Capitulo 12

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Un mes. Llevaba un mes yéndose con Kim después del cierre de la oficina, iban a su departamento y cenaban algo para tener su sesión de besos despues. Porchay lo dejaba avanzar un poco más cada vez.

Hoy estaba decidido, Kim alteraba demasiado sus hormonas, se moría de ganas por ser tomado cuando veía la lujuria en los ojos del mayor. Le daba a Chay una sensación de poder, el hecho de tenerlo ahí entre sus piernas solo con ropa interior separandolos. No eran niños, ese hombre no iba a andarse con rodeos mucho tiempo más, era un relación de dos adultos.

-Lo quieres ¿Cierto?- le pregunto Kim al oido mientras daba empujones entre sus piernas con ropa interior de por medio.

-Creo que.. lo necesito- susurro en un jadeo separandose un poco.

Aun con los nervios en la boca del estomago, se mantuvo firme en su decisión y se deshizo el mismo de su última prenda mientras veía al mayor hacer lo mismo.

Volvieron a besarse, sentía las manos del contrario viajar por todo su cuerpo, así que Chay intentaba tocar todo a su paso también.

Una mano se hizo espacio en su entrada, iniciando con un dedo, sintiendo algo de dolor.

-Relajate.. dije que iba a enseñarte- susurro en su oido esperando a que el menor se acostumbrara al movimiento.

Llego el segundo, repitiendo la acción de esperar hasta que estuviera relajado para moverlos con destreza en su interior. Porchay era solo un manojo de jadeos mientras se aferraba con fuerza a las sábanas. Lo estaba disfrutando y mucho, el se había tocado algunas veces pero esto era diferente, ese hombre sabia donde y como mover sus dedos, eran mágicos.

-Creo que estamos listos..- susurro besando sus labios mientras se ponia en posición.

-Tienes que.. usar..- dijo agitado.

-Lo se, lo se.. no soy estupido- tomó del buro el sobre metálico para abrirlo y sacar el preservativo, poniendoselo después.

-Chay.. dime algo cariño- se acerco sus labios mientras una de sus manos rozaba la punta del miembro en círculos con su entrada.

-¿Qué cosa?- pregunto cerrando los ojos con anticipación.

-Eres virgen ¿Cierto?- pregunto ganándose se Porchay abriera los ojos para mirarlo- Eso se nota... pero descuida, se solucionara esta misma noche- volvió a besar sus labios con desesperación mientras lo tomaba con lentitud.

Dolió. Claro que dolió pero solo al principio, después de un rato la sensación era tan placentera, que su mente se nubló por completo. Solo podía pensar en lo que sus ojos veían, ese cuerpo fuerte y grande entre sus piernas moviéndose para entrar y salir de su interior, tocando el punto más profundo y sensible que no sabia que tenia. Y era increíble, como todo lo que Kim hacia, era tan delicioso y lo dejaba satisfecho.

Pudo sentir cuando llego a su límite y se libero en medio de las sábanas para después sentir los movimientos más acelerados de Kim escuchándolo soltar un gemido también en la última estocada.

Salió de él un minuto después y retiro el preservativo para tirarlo.

-¿Te gusto?- le pregunto Kim abrazandolo en la cama.

-Si.. fue.. aun me tiemblan las piernas. Si qué sabes que hacer- le dijo acercándose a besarlo.

-Bien... tengo un asunto qué arreglar, pero puedes quedarte aquí si quieres, mañana no hay trabajo- respondió saliendo de la cama un rato después.

-¿Qué asunto?- pregunto curioso, era la primera vez que le decía eso.

-Es personal, lo siento cariño- se acerco a besar sus labios- Descansa, vendré temprano a verte-

Camina conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora