🔹 Capitulo 11: Críticas.

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Azulín no evitó hacer una expresión de desagrado cuando Mime le habló. Odia a esos dos gemelos, ellos si podían expresar su amor públicamente; además eran extremadamente lindos y apapachables, envidiaba esa lindura que poseían. ¿Por qué él no podía ser tan lindo cómo ellos?

– ¿Con qué un perfume? – se dirigió a la mesita de noche que cada litera tenía a lado, en el cajón se encontraba el frasco de colonia el cuál había guardado en el cajón de modo que esconderlo por las prisas. – ¿Éste? – dijo mientras lo tomaba del dispensador con dos dedos: el dedo índice y pulgar. Lo agitaba suavemente de un lado a otro.

– ¡Si, ése! –  exclamó Mime emocionado, ese perfume era especial para él y su hermano, se los había regalado su querido abuelo.

El osito azúl giró nuevamente los ojos con desagrado, estuvo a punto de entregárselo cuando en lugar de eso su mente maliciosa le exigió un poco de bullicio y una pequeña travesura; Mime ya tenía los brazos estirados para recibir su perfume, Azulín "resbaló" sus dedos y dejo caer el frasco al suelo, rompiéndose en mil pedazos, dejando que el líquido aromático se derramará por completo e inundando la habitación de ese olor.

¡Oops!– expresó Azulín entre risitas. Le encantó la reacción del pequeño osito blanco, una cara de decepción total cómo si su alegría se rompiera en mil pedazos igual que su frasco de colonia.

Memi se acercó con su hermano y miró furioso a Azulín, casi le iba a reclamar sobre sus acciones pero se detuvo al hacerlo, solo se resignó a ayudar a su hermano a recoger los cristales del suelo, con mucho cuidado.
Coco, quién observó todo, se dió un golpe en el rostro con la palma de su mano totalmente decepcionado de ver nuevamente a Azulín siendo él mismo. El osito amarillo-claro no se imaginaba que a Azulín ver el dolor de los demás le causa mucha satisfacción, Pompón se había metido con un lunático sin saberlo.

A Azulín no le resultó satisfactorio ver sólo eso, necesitaba más, puso su pie en la cabeza de Mime, él estaba de rodillas recogiendo cristales y estuvo apunto de empujar su gran cabeza blanca al suelo para que se cortará con el vidrio y que pudiera arder su rostro con el alcohol que contenía el perfume; hubiera disfrutado ver eso de no ser que repentinamente Coco le agarró el brazo y lo empujó al suelo bruscamente, leyó sus pensamientos e iba a impedir que hiciera más daño a los pequeños Mimosin. A su alrededor estaban los demás, incluido Gordi, como siempre observando.

¡Suficiente! – gritó Coco.

Azulín gruñó, cada segundo confirmaba que odia a Coco, pero esos malditos movimientos autoritarios le recuerdan demasiado a su amado. ¿Qué pensaría Pompón si lo viera ahora?

El drama fue interrumpido por la voz del Sargento Caricias, que desde el otro lado de la puerta les gritaba ferozmente.

¡Despierten y levantensen maldita bola de huevones! –

Inmediatamente al escucharlo, todos se apresuraron a ponerse el uniforme y a ordenar la habitación para no dejar huella de la pijamada anterior.

Coco levantó a Azulín y le intentaba quitar el suéter. – ¡Quítate esa madre! –

¿¿Por??- Auch, oye no tan brusco.–

– Tú quítatela cabrón. ¡Rápido!–

– Está bien, está bien, ¡Pero ya sueltame!. – sin entender la actitud de Coco, se quitó el suéter, se acercó a su cama, antes de esconder el suéter fiusha volvió a olerlo, el aroma de Pompón hizo que se sonrojara y sonriera.
Agarro la almohada y puso el suéter debajo de está.

Una vez ya todo en orden, formaron una fila, Azulín se puso a lado de su hermano, Gordi no estaba tan contento con su presencia después de todo lo que pasó, al final no importaba que se resistese, terminaría por perdonarle todo y pretender que nada pasó. Sin embargo, conforme siga viendo al tal Pompón, no podía estar tranquilo.
Coco finalmente abrió la puerta para recibir al sargento.

Prueba de amor. (Cabo Pompón🧡 x Azulín💙)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora