🔹 Capitulo 9: Una vuelta al pasado.

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Parecía que iba a ser un día claro y bello el amanecer era precioso y era una de las razones por las cuales Pompón se levantaba temprano; además del trabajo, era ver el sol del amanecer y el paisaje que se observa en las primeras horas del día. Antes consideraba eso lo más hermoso que hayan visto sus ojos, ahora eran los ojos de Azulín.

En el cuartel principal se encontraba su habitación, un pequeño privilegio de ser nieto de el Coronel.
Giró la perilla, y realmente fue una sorpresa ver a Grimaldo en su habitación, sentando en la silla de su escritorio; ya que además de cabo era un oficinista/secretario de los altos mandos, si, parecía más una oficina que un cuarto. Grimaldo estaba de espaldas, ni siquiera pudo ver su apariencia sin el suéter del uniforme, con un parche en la mejilla y con una camisa con unas pequeñas manchas de sangre con intenso olor a colonia.

Aún sin voltear, Grimaldo exclamó. -Veamos... ¿En qué mejilla tienes la herida?-

-¿Pero cómo supist- -

- Pompón te conozco desde que eras un chamaquito, sé que cada que "sales con alguien" terminas con una herida, un rasguñó, un zarpazo o alguna mamada que te hicieron a drede o accidental.-

- Ja... Me conoces tan bien, por eso eres mi mejor amigo.-

Grimaldo sonrió, y antes de hablar inhaló un poco de humo y mientras hablaba lo exhalaba. - Yeah, pero cuéntame ¿Qué pasó? ¿La pusiste? -

- ¿Por qué siempre tienes qué preguntarme eso?- dijo Pompón un poco molesto, al mismo tiempo que se recostaba en su cama.

- Para ver si me sigo burlando de ti o no...- Grimaldo reía a carcajadas por su comentario. Contrariamente Pompón rió con sarcasmo. - Sabes... te has ablandado mucho desde que eres cabo, nada que ver con el recluta que conocí. -

[...]

Desde que Pompón era niño, sintió admiración por su abuelo, era un gran Coronel y su labor en el ejercito era muy importante. Decidió que de grande sería igual a él. Sin embargo, poco a poco esa idea se iba perdiendo con el paso de los años, a Pompón le interesaban otras cosas como tejer y la pastelería... "cosas de mujeres" decían, para Pompón esa clasificación era estúpida puesto que un hombre también puede hacer lo que guste y viceversa. Igualmente por ello le decían que era gay, cosa que era cierta pero no por sus gustos tan específicos.
En fin; cuando la guerra estaba en su mayor auge, justamente cuando cumplió 20 años el Coronel Otto prácticamente forzó a Pompón a unirse al ejército, y él aceptó casi sin pensarlo demasiado, habia entrenado casi toda su vida para el momento que se uniera al militar.

Su personalidad desde niño era muy serio, autoritario, responsable y disciplinado, aveces con un carácter duro si era necesario, pero también amigable, un naco chistosillo cuando entraba en confianza con una persona, alguien leal y fiel a una amistad... Básicamente un líder nato y buen compañero.

Ocasionalmente se reían de su voz, sus gallos eran un problema al momento de parecer rudo, por eso mismo forzaba su voz aunque no le sirviera de nada y se resignó a tener esa voz, aquella que también le decían que era linda.

Contrariamente a su abuelo, cada vida era preciada y por ello aprendió lo básico de enfermería para ayudar a sus compañeros.

Rápidamente se volvió popular por ser el chico "cool" y avanzado de su generación, puesto que era bastante bueno en todas las actividades y casi nada se le dificultaba. También demostró buen razonamiento e inteligencia. Sin embargo, siempre deseaba ser el mejor de todos, deseaba más que nada ser superior a los demás ya que nadie tenía sus habilidades, y no se saciaba de recibir atención, quería más y más y más.

Se veía diariamente al espejo, no evitaba tener una actitud arrogante, era guapo, era el mejor de su generación, muy habilidoso. Obvio, iba a ser algo narcisista.

Aunque tenía una actitud algo... Rebelde. Nunca hacía caso a órdenes que no fueran de su agrado, se peleaba constantemente con sus sargentos, y en general con sus superiores, aveces con algún recluta que era más revoltoso que él. Si no fuera suficiente, era muy coqueto, muchas veces se le veía andar de don Juan con quién quisiera y nadie podia resistirse a sus encantos.

Aparte, desde muy joven mostró fetiches y gustos peculiares, sencillamente raros... Pompón era de verdad una personalidad de osito muy única.

Igualmente llegó a tener un crush con el Capitán Hocicos, la única persona superior a quien si respetaba además de su abuelo. Nunca le dijo nada sobre sus sentimientos ni nada de eso, quedó solamente como un gusto platónico. No obstante, seguía con sus coqueteos con otros osos.

Se hizo amigo de 2 soldados: Grimaldo; a él ya lo conocía desde la niñez, era su mejor amigo del mundo y por eso le encantaba estar inscrito en el ejercito (además de la atención que recibía). Y Peludito, era una persona bastante agradable y por ello se volvió su amigo cercano.

Por tantas cosas, al Coronel Otto no le agradaba la actitud de su nieto, así que lo mando a la armada naval para completar su entrenamiento, y pasó 3 años en el servicio.
Regresó un poco cambiado, estar en el mar le ayudo a reflexionar.
Eso no le bastó al Coronel y lo metió a ser un oficinista, un puesto que quitaba casi todo el contacto con el exterior.
Ahí Pompón aprendió a ser más responsable de lo que ya era, se llenó de conocimiento por leer diariamente; lo disciplinaron muchísimo más pues el trabajo de oficinista era estar horas sellando documentos y otras actividades, eso le ayudo a tener mejor concentración.

A sus 26 años, Pompón ya había madurado, había aprendido a respetar a los superiores, era muchísimo más habilidoso que antes.
Fue cuando lo ascendieron a Cabo, ahora orgullosamente podía llevar ese renombre. Seguía siendo líder y poco a poco se volvió el secretario y mensajero de los altos mandos.
Gozaba de arándanos en su plato cada semana, obtuvo una habitación en el cuartel principal y también tenía uno individual en una parte del campamento; además de su casa en el pueblo osito.

Se había ganado ya una reputación y una fama de buen líder, un poco lambiscon pues a los 28 se volvió más suave, se ablandó por alguna razón que todos desconocen.
Su carita linda seguía intacta, solo tenía unas patitas de gallo, pero eso era por la edad.

A los 30 años, ya era un hombre hecho y derecho, solo le faltaba buscar el amor

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A los 30 años, ya era un hombre hecho y derecho, solo le faltaba buscar el amor. Creía en esas tonterías del amor verdadero, leyó tantos cuentos y novelas de romance que se empezó a creer esas quimeras.

No había nadie que le llamará la atención... Hasta que un osito azúl de ojos color aguamarina más bellos que el mismísimo mar se le atravesó en su camino.💙

Prueba de amor. (Cabo Pompón🧡 x Azulín💙)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora