🔹Capitulo 5: ¿Azulín?

2.6K 223 159
                                    

Pompón respiro profundamente el aire fresco y la tranquilidad, finalmente estaba todo el campo vacío y nadie podría verle ir al cuartel de los reclutas como tenía planeado desde el principio. Tristemente no contaba con que se agotarán todas sus energias. Los bostezos eran frecuentes y obligaba a sus párpados mantenerse abiertos.

Igualmente mientras caminaba, en la soledad.. Los pensamientos se hicieron presentes.
¿Por qué hacía esto? ¿Qué tal si solo era amor idílico? Puesto que el no tuviera alguna prueba suficiente para confirmar si Azulín siente algo por el, lo mismo que el... Puesto que pesaba que había visto a través de sus ojos su alma.

Y cada segundo se acercaba más a la puerta de su cuartel, la división física entre él y Azulín.


[...]

Los chicos continuaron con sus juegos.
Sonrisas saco unas pinturas para la cara y empezó a pintar a Pandi de verde.

Oigan tontos, ¿Por qué con mi redecilla?– preguntó Achuchones mientras miraba aquella escena. Debería sentirse enojado porque agarran sus cosas pero era imposible no reír con las acciones de sus compañeros chistosos y menos con Gordi a su lado le daba calma.

–D'ah, es que lo estoy pintando de dinosaurio y la red hace patrón de cuadros. Y osea, míralo, la cara de reptil ya la tiene. – exclamó Sonrisas al mismo tiempo que se reía a carcajadas por lo último que mencionó.

Ora si... – Pandi realmente molesto empezó a golpear a su amigo con una almohada.

No obstante, realmente no estaba colérico, aguantaba sus bromas pesadas pero necesitaba una excusa para hacer una pelea de almohadas.
Todos comenzaron a seguir el juego, cada uno agarro una y empezaron a darse, obviamente no tan fuerte como para aturdir.
Excepto Coco, quien estaba recostado en un par de almohadas descansando y viendo a los chicos más jóvenes disfrutar la noche.
Sin duda alguna era la noche perfecta.

Fue cuando de repente, se escucharon golpes en la puerta, sonido rítmico típico de alguien tocándola para que le abran.

Todos se detuvieron en seco al escucharlo. No tenían ni idea de quién podría ser, imaginaron que se venía a quejar de el ruido que hacían así que Coco se acercó a la puerta (sin abrirla) y preguntó.

– ¿Si, diga? ¿Quién es?-

Soy el Cabo Pompón. – dijo tímidamente, puesto que escucho desde afuera la diversión y al momento de tocar la puerta se silenciaron.

Azulín lo escuchó y sutilmente le gritó a Coco. – ¡No abras todavía!–

Todos quedaron en silencio al ver a Azulín, es decir, llevaba toda la noche en silencio y llorando. ¿Qué mosca le pico?
Al ver a Azulín levantarse de golpe y rápidamente comenzar a arreglarse se quedaron perplejos; se maquilló y se peinó el pelaje del cuerpo de modo que se viera decente.
Velozmente cambiándose la ropa mojada y sucia que traía.

Azulín tenía la corazonada de que Pompón venía a verle, aunque estuviera solo 2 segundos ahí, el quería verse presentable y guapo para el... ¡¿POR QUÉ?! ¿Que le pasaba?
El mismo se sorprendió por hacer esto, nunca jamás de los jamases se atrevería a arreglarse por un fulano en especifico. Azulín solo quería ser perfecto a los ojos de los demás y aunque está noche no le importo en absoluto... Más sin embargo el ánimo se le levanto al escuchar a Pompón.
El ni siquiera tomó alcohol... ¿Por qué actúa así? Ni el mismo se lo podía explicar.

Los demás siguieron observando a Azulín impactados, desconcertados, intrigados.
Cuando Azulín se acercó a la cama de los Mimosin y agarró un perfume, el más grande que tenían.

¡Oye! No puedes estar agarrando nuestras cosas. – le habló uno de los Mimosin indignado.

Si, si, si, ¿Qué me importa? Cállate. – dijo Azulín para finalmente rociarse un poco de ese perfume olor a rosas amorositas.

