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Después de escuchar esa respuesta, Taehyung giró completamente su rostro mirando a otro lado. Estaba tan nervioso y sentía su cara arder, no podía mirar al alfa.

Jungkook soltó un bufido y sujeto delicadamente la barbilla del omega para hacer que lo vea, pero Taehyung se resistía a verlo.

—¿Acaso te puse nervioso? — preguntó divertido.

—Tonterías. — masculló.

El alfa tuvo que evitar reírse para no enojar al omega, ya que descubrió que no tenía un buen temperamento.

—¿Es así? Entonces mírame. — siguió sujetando la barbilla del otro, pero el omega seguía sin voltear.

Taehyung a este punto estaba más nervioso que antes, y juraría que estaba muy rojo ya que sentía su cara arder.

—Pequeño revoltoso.

Fue entonces que Taehyung volteó y miró con su ceño fruncido al alfa quien lo veía gracioso.

Jungkook al ver al omega solo se preguntaba una cosa, ¿Cómo se puede ser tan lindo y obsceno, al mismo tiempo? Taehyung tenía las mejillas rojas, con sus ojos muy brillosos y esos labios recién lamidas tan apetecibles.

—¿Quieres recibir un puñete mío? — preguntó alzando su puño.

El alfa conteniendo su risa asintió.

—Por favor. 

Taehyung parpadeó confundido. ¿Acaso el alfa era masoquista? Eso no le gustaba, no disfrutaría golpearlo.

—Eso no es justo. — cruzó sus brazos. —Y no me vuelvas a decir ''pequeño revoltoso'', monstruo muscular. — se aguantó la risa por el reciente apodo. 

Jungkook levantó una ceja, ¿Así quiere jugar?

—Pequeño revoltoso. 

—Monstruo muscular.

—Cosita bella.

—No me digas ''cosita''

—Cosa hermosa.

—¡Mucho menos eso!

—Pequeño omega travieso.

—¡Haz silencio!

—Silénciame con un beso.

—¡Basta! — agarró un cojín del asiento y hundió su cara ahí. Estaba muy sonrojado y el alfa no paraba de decirle todas esas cosas.

Jungkook observó la escena divertido. Taehyung mantenía ese suave cojín blanco en su rostro y parecía no querer salir de ahí por mucho tiempo.

—¿Estás enojado? — se acercó al castaño. Jungkook quiso quitarle ese cojín pero el omega lo sujetaba con fuerza.

Taehyung se alivio al notar que el pelinegro ya no le diría esas palabras, no es que no le gustara, solo que se ponía muy nervioso y no sabia que decir. 

Todo parecía ir bien, hasta que...

—¿Nos besamos y arreglamos la situación?

Y entonces Jungkook sintió como algo suave chocó en su rostro con fuerza. Taehyung le había aventado el cojín.

—¡Eres... Eres... agh! — se levantó y comenzó a caminar hasta la salida de ese hermoso lugar. 

Todo estaba oscuro y solo se notaba la luz de la luna reflejado en el mar. Si, estaban cerca a la playa.

DESTINO | JK&THDonde viven las historias. Descúbrelo ahora