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''Ensañar (pt.2)''.
― Pensar que yo te conocí cuando eras un bebé... ― comentó ese viejo asqueroso, deslizando la frialdad de su tacto sobre uno de mis muslos. ― eras tan pequeño e inocente. ― susurró, intentando suavizar su respiración, que cada vez se volvía más pesada. Sin contar el profundo hedor a alcohol que desprendía su aliento.― dios, aún lo recuerdo... ― musitó, cual encuentro íntimamente romántico. ― me miraste con tus ojitos y me balbuceaste algo inentendible... ―encendió la lámpara a un costado de la cama, seguramente intentando divisar de mejor manera mi cuerpo. ― yo... ― contactó visualmente conmigo. ― supe desde ese preciso momento que tendríamos algo especial, mi amor.
Una inocente expresión de confusión se había presentando en mi rostro de infante.
¿Yo me había buscado esto...?
Pero, ¿cómo? sí ni siquiera podía comprender el deseo que se suponía era mutuo.
Quizás no estaba esforzándome lo suficiente en recordar.
Sí, seguramente.
― Supe desde ese preciso instante, que viste algo en mí. ― remarcó la frase en cursiva. ― que tus inocentes ojos, me miraban de otra forma, una más atrevida, por así decirlo... ― esbozó una sonrisa, en tanto agachaba la cabeza, como si estuviese nadando en el cáliz de la timidez. ― y que, de alguna u otra manera, mi deber era corresponderte. ― tomó mis manos con las suyas, para después entrelazarlas, alzando sus ojos a la par.― que sería estúpido dejar ir a un joven tan, pero tan hermoso... ― otra mueca presa de la confusión se instaló en mi rostro ante su, para mí; imperceptible cinismo y actuación, digna del mejor premio de todos los tiempos. ― como lo eres tú, mi dulce pastelito.
― ¿Y-Yo le pedí algo romántico primero...? ― cuestioné, mientras que a su vez procuraba no ser aquel infante insolente, que tanto se me había reprochado encarnar.
― Claro, tú comenzaste esto...― deslizó su antebrazo contra mis piernas, arrimándome.
― Pero, yo no recuerdo haber sentido amor de papás hacia usted... ― contesté, descansando con ligero temor ambas manos sobre sus hombros.
― ¿No lo recuerdas? ― interpeló suave, antes de besar sobre la tela sobre mi abdomen, manteniendo contacto visual.― pero, si, reitero; tú eres quien pidió todo esto...
Intenté escurrirme ante su incómodo beso, casi debido a un acto inherente, pero él apretó su agarre; amenazando desde tiempos inmemorables con discreción.
― Quieto, pequeño... aún no terminamos. ― susurró, fijando globos oculares cual depredador; intimidándome. ― pensé que sabrías que tú me provocaste... no es algo ajeno a nuestro conocimiento, dulzura.
― ¿E-En verdad yo lo provoqué...? ― creyendo en sus palabras, continúe intentando hacer memoria.
―Claro, ¿crees que este apego que sientes por mí es en vano?
― ¿Apego? ― con mi ceño fruncido tenue, observé un rincón aleatorio. ― ¿q-qué es eso...? ― conectamos visualmente.
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𝖯𝗂𝗇𝗍𝖺𝗇𝖽𝗈 𝖠𝗓𝗎𝗅
RomanceLucas ama pintar. Simón ama beber. ¿Lo que tienen en común? Ambos asisten a una de las academias más prestigiosas de todo Santiago. ¿Y cómo se comenzaron a llevar? Fácil, no se llevan.