La semanas siguieron pasando, llegando a ser un par de meses.
-¿A que hora llegaste?- le pregunto Macau un domingo mientras hacían algunas compras de ropa.
-Tarde- respondió Chay revisando a donde entrar.
-¿En que llegaste?- pregunto siguiéndolo.
-Me llevo mi jefe- respondió tranquilo.
-¿Te fuiste a cenar tan tarde con el?- pregunto molesto.
No era la primera vez que Macau escuchaba eso, su amigo las últimas semanas solía llegar tarde, casi siempre con la excusa de salir con sus compañeros de trabajo, aunque él no era tonto, nunca decía nombres, ni cuantos eran, claramente una señal de que era mentira, además de que Chay era pésimo en mentirle.
-Cenamos en la oficina, por eso me llevo de regreso- contesto.
-No me gusta, yo también soy jefe de alguien y tengo un asistente y no lo ando invitando a mi oficina para cenar. Se ve mal- le dijo seriamente.
-El señor Kim solo es amable, además cerró un buen contrato, quería celebrar. No podía negarme- respondió irritado- Deja el tema-
Macau suspiro dejándo de preguntar, eso se veía muy mal. Entendía lo de los asistentes, su padre y él mismo tenia uno así que era como su sombra y si, festejaban o algo pero siempre en equipo, con más personas, nunca solos encerrados en una oficina a altas horas de la noche.
Terminaron sus compras y regresaron a casa. Porchay arreglo su ropa, dejándola lista para toda la semana en el closet. Sus días en casa eran tranquilos, solo que la señora comenzaba a decirle que lo extrañaba, que su trabajo era muy demandante.
Porchay se disculpaba pero admitía qué le gustaba su trabajo. Y le pagaban demasiado bien, esos bonos por quedarse horas extra si qué eran algo para considerarse.
-Me mentiste Chay- su jefe ya había empezado a llamarlo así, con más confianza.
-¿En que momento señor?- respondió un día al despedirse antes de salir de trabajar.
-Dijiste que eras soltero- le dijo con una sonrisa-Pero él te trae todos los días y a veces viene por ti-
-Ah.. pero no es mi pareja, es un amigo, vivimos juntos- aclaro rápidamente sin saber el porqué.
Mentira, si lo sabia. No quería que el señor Kim pensara qué tenia otro compromiso. Porque Porchay ya estaba maravillado con el hombre que era su jefe, era todo lo que el buscaba en un hombre. Trabajo estable, economía estable, educado, atento, caballeroso, responsable, puntual, recordaba los detalles, observador, amable, seguro, atractivo, con su linda sonrisa, era perfecto.
-Mhh.. entonces.. ¿el no tiene problema si llegas tarde a casa?- pregunto sacando dos vasos de cristal.
-No realmente, no debería- respondió.
-Ven, toma algo conmigo, ayúdame a revisar esto- movió algunos documentos a la mesa de centro frente a un sofa donde tenia la botella de whisky y los vasos de cristal.
-No lo se señor- dijo suavemente, Chay tenia miedo pero no del señor Kim, si no de él mismo, sentía que no podía mantener muy oculto lo que empezaba a sentir por él.
-Anda.. son unos estados de cuenta, creo que no estoy viendo algo, tu también tienes formación. Me has hecho observaciones que no había visto antes en otros documentos- le dijo sentandose mientras palmeaba el espacio libre del sofa- Ven-
-Supongo que.. puedo darles un vistazo- cerró la puerta y termino por llegar al sofá.
-Por favor- le respondió mientras deshacia algunos botones y levantaba sus mangas, revolviendo un poco su cabello para liberar algo de tensión.
El olor del shampoo llego a las fosas nasales de Chay mientras revisaba los números, intentando mantener la concentración. Escucho el choque del cristal, señal de que estaba sirviendo los vasos.
-Aqui.. creo que falta presupuesto, hay que revisar las notas y facturas, no es una cantidad muy grande pero... si la suficiente para ser facturada. Quizás no la reportaron o no la generaron- dijo después de unos minutos.
-Le diré al contador...- respondió dándole uno de los vasos- Entonces.. ese chico es tu amigo, no tu novio-
-Asi es- respondió tomando el vaso y dando solo un sorbo.
-¿Por que no tienes novio? No dirás que es mi culpa ¿O si?- pregunto acercándose un poco.
-No, claro que no. Yo.. no se, no he tenido la.. oportunidad- respondió bebiendo el resto del vaso para calmar los nervios.
-Eres lindo, listo, responsable, un buen chico... debes tener pretendientes- comento sirviendole otra vez.
-No, siempre estoy aquí. Hace tiempo que conozco a alguien- respondió sincero mirando el vaso en sus manos.
-Entonces si es mi culpa, consumo demasiado de tu tiempo- le dijo con una risa.
-No señor, definitivamente no es su culpa- contesto bebiendo nuevamente su vaso y dejándolo vacío en la mesa.
-Me siento responsable ahora- Kim dejo su vaso en la mesa también acercándose más a él- ¿Debería ayudarte con eso?-
-¿A..ayudar?- pregunto sintiendo como su rodilla se tocaba con la de él.
-¿No quieres que te ayude?- pregunto mirándolo a los ojos, mientras se acercaba más.
-No.. no lo se- respondió agitado pero sin moverse, podía sentir la mano caliente de su jefe sobre su muslo, solo ahí quieta.
-Si no quieres, puedes decirlo- le dijo ahora ya con sus alientos entremezclandose.
Esto no era nuevo para Chay, había salido con más chicos y conocía estas tecnicas de coqueteo pero era diferente. El señor Kim no era un chico tonto o de esos que buscaban impresionarte con su auto, ni mucho menos alguien irresponsable sin nada que ofrecer. Él era un hombre adulto qué sabia lo que hacia.
-Quizás..- alcanzo a decir sintiendo el roce de sus labios.
-Quizás..- repitio el contrario con una pequeña sonrisa al verlo cerrar los ojos.
Y esa fue la señal, Kim termino de cerrar la distancia besandolo. Aunque no era cualquier beso, era uno lento, profundo, con destreza. Definitivamente algo que Porchay nunca había sentido, experimentado, esa era la mejor descripción. Intento torpemente responderlo pero se sintió avergonzado al no saber como.
-Lo siento- se disculpo cuando el mayor se separo.
-¿Por que te disculpas?- pregunto aun rozando sus labios.
-Yo, no se..- dejo la frase en el aire cerrando sus ojos de nuevo.
-Puedo enseñarte muchas cosas, tranquilo- el toque en el muslo se convirtió en un apretón mientras volvía a besarlo de la misma forma.
Se sentía bien, nunca había tenido tantas ganas de ir por más con ningún chico, pero este hombre era otro nivel, o tal vez solo era el alcohol o tal vez solo eran sus hormonas despertando. No sabia con certeza, pero cuando se separo no pudo evitar sonreír mientras lo miraba.
-Aprenderé- respondió sintiendo su corazón acelerado al ver la sonrisa del contrario.

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Camina conmigo
SonstigesMacau y Porchay son amigos desde hace muchos años, sus padres se conocen por la misma razón, aunque no pertenecen al mismo círculo social, ellos se conocieron en un club de música y entablaron un sincera amistad con el tiempo. Un acontecimiento ine...