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Narrador omnisciente


Hace 20 años


Taehyung se encontraba caminando solo en la noche, terminó de hacer su trabajo y tomó sus pastillas después.

Estaba viendo su teléfono mientras caminaba tranquilamente por algunas casas y escucho un grito muy agudo que hizo que hasta se asustara.

Parecía ser la voz de un niño o niña, siguió oyendo el grito y caminó hasta una casa.

"¡Mami... Sál-sálvame mami!"

Escucho ese grito de auxilio, y eso provocó que entrará a la fuerza por instinto. Rompió la puerta y lo que observó provocó que le hirviera la sangre.

Un niño omega estaba siendo ahorcado por un alfa y al lado había un cuerpo de una omega embarazada con sangre en medio de sus piernas y en su boca.

—Pero que maldito hijo de perra...

No pudo decir nada más antes de que vaya directo al alfa y lo empuje del pequeño.

El alfa quiso tirarle un puñete pero el beta lo esquivo, taehyung sujeto el cuello del otro para patearle el estómago. Estaba apunto de sacar su navaja para acabar con él pero escucho el llanto del pequeño Omega a su lado.

—Señorito llévame con mi mami... — dijo moqueando y con sus ojos cerrados e hinchados por el llanto.

Taehyung no tuvo de otra y le tiró una fuerte patada al alfa en su parte baja, cuando este cayó gritando del dolor tomó al omega y se fue corriendo.

Mientras corría con el omega en brazos escucho como este seguía llorando y temblando, seguía asustado. Sintió una tristeza enorme por el pequeño.

Al llegar a un parque donde no había nadie pero tenía muchas luces, sentó al pequeño en uno de los asientos y se agacho a verlo.

—Tranquilo, no te haré daño. — sonrió amablemente. —¿Cómo te llamas pequeño?

—Ji...min... Park jimin. — contestó mientras limpiaba sus mejillas húmedas.

—Hermoso nombre Jimin, mi nombre es Kim Taehyung. — le ofreció su mano.

El pequeño se sentía seguro con el y aceptó su apretón de manos.

—Eres... muy lindo señorito. — comentó el pequeño de repente.

Taehyung se sorprendió por lo dicho y soltó una carcajada.

—Para nada...

—Pero mi papi me dice... que no debo de mentir. — agacho su cabeza.

El beta sonrió enternecido, sujeto la barbilla del pequeño y la levantó.

—Nunca bajes la mirada. — dijo mirando los ojos muy brillosos del omeguita. —No debes de depender de nadie ni ser sumiso, créeme que podrás hacer las cosas solo. No te dejes guiar por los malos comentarios o burlas, se tu ¿esta bien? — sonrió.

—¡Si! ¡Me agrada Taetae! — sonrió feliz ocultando sus bellos ojos.

Al beta le dio mucha ternura y acarició la cabeza de jimin.

—Jiminie, ¿Sabes dónde está tu casa? — preguntó. —Tengo que llevarte, tus padres deben de estar preocupados.

Y el omega soltó un quejido.

DESTINO | JK&THDonde viven las historias. Descúbrelo ahora