Tu Homofobia ~ || RUSMEX || [Cancelada]

Emoción.

Bielorrusia ~

Rusia llegó casi gritando de lo emocionado que estaba. Él y México se volvieron a hablar.

-¿Y ahora tu qué traes?

-Nada, sólo estoy emocionado.

-Dios..., dime que no estaba así cuando tenía 15.

-No me insultes por favor, yo no lo hacía.

-Perdón, es inevitable. -Nos sentamos en el sillón y a él le brillaban tanto los ojos que hasta me resultaba extraño. Estos últimos dos años su mirada había sido tan melancólica-. ¿Y qué más pasó?

-No me preguntes detalles, por favor.

Sinceramente esa respuesta me confundió.

-Bueno, puedes decírmelo cuando estés más calmado.

∆§§§∆

Salí para mandar a mi chófer a comprar algunas cosas y en el camino en el elevador me tope con Japón y Venezuela, las cuáles se ven que cruzaron pocas palabras.

Tan sólo las saludé a ambas con la cabeza y me fui a el fondo y las dos quedaron frente a mí.

Estábamos en silencio, uno no cómodo pero que se solucionaría con una palabra, una correcta.

Ninguna sabía qué decir, no tenemos nada que ver la una con la otra. Una es asiática, otra latina y yo europea y lo único que tengo que ver con Venezuela es que ella quiere más que a un amigo a mi hermano, a mi hermano.

Las puertas se abrieron y yo salí. Cuando lo hice pude oír como Japón y Venezuela comenzaron a hablar.

Mentiría si digo que no me sentí excluida.

Japón ~

Venezuela y yo comenzamos a hablar amistosamente y en una de esas salió a tema Rusia y México.

-Últimamente creo que tú has estado más pegada a México y yo a Rusia.

-Sí. Aún recuerdo como hace dos años eran buenos amigos.

-Sí, aún me pregunto por qué se habran distanciado, si se llevaban tan bien pero todavía no me atrevo a preguntarle a Rusia.

-Ni yo a México. Quizá sólo fue un amigo pasajero.

-A mí me dolería demasiado que Rusia sólo fuera uno de eso pero ya han pasado dos años.

Ambas nos bajamos y cada quién se fue a dónde tenía que ir.

Ahora que salió el tema de México me rodea esa duda que retumba en mi mente.

¿México está bien?

Se ve desanimado constantemente y sin duda no es el mismo de antes.

Ya no sé ni qué hacer.

Camino un rato para llegar hasta dónde está él -su habitación- y toco la puerta.

Estoy ahí un rato hasta que abre la puerta con una gran sonrisa.

-¡Japón! -exclamo para tomarme y abrazarme con fuerza. Casi me asfixia- ¡Ven, pasa!

-Okey, okey, pero tranquilízate -dije igualmente sonriendo.