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Después de unas cuantas bromas que terminaron con besos cortos hasta apasionados, la pareja salió de la mansión dirigiéndose a la otra. 

Taehyung por algún motivo se encontraba nervioso mientras miraba la ventana del auto, Jungkook solo le daba la mano mientras que con la otra conducía.

—¿Por qué estás nervioso? — preguntó el alfa mirándolo de reojo y sujetándole protectoramente la mano.

El omega dejo de ver la agradable vista de la ciudad y se enfocó en su alfa.

—Bueno... la verdad no lo sé. — admitió. —Hay muchas cosas en mí que han cambiado desde que soy omega, actitudes diferentes, más sensible a todo y no puedo controlar el olor de mis feromonas.

—Eso es comprensible, es como si recién te presentaras como omega. — le dedicó una mirada dulce para luego volver a ver de frente. —Luego de que mis queridos padres se larguen de mi casa... te comeré.

Taehyung volteó a mirarlo con sus ojos levemente abiertos, eso fue inesperado para él.

—¿Qué?

Mordiéndose el labio para aguantar las ganas de reír, Jungkook le dio una sonrisa divertida.

—Fue una broma. — sonrió divertido. —Te hubieras visto.

—Muy gracioso. — entrecerró los ojos. 

Con las constantes bromas de Jungkook a Taehyung se le habían ido los nervios. Luego de unos minutos ya habían llegado a la mansión donde se encontrarán con los señores padres y suegros.

El alfa bajó del auto con su omega e ingresaron a la mansión desde la gran puerta principal sujetados de la mano. 

Taehyung sabía perfectamente que su aparición no sería para nada bien recibida, es más, tan solo verlo causaría un gran alboroto, ya se estaba preparando para eso.

Todo lo contrario al omega, a Jungkook le importaba poco la presencia de sus progenitores. Aprovechaba la atención de ellos solamente para echarles en cara que estaría para y por siempre con Taehyung, nadie evitaría eso. 

No pasó mucho para que fueran vistos por cuatro personas quienes los miraban sorprendidos, no solo porque llegaron juntos, sino que estaban agarrados de la mano. Jeon Jungkook, quien jamás a mostrado algún tipo de interés en una persona y menos a un omega, llegó sujetando muy protectora y orgullosamente la mano de ese chico.

Taehyung ya esperaba esas miradas, pero lo que le sorprendió fue ver a esas dos personas presentes. Jungkook también estaba un poco sorprendido por la terrible presencia que mostraba ese par, se había olvidado de ellos.

Estaban listos para ver a los señores Jeon, pero no para ver a Jennie y a su padre ahí.

—¡Jungkook! ¿Qué clase de broma es ésta? — gritó la señora Jeon al lado de su marido, quien tenía la vista puesta en ese tan familiar omega. —¡Estamos con tu prometida! — señaló a la alfa de vestido rojo.

Taehyung escuchó el suspiro de su alfa y logró ver de reojo como este volteaba sus ojos. Le pareció tan gracioso.

Jungkook, quien sintió la mirada de su omega puesta en él, volteó a mirarlo y le dio un beso volado para nada disimulado.

Estaban tan perdidos en sus miradas que no se dieron cuenta que el señor Jeon se acercó a Taehyung y lo examinó de arriba hacia abajo. El castaño sintió su gran escaneada y con una sonrisa ladina se inclinó de lado apoyando su mano en su cintura.

Ya lo estaba reconociendo, lo suponía ya que la cara del alfa se volvía cada vez peor.

—Le queda muy bien esa cicatriz. — miró el cuello del alfa con una sonrisa fingida. —Debería agradecerme.

DESTINO | JK&THDonde viven las historias. Descúbrelo ahora