Capitulo 38

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-Deja de comer esas cosas- Chay regaño a un Jao qué comía una bolsa de frituras llenas de salsa picante.

-Me gusta- respondió encogiendose de hombros.

-Te va a hacer daño- volvió a decirle viéndolo desde la puerta de la habitación- no quiero que ensucies esas sabanas-

Se retiro del lugar bajando las escaleras encontrando a Macau con Bee jugando con una pelota en el jardín.

Se sentía viejo de pronto, estaba sentimental, ver a Jao a sus 17 años era algo que definitivamente nunca creyó qué se sentiría tan real, recordaba a su bebé el día que nació, aunque era un rebelde en algunas cosas, en otras aun era algo ingenuo, le preocupaba que su hijo estaba lleno de buenas intenciones y no todos en este mundo saben valorarlo. Algunos se aprovechan, pueden engañarlo y su hijo siempre pensara que esas personas debieron tener una razón para hacerle lo que le hayan hecho, justificaba cada acción con una explicación, Chay sabia que él era asi antes, así que era logico estar preocupado de que alguien lo hiciera tonto. Jao era victima hasta de su propio hermano, siempre encontraba la forma de persuadirlo para ayudarlo con alguna travesura. Por suerte, él aun los tenia a ellos, sus padres qué estaban ahí para prevenirlo de cometer alguna equivocación y en el fondo él seguía siendo un chico obediente y tranquilo de casa.

Bee con sus 10 años era un niño alegre, listo, bueno para los deportes, en especial la natación, le gustaba mucho ir a nadar. Había días en que no sabia que esperar de ese niño, usaba sus propias palabras en su contra, no olvidaba ni un solo detalle de lo que le prometían, era astuto, Chay no sabia de donde había sacado ese tipo de inteligencia pero sin duda era muy diferente comparado con su hermano mayor.

Aunque también había momentos como este, donde lo veía ser atrapado por Macau en un abrazo, dejándose caer en el pasto y llenandolo de cosquillas, recordándole qué su hijo solo era un niño, por mucho talento qué tuviera para persuadir personas, en realidad era inofensivo, no tenía malicia para lastimar a nadie. A veces solo los convencía de comprar algún postre o a su hermano de pedir comida a domicilio cuando estaba claramente prohibido.

Se dedico a verlos jugar el resto de la tarde, hasta que la hora de preparar la cena llego.

-No tengo hambre- dijo Jao viendo los platos en la mesa.

-Es porque comiste esa chatarra.. ya no debes comer eso, te puede hacer daño- volvió a regañarlo- siéntate a comer-

-Pero pa.. no quiero, tengo nauseas, acidez- se quejó tocando su estómago.

-¿Vamos al hospital?- pregunto Macau acercándose.

-No, solo quiero ir a dormir- se dio la vuelta para subir las escaleras.

-¿Crees que este enfermo?- pregunto Chay a su esposo.

-Creo que si, él nunca rechaza tu comida, le encanta- respondió seriamente.

Se dedicaron a cenar tranquilamente, Chay preparo algo de avena mientras lavaba los platos, al menos eso esperaba que pudiera comer su hijo.

Subió con el plato hasta la habitación, dejándolo en la mesa a un costado de la cama.

-Jao..- lo llamo moviéndolo un poco, giro su cabeza para encontrarlo con una clara mueca de dolor- ¿Que pasa?- toco su frente sintiendo la casa de sudor y la temperatura.

Salió corriendo al pasillo para llamar a su esposo en voz alta, ocasionando qué tanto él  como su hijo menor salieran asustados a donde se encontraba.

-¿Que sucede?- pregunto llegando a donde ayudaba a Jao a levantarse.

-Tiene fiebre, esta sudando mucho ¿Te duele algo?- pregunto.

-Aquí..- quitaron la sabana viendo como sostenia su estomago- Duele mucho papá..- respondió agitado.

Macau como pudo lo ayudo a pararse y entre los dos lo llevaron escaleras abajo hacia la cochera para subirlo al auto.

-Vámonos Bee, te dejaremos con tus abuelos- Chay tomó al menor de su mano para subirlo al auto también.

Fueron primero directo al hospital, para este punto el dolor era demasiado, su hijo prácticamente estaba llorando del dolor, se veía pálido, enfermo.

Lo atendieron rápido en urgencias, con medicamento y pidiendole todo tipo de estudios antes de dictaminar un diagnóstico.

-Se le va a asignar una cama- les comento el medico- Tiene el apéndice inflamado.. necesitamos que baje, antes de poder intervenirlo- explico.

-¿Lo van a operar?- pregunto Chay asustado, Jao era un niño tranquilo, nunca tuvo más de algunos raspones o vendajes por si torpeza, una cirugía era algo más riesgoso.

-Su apéndice esta a punto de reventar, eso es en extremo peligroso. El medicamento ayudara pero no es suficiente, debemos monitorearlo y en cuanto disminuya, entrará al quirofano, vamos a retirar el apéndice- explico mirando a ambos adultos- Necesito que llenen los formatos y se le dará un habitación para quedarse internado-

Aun con la preocupación y el miedo hicieron lo solicitado. Ya cuando los llevaron a la habitación pudieron ver su rostro más tranquilo, aun con mueca de dolor pero no tan tenso.

-Me quedare- comentó Chay viendo a su esposo y su hijo menor.

-No, claro que no. Llevate a Bee, mañana hay escuela. Yo me quedo, solo estará en observación- tomó su mano- Eres de más ayuda para él que yo en casa- miro a su hijo menor- Estare despierto todo el tiempo y te avisare si algo sucede-

-¿Me avisaras de inmediato?- pregunto mirando preocupado a su hijo con los ojos cerrados.

Macau tenia razon, Chay era quien conocia los horarios, clases, se hacia cargo de los uniformes y la comida de Bee, así que era de más ayuda en casa con su otro hijo.

-Serás el primero en decirte si algo sucede- pego su frente- lleva al niño contigo, tambien se ve asustado- señaló al menor que veía con algunas lágrimas a su hermano mayor.

-¿Mi hermano va a estar bien?- pregunto cuando Chay tomó su mano para salir.

-Ya tiene medicina, estará bien- respondió intentando mantener la calma.

-¿Por que dijeron que lo van a operar? Eso es peligroso papá.. yo no quiero perder a mi hermano- comentó ya llorando un poco.

-Ya, ya- Macau lo abrazo con fuerza- tu hermano necesita eso Bee, aquí los doctores lo van a revisar todo el tiempo. No llores cariño-

-Tengo miedo.. ¿Y si no despierta?- giro a ver a Chay- Papi.. yo quiero mucho a mi hermano mayor, a veces le hago bromas pero lo quiero-

-Lo se mi amor y él sabe que lo quieres.. así que calma, ven conmigo- se acerco a abrazarlo también- vamos a casa, mañana vendremos a verlo-

-¿Se va a quedar solo?- pregunto mirando a la cama de nuevo.

-No, tu papá se va a quedar con el, nosotros vendremos mañana para dejar a papá descansar- explico Chay acercándose al mayor- Vendremos mañana mi cielo, intenta descansar- le dijo en voz baja.

No quería irse, claro que no, pero estaba siendo atendido y de nada servía qué ambos padres se desvelaran juntos, hoy lo haría Macau y él al dia siguiente, además Chay tenia más tacto para hablar con Bee sobre el tema y tranquilizarlo.

Se retiro del lugar tomando un taxi afuera del hospital, llegando a casa y durmiendo con su hijo menor en un intento de calmar su preocupación.

Camina conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora