🔹 Capitulo 17: Regaño.

1K 119 29
                                    

Grimaldo al quedarse solo en la habitación de Pompón, se dispuso a ver qué haría en esas horas. Revisó el escritorio extrañamente ordenado, podías adivinar fácilmente donde estaba cada sección: reportes/quejas, solicitudes de admisión, planos arquitectónicos, un millón de hojas de cálculo y cuentas de grandes cantidades de dinero (cosas que Grimaldo no entendía, las matemáticas nunca fueron lo suyo), etcétera. Igualmente tenía casilleros, carpetas, portafolios y más elementos de oficina en esa habitación, perfectamente ordenados y seleccionados. Pompón se tomaba muy enserio su trabajo y en el mundo no había osito más perfeccionista que él. Por ello, Grimaldo entendía sus actitudes, el porque casi siempre estaba cansado, estresado y ansioso... Sin embargo, apesar de ello era muchísimo trabajo para un solo osito.

A los 15 minutos Pompón llegó de regreso a la habitación con una cara que mostraba decepción, intranquilidad, un rostro que parecía quebrarse.

Grimaldo se asustó al escuchar la puerta abrirse, no esperaba ver a Pompón de regreso tan rápido.
– ... ¿Qué pasó?–

– Cancelaron la estúpida reunión... – expresó el osito amarillo sin ánimos, su voz no podía manifestar más que tristeza, sus gallos eran incluso más notables que cuando habla normalmente. Pompón realmente no quería hablar, solo quería llorar. – Tanto trabajo para nada, puta madre... – se sentó en su escritorio y dejo las cosas en la mesa; se inclinó y escondió entre sus brazos, sin llegar a llorar todavía.

Grimaldo estaba sorprendido, sabía que Pompón no decía groserías casi nunca, si lo hizo está vez es porque verdaderamente estaba tan mal que no le importaba su vocabulario.

– ¿De qué era la reunión? ¿Por qué te la cancelaron? – Dijo Gri mientras tomaba la caja y la abría. Lo del interior le sorprendió.

– Dijeron "estamos demasiado ocupados como para escuchar tu conferencia sobre el manejo de la pólvora" ñi ñi, que chinguen a su madre, ya estoy harto. – entre comillas habló con sarcasmo.

– Espera un segundo... ¿Van a implementar pólvora? ¿Está loco tu abuelo o qué chingados? –

– Tú no estás para saberlo pero si... Mínimo quería hablarles detalladamente sobre los riesgos y eso, al final dije que no iba a involucrarme así qué... ¿Qué importa? Que hagan lo que su jodida gana se les dé, por lo menos yo estaré limpio del asunto. –

– Eso no sonó nada a ti... Es decir- –

El Cabo giró los ojos con desagrado a ese comentario. – ¿Por esta vez no puedo hacerme de la vista gorda?

Grimaldo se quedó en silencio un momento, las actitudes malas de Pompón es algo que no podía digerir, él siempre ha sido educado y cortés al hablar, así que no hallaba forma de digerir una actitud altanera en Pompón siendo él naturalmente un hombre cabal.

– Vé el lado bueno... Al menos ya tienes la noche libre, ¿No? – dijo Grimaldo para romper el silencio.

Pompón negó con la cabeza.

El otro oso se empezó a enfurecer, realmente no podía creerlo, se levantó de su asiento que estaba del otro lado del escritorio, se acercó a Pompón y le acorraló con los brazos mientras el seguía sentado.

– Contigo todo es trabajo, trabajo y más trabajo, maldita sea. Y todo porque el señorito quiere hacerlo todo él. Todo debe ser cómo el quiera cuando él dice. –

Pompón solo le frunció el seño mientras le escuchaba hablar.

– Este trabajo te está consumiendo, ¿No te das cuenta, imbécil? No todo puedes hacerlo tú. Es demasiado para ti. Ya demostraste que eres el mejor. ¡¿Qué más quieres?! ¿Ganar la guerra? –

Prueba de amor. (Cabo Pompón🧡 x Azulín💙)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora