Prueba de amor. (Cabo Pompón🧡 x Azulín💙)

🔹 Capitulo 7: Regla número uno.

A Azulín le tomó mucho tiempo calmarse, estaba extasiado ante Pompón y el sonrojó no le se le pasaba. Bien dice el dicho que las palabras importa depende quien las diga... ¿Habrá cenado un libro de poesía?

– ¡Cállate! Deja de ser tan cursi. – gritó Azulín mientras con una almohada golpeaba suavemente a Pompón y éste último reía, no se imaginó que el osito azúl fuera tan susceptible a la ternura de sus palabras.
Para Pompón era muy especial, solo las reservaba para la persona especial, la media naranja que a todos les llega, su alma gemela... Y si, Pompón creía todas esas tonterías.

Mientras tanto, los chicos murmuraban y susurraban entre si sobre aquellos dos ositos.

–No sabía que tú hermano tenía ese tipo de inclinaciones... Pensaba que el único puñal era Achuchones. –  Coco le dirigía la palabra a Gordi.

– ¡Si! Espera... ¡No! ¡No soy joto!– gritó Achuchones al escuchar eso. 

– ¡Claro que sí! – exclamaron todos en la habitación, excepto Gordi. (Y Azulín y Pompón, por obvias razones). 

– Bueno... Igual no tiene absolutamente nada de malo serlo, todos tienen sus gustos. – dijo uno de los Mimosin, el cual le decían Mime.

–Oh amado hermano, tú siempre tan sabio.– exclamó el otro Mimosin: Memi. Y al mismo tiempo le dio un beso a su hermano.

– Lo único que si me sorprende es que se fijará en el señor Pompón... Jaja pobre pendejo. – agregó Coco.

– ¿Q-Qué? ¿Por qué dices eso? – dijo Gordi nervioso y preocupado. 

–¿No sabes qué el abuelo de Pompón es el Coronel? Se ha metido en un problemón. –

– ... B-Bueno pero Azulín y el señor son sólo amigos... No pasará nada. –

Coco sabía que era imposible tratar de explicarle lo que estaba explicando, quizá debería de dejar que lo vea con sus propios ojos.

Gordi en realidad, lo entendía pero se negaba rotundamente a aceptarlo, dentro de su mente rondaban los pensamientos sobre eso y por ende 1000 preguntas:
«¿Cabo Pompón le estará lavando el cerebro?» «¿El Coronel fusilaría a Azulín por simplemente hablarle?» «¿Por qué Azulín actúa tan raro?» «¿Por qué actúa cómo si no fuera él?» «¿Lo estoy perdiendo?» «¿Él quiere quitarme a mi hermano?» «¿Quiere apartarlo de mi lado?» «¿Azulín de verdad está... Enamorado?»

Achuchones notó un mal temple en Gordi, cómo si le enfermara hablar del tema. Podía suponer que ya era suficiente de eso, más sin embargo, debía entenderlo, su hermano parecía que había encontrado a alguien.
–Calma, calma... No padezcas por esto, ¿Si? Venga ánimo. –

Gordi volteó a verle, sus reflexiones fueron interrumpidas. Se alegró un poco al ver a Achuchones preocupado por el.
Coco se acercó y lo abrazó, vio su estado de ánimo tan dolido en su mirada e intentó consolarlo.
Casi al mismo tiempo, los demás se acercaron a abrazarle y a mimarlo; gracias a eso, Gordi se sintió mejor.

Pompón volteó unos segundos a ver la escena y sonrió, pensó que era muy lindo que entre todos se quisiesen tanto cómo el equipo que eran...
– Es tan tierno, ¿Sabes?... Deberíamos ir con ellos, son tu equipo de todos modos.– El tono de voz de Pompón era dulce cómo los arándanos cada vez que se expresaba tiernamente (con alguno que otro gallo saliendo de su boca). El brillo de sus ojos era incomparable. A él le encantan los mimos, su alma de niño se hacía presente muy seguido.

– Ahg... No... Déjalos que anden con sus tonterías entre ellos, no tienen porque involucrarnos. – refunfuñó el osito azúl.

Pompón con desilusión lo miró a los ojos y dudó... «¿De verdad me estoy enamorando de un sujeto así?» 
Aunque a Azulín no le gustaba admitirlo, igualmente quería mimos, mimos de Pompón, por alguna razón esas pecas le recordaban a su madre... Cómo las odia, pero de igual forma le fascinan.