Por último, ya perfectamente arreglado y bello, se sentó en la cama, fingiendo que no había hecho nada de nada y tomó un libro, fingiendo de igual manera que lo leía.
Listo Coco, puedes abrir. –

A Coco le tomó unos minutos procesar lo que había visto, el shock era tal tanto él como en los demás que simplemente no podían moverse y sus ojos estáticos y fijos en Azulín.

¿Qué esperas wey? Ya abre. –

¿Ah?... – Coco parpadeó recobrando el sentido. – Claro. – finalmente abrió la puerta girando la perilla.

Pompón sonrió nervioso, y saludó.
Buenas noches, reclutas. – les miró a todos y  siendo lo más amigable posible. Pompón ocasionalmente les gritaba a los novatos y los veía como inferiores. No precisamente cómo los demás altos mandos del ejército; que los ven insignificantes y su vida sin valor para que su perdida solo signifique que son "daños colaterales" cómo suele decir su abuelo. Para Pompón toda vida vale.

Vió a todos reunidos en el centro de la habitación con mantas y almohadas, todo muy cómodo y lindo. Sin embargo no vió a Azulín entre ellos. ¿Se habrá equivocado de cuartel?

Sonrió alegremente al entender de que se trataba.

Que lindo, una pijamada.– exclamó con brillo en los ojos.

Todos se relajaron al ver a uno de sus superiores tan tranquilo y feliz. Los gemelos Mimosin lo tomaron cada uno de las manos y lo sentaron, cuando Pompón se confío empezaron a hacerle cosquillas.
El reía y reía, no pensaba que una pijamada fuera tan divertida.

Azulín, vió desde la distancia el cómo entró y cómo los demás empezaron a hablarle.

Era lindo pero esa lindura debería ser solo de el. Su atención debería ser solo para el. No tendría porque reírse con nadie más que no sea con el.
No entendía porque pensaba todo eso, Pompón no era cercano a el... Pero lo necesitaba, necesitaba... ¿Necesitaba?...

Todo el rato fingía estar calmado y no prestarle atención a Pompón. Hacerse el indiferente, pues. Sin embargo, cuando observó que le tomaron de las manos y le hacían cosillas... Explotó internamente.
Su cólera se hizo presente.

Se acercó furioso, pero no tanto como comúnmente se mostraba.

Hey. Dejenlo. – Azulín quería lanzar de una patada a ambos ositos blancos, pero se contuvo; tomó a Pompón del brazo. Este se sonrojó por verlo tan dominante. Cuando sintió que su brazo le lastimaba, hizo que lo soltará. Pompón también debería demostrar que era autoritario.

Azulín algo sorprendido, solo lo miró con una sonrisa pilla en su rostro, siendo correspondida por una igual de parte de Pompón.

Te ves... Super guapo. – el osito amarillo al mover sus ojos de arriba a abajo.

¿Dirías que soy bello y amorosito?–

– Si, muy bello y amorosito... – puso su mano en la mejilla del osito azúl.

Gordi solo observó sentado, confundido y se preguntaba porque Azulín hacia esos gestos y su lenguaje corporal era diferente, más vivo y fugaz. Pareciera que no lo conocía. ¿Pompón le lavó el cerebro o qué es lo que pasaba?
Sobrepensaba desde que Azulín se levantó de la cama y ahora esto. Le dolió la cabeza por intentar comprender. ¿Qué le pasó a Azulín?... «¿Hermanito?...»

Precisamente venía a hablar contigo, Azulín. –

La voz de Pompón interrumpió los pensamientos de Gordi.

¿C-Conmigo?... Está bien, hablemos. Sígueme.–
Azulín guío a Pompón hasta su cama, donde ambos se quedaron sentados uno enfrente del otro.
El osito amarillo bostezó, no soportaba más la presión del sueño entrando en su ser.
Azulín solo lo miró.

¿Estás cansado y aún así viniste? –

– Claro, puedo soportar. – dijo alegremente, estirándose y moviéndose de tal forma que activará su mente.

Azulín se rió tiernamente de forma genuina.

Prueba de amor. (Cabo Pompón🧡 x Azulín💙)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora