, las que crearon un tornado que destruyó a todos. Ya no estaba en la etapa de conocerlo, ya sabía quién era y lo que me hizo. Sabía que estaba tan podrido por dentro como...