Capitulo 37

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-No lo entiendo Macau- le dijo mientras cenaban- En serio lo defendió ciegamente, esta intentando sacarlo de donde sea que lo llevaron- 

-Déjalo, no lo entenderá, debe suceder algo mas serio para que reaccione. Solo espero que a la próxima no sea a costa de otro hijo- respondió el mayor también concentrado en su cena.

-Papa.. ¿Podemos ir con tío Pete mañana?- pregunto Jao después de terminar su plato.

-¿Para que?- pregunto curioso. 

-Venice tiene un juguete nuevo, es un...- el pequeño se quedo pensando- no recuerdo pero dijo que puedes saltar muy alto- extendió sus manos hacia arriba. 

-Bien, podemos ir a visitarlos- respondió Macau con una sonrisa.

Jao era la luz de sus días, era un niño tan listo, inocente, tierno y lleno de cariño para dar indiscriminadamente a los demás. 

A Chay se le olvidaba a veces que no eran padre e hijo biológicos porque de alguna forma les veía parecido, en el carácter y la personalidad. Su hijo estaba creciendo bien en un hogar lleno de cariño, amor y apoyo incondicional. Pensó un momento en ese chico otra vez ¿Qué clase de crianza o personalidad tendrá su hijo? ¿Sera dominante y explosivo como Kim? ¿Quizás sumiso y manipulable como su otro padre? ¿Una mezcla de los dos? Sacudió su cabeza dejando esos pensamientos a un lado, enfocándose en como el pequeño Jao le hacia pucheros a Macau para dejarlo comer un trozo de pastel como postre, aunque ya era tarde. 

-Bien, pero será un trozo pequeño- termino accediendo apretando su mejilla con suavidad. 

-Si papá ¿Sabes que eres el mejor papá del mundo?- pregunto mientras lo veía sacar el pastel del refrigerador.

-Lo dices como si conocieras muchos- respondió entre risas. 

-Si conozco muchos, los de mis amigos, pero... papá Macau es el mejor-  el mayor llego a despeinar un poco su cabello dejando el plato con pastel frente a él. 

-Ojala sigas pensando eso cuando crezcas- dijo divertido compartiendo una mirada con Chay. 

-Tiene razón, eres el mejor papá y lo seguirás siendo siempre- estiro su mano para sujetarla con fuerza.

-Eso es porque tengo un esposo y un hijo igual de increíbles, más uno hermoso en camino todavía- levanto la mano que sostenía para dejar un beso en ella. 

Rápidamente los días, semanas y meses pasaron sin mayor inconveniente. Antes de lo esperado Macau estaba de nuevo en el hospital, por suerte esta vez, su hijo había escogido un fin de semana para nacer.

Se encontraban todos dando las felicitaciones en la habitación por un integrante más.

-Bienvenido a la familia pequeño- le dijo Chay al bebé qué succionaba con fuerza su biberón con formula.

-¿Por que mi hermanito es muy chiquito? Así no puedo jugar con él papi- se quejó Jao subiendo a cama con ayuda de Macau.

-Aun es muy pequeño cariño, es un bebé, por ahora él necesita cuidados- le respondió Macau acercándolo suavemente.

-Hola hermanito.. yo soy Jao- acaricio despacio su cabeza- te vas a llamar.. Bee-

-Bien, me gusta- respondió Chay con una sonrisa- escuchaste bebé.. eres Bee- un pequeño bostezo apareció cuando reitro el biberón.

-¿Esta feliz? ¿No le gusto?- pregunto confundido Jao.

-Solo tiene sueño- respondió Macau con calma.

-¿Sueño por que? No ha hecho nada, estaba dormido, solo le dieron leche y ya tiene sueño otra vez- se quejó con un puchero.

-No te enojes, así son todos los bebés, tu eras igual- le dijo Macau haciéndole cosquillas.

Camina conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora