Tu Homofobia ~ || RUSMEX || [Cancelada]

Reencuentro [Parte3]

México ~

Joder.

—Ah, hola México, me dejaste está nota y…

—¿Yo? ¿Cuál nota?

Me miró todo confundido, pero no más que yo.

—Ah,…está.

Me dió un papelito que decía: "Rusia soy México ven a mi cuarto a las doce, te necesito, es urgente"

—Es la puta letra de Brasil.

—¿O sea que no la escribiste tú?

—Así es.

Hijo de puta, mañana que lo vea no se la va a acabar.

—¿De todas formas quieres pasar?

—Mmh…, está bien.

Me cago en todo, yo namás lo decía por amabilidad.

Le abrí la puerta y el paso. Después la cerré, encendí la luz, me quite el suéter y me fui a sentar con Rusia al sillón.

—¿Quieres algo? Tengo un poco de todo en el refrigerador.

—¿Un poco de todo? Carajo.

Me reí y proseguí.

—¿Entonces no quieres nada?

—¿Tienes cerveza?

—De todo un poco te dije.

Me levanté y lleve de las mejores que traía.

Y así iniciamos, como la primera vez; incómodos, tomando, hablando de cualquier mierda. Como la primera vez.

En una de esas se apagó la puta luz de la nada y como no la pudimos prender de nuevo le hablé a USA.

—Bueno. ¿USA, qué chingados, por qué se fue la puta luz?

—Hubo un apagón.

—Eso no es muy primermundista de tú parte ¿Y namás fue acá?

—Dos millas a la redonda.

—A la verga ¿Y por qué o qué?

—No lo sé, probablemente por la travesura de un niño.

—Vale verga —en eso ví a Rusia y me acordé de algo—. Oye, ¿Brasil está contigo?

—Mmmh, no.

—¿Seguro? Te oyes nervioso.

—No.

—Bueno, mañana habló con él. Adiós.

Nos despedimos y colgamos. Ya después Rusia habló.

—¿Y? ¿Qué pasó?

—Un apagón por un niño a dos millas a la redonda.

—Carajo.

—Deja ver si tengo velas en la cocina.

Encendimos las velas con unos cerillos y ya.

Después nos empezamos a emborrachar, a tomarnos todo lo que encontramos, y al final ya parecíamos loquitos de cerro hablando de cualquier idiotez que ni oraciones formaban.

En un momento de lusidez las idioteces no pararon, pero ya formabamos oraciones sin reírnos.

—No se lo digas a nadie —dijo Rusia—, pero mi abuelo durante la guerra le agarro gusto a eso de morder la almohada.

—¡No jodas! —Al chile si me dió risa porque me tomo de sorpresa—. ¿Tu abuelo?

—Sí —él también andaba tomando entre risas mientras me contaba—, maldito loco, y lo peor es que si era él al que se follaban.

—No mames ¿Y quién te dijo eso?

—Mi padre —nuevamente no contuve la risa—. Un día que estaba borracho se puso a hablar idioteces de cualquier tipo, así como tú y yo en este momento, sólo que él en vez de hablar con un amigo hablaba con sus hijos; y en un momento se puso a hablar maravillas de mi abuelo—con claro tono sarcástico—, y nos lo dijo.

—¿Y no les dijo él cómo lo descubrió?

—Cuando le preguntamos nos mandó a la mierda y ya después cuando le pregunté, me dijo que porque lo había oído y ya después le preguntó a un guardia que le tuvo que decir.

—¿Y el guardia se metió con tu abuelo?

—Él dijo que no, pero que algunos que otros de sus compañeros sí.

—¿Pues se metía con los guardias o qué?

—Con guardias, oficiales, generales, soldados, de lo que se ofreciera; ya después les pagaba para que no dijeran nada claro.

—'Ta potente el asunto.

—Mi padre dijo que si hubiera podido se hubiera ido a meter con Rasputín.

Cambiamos de tema y en eso ya después dijo:

—Ya me entraron ganas de dormir.

—Pos vámonos a mi cuarto.

—¿A tu cuarto?

—Pos sí, como si nunca hubieras entrado ahí.

Nos levantamos y nos tuvimos que recargar el uno en el otro para no caer y cada uno seguía sosteniendo su respectiva botella.

Llegamos al cuarto y nos aventamos a la cama uno al lado del otro. Cómo le hicimos para que no se cayera lo que sea que estuvieran en las botellas no lo sabemos ni nosotros.

Suspiramos y ninguno de nosotros dijo nada y nos limitamos a mirar al techo.

Rusia tomo la primera palabra y dijo:

—¿Alguna vez has amado a alguien?

—…alguna vez.

—¿A quién?

—A alguien que me hubiera gustado que el amarnos fuera posible.

—¿Y por qué no lo fue?

—…No lo sé… ¿Tu por qué creerías que fue?…

Le di un trago a la botella para hacer como sentir más desgraciado pero como estaba acostado además de que me cayera todo en la cara casi me ahogue y a Rusia casi se le sale el pulmón por andarse riendo como delfín epiléptico. Quizá no de mucha risa pero para los dos borrachos compulsivos que somos en este momento todo es risa y risa.

Después de reírnos ambos de lo que pasó teníamos tanto sueño que solamente quitamos el cobertor y nos tapamos con unas cobijas que tenía ahí, no sin antes quitarnos, él la chamarra y yo la sudadera, aunque a Rusia no le basto solo con la chamarra.

—No mames que te vas a quitar también la playera.

—Tengo calor. Quizá allá fuera hace frío pero yo tengo mucho calor —agarro y se quitó la playera y quién sabe por qué tenía también camiseta—. ¿No te a pasado que después de beber —hablaba mientras agarraba la cobija (que namás le llegó al ombligo)  y se acostaba bocabajo—, tu cuerpo se siente muy caliente?

—Sí. Mañana vamos a estar que no nos la vamos a acabar —mientras hablaba yo me voltee completamente hacía él y él hacía mí.

Nuestras miradas se cruzaron; sus hermosos ojos grises poco visibles por la poca luz de la luna que entraba através de la cortina, su mirada tan tranquila pero exaltada.

El único sentimiento que siento es que quiero más…, quiero más de él…, quiero todo de él …, lo quiero a él, quiero estar con él, quiero vivir y morir con él.

Lo quiero a él y nada más.

No decíamos nada pero nos decíamos todo a la vez…

Hola gentezuela :)

Si no subí el cap la semana pasada es porque, no sé si a ustedes también les pasó, pero acá a nosotros nos cortaron el internet por problemas técnicos y hasta ahora no tenemos internet pero ya pude lo pude subir.

Espero les allá gustado y no se olviden de votar y comentar porque eso me ayuda muchísimo.

Ahora sí, tomen agua, rueguen que me devuelvan el internet porque ya no sé qué hacer y adiós :)