Ambos nuevamente ignoraron que el mundo existía justo cuando están juntos esos dos ositos; uno color del sol y el otro color del cielo. El exterior no existe, sus almas las únicas y el universo solitario es la manta de su amor.
Y los besos con sabor a miel y dulzura, con sabor a alguna locura oculta entre los dos.💙«Extrañaba el sabor de sus labios...»
🧡«Siempre es un placer volver a sentir su calor...»Esos dos estaban en la entrada de la puerta, perdidos entre besos largos y profundos, con sus cuerpos tan juntos compartiendo calidez.
Peludito y Grimaldo los observaron y todo parecía que pasó tan de repente que no sabían cómo reaccionar; tal vez felicidad por su amigo... O más bien, incomodidad.
– ¡Epa! ¡No coman pan enfrente de los pobres! – les gritó Grimaldo en tono de broma, y Peludito reía ante ese chascarrillo.
Los dos ositos enamorados dieron un pequeño brinco por el susto que les dió escuchar la voz de Grimaldo. Se soltaron apenados, Pompón riendo nerviosamente y Azulín frunciendo ligeramente el seño.
Por más que lo desearán, aún no estaban solos.
– No sabía que hoy estarían tus amigotes aquí. – le susurró el osito azúl a su amado.
Pompón fingió ignorar ese comentario y de forma fingida intentó toser, el sonrojo de su rostro aún no se desvanecía. – Bueno, bueno, quiero presentarte a mis mejores amigos de todo el mundo: Peludito y Grimaldo, creo a él ya lo conoces. – Ambos ositos se acercaron a ellos, los otros dos se levantaron al mismo tiempo y con gusto saludaron a Azulín.
El osito azúl realmente no tenía mucho interés por conocer gente cercana a Pompón, con Grimaldo fue una coincidencia.
– Pompón nos ha hablado mucho de ti. – comentó Peludito mientras estrechaba su mano con la de Azulín.
– ¿De verdad? Caramba... Qué bien. – expresó Azulín un poco nervioso, muchas veces las ocasiones donde sabía que hablaban de él nunca era sobre algo bueno, pero está vez era tan diferente que se sintió extraño.
– No es la gran cosa, pero supongo está bien para un recluta. – se mofó Grimaldo.
– ¿Eh? ¿Cómo qué no? Yo soy lo máximo en perfección, tan solo mirenme. –
– Vaya, ¿En dónde más hemos visto ese nivel de arrogancia? – le dijo el osito mullido a Gri, ambos voltearon a ver a Pompón que solo estaba unos pasos detrás de Azulín.
Pompón rió, pero al mismo tiempo le dijo que se detuvieran, le daba mucha vergüenza recordar esa parte de su pasado.
Por su parte Azulín estaba confundido, nunca ha visto al osito amarillo ser egocéntrico o cosa parecida, en su mente pensaba que eso era raro y tenía que haber una explicación. No tenía necesidad ni intenciones de preguntar, quizá las respuestas que buscaba las encontraría más adelante, a su tiempo.– Bueno ¿Y qué hacían antes de qué llegará?– les preguntó el osito azúl.
– Jugamos cartas y pues... Yo sigo trabajando. – se acercó Pompón y le tomó del hombro.
– ¿Trabajando a estás horas? Eres el único pendejo que conozco que chambea después de su turno. –
– Es Importante que trabajé, no lo entiendes... Ahh... – suspiró pesadamente, tenía razón y estar sobrecargado de trabajo le mataba lentamente. – De todos modos mañana y pasado son mis días libres, y me gustaría tener todo hecho para no tener más trabajo del que ya tengo los próximos días. –
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Prueba de amor. (Cabo Pompón🧡 x Azulín💙)
FanfictionLa locura es algo difícil de describir, sobretodo cuando la mente de uno está plagada de traumas, desgracias, desconciertos y recuerdos desgarradores. Azulín quiere poner a prueba a Pompón, sacando una idea tan desquiciada de su mente podrida. Sin...