1 O
''La amistad, como una flor creciente''.
― Dios, que imbécil... ― musitó Maite, en cuanto Simón abandonó dicho salón; dejándolos completamente a solas. ― ¿qué sucedió? ¿se pelearon o algo así? ― cuestionó, posterior a divisar tras su hombro, como manera de asegurarse que aquel castaño se hubiera ido.
Lucas dejó las óleos sobre una mesa vacía mediante su zurda, para acto seguido, bajar sus mangas, cubriendo aquellas cicatrices que tanto había olvidado. ― algo así. ― apretó sus cerezos entre sí, en tanto alzaba sus orbes hacia un rincón inexacto. ― me exalté un poco, supongo.
― Es un fracasado, no deberías dejarte afectar por él. ― contestó, entendiendo la inexpresión contraria, propia del contrario, como una reacción mezcla de la empatía y culpa. ― hasta yo le hubiese pegado si hubiera tenido la oportunidad, no eres malo por defenderte.― consoló, dejando de observar al pelinegro en sí, para centrarse en la gran obra maestra tras él. ― oh ¿esa es tu pintura? ― cuestionó con pinceladas de asombro en su voz.
El joven asiático sólo asintió en silencio, como si afirmarlo en voz alta fuese a otorgarle consecuencias negativas.
― ¿Esta era la pintura que te daba vergüenza mostrarme? ― apuntó mediante su índice, alzando una ceja al mismo tiempo.
― Ah, si. Esa... ― una mueca ladina, intento de esbozar una sonrisa, se dibujó en su rostro con nerviosismo. Había intercambiado algunas palabras por mensaje de texto con dicha joven, además de haber hablado personalmente durante la mañana en el bloque que resultaba antes del comienzo de la jornada escolar. Eso explicaba la cercanía que empleaba aquella efeba a la hora de interactuar con él.
― Dios, que linda... ― expresó, incrédula ante la habilidad impropia. Ni siquiera en el auge de sus talentos podría igualar tal obra de arte. ―¿cuánto te demoraste en hacerla?
El más alto la contempló, momentos después de que esta decidiera posar sus orbes sobre los suyos. ― era un cuadro sin terminar de hace unas semanas, sólo lo repasé.
― Tienes un gran manejo de la expectativ--... digo, perspectiva. ― se corrigió, antes de reír nerviosa. ― lo siento, no dormí bien anoche, debe ser eso. ― posó frente a sus labios la palma de su diestra ligeramente extendida, mientras que se encogía con ligereza.
― No te preocupes, entiendo que te complique el lenguaje que se ocupa; no eres de este electivo. ― esbozó una tenue sonrisa cerrada, mientras que al mismo tiempo arrugaba su nariz.
― ¿Cómo se llama? ― apuntó con sus ojos al cuadro.
― Corrupción. ― replicó, volteándose a observar su creación.
― ¿Y el reflejo de un hombre alto sobre un charco cualquiera que tiene que ver con la política? ― ladeó su cabeza con suavidad.
― Es que, ahí está el punto. No es tan fácil de comprender, sobre todo si no estás acostumbrada a las simbologías.― ocultándose las manos en sus bolsillos, se acercó a un costado del caballete. ― no sólo tiene un significado político, sino que aplica para cualquier persona ''corrupta''.
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𝖯𝗂𝗇𝗍𝖺𝗇𝖽𝗈 𝖠𝗓𝗎𝗅
RomanceLucas ama pintar. Simón ama beber. ¿Lo que tienen en común? Ambos asisten a una de las academias más prestigiosas de todo Santiago. ¿Y cómo se comenzaron a llevar? Fácil, no se llevan.