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Mi reflejo.


Los pensamientos de Taehyung divagaban mientras sus ojos se encontraban perdidos en los destellos que tenían las luces de la ciudad

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Los pensamientos de Taehyung divagaban mientras sus ojos se encontraban perdidos en los destellos que tenían las luces de la ciudad. Su cabeza yacía recargada sobre la ventanilla del auto escuchando el sonido del motor que ambientaba ese pequeño espacio.

Sentía ganas de llorar pero las lágrimas jamás salieron. Se trataba de esa clase de tristeza, una enfermiza, en la que no te puedes sentir peor. Esa tristeza por la que todo ser humano tiende a padecer cada cierto tiempo, pero que en su vida era constante.

En ese preciso instante Taehyung no alcanzaba a entender su estado. Tenía un sentimiento de amargura que le revolvía el estómago, un sabor de disgusto en la boca y una sensación de fastidio que le oprimía el pecho.

Te arruina mentalmente no entender el por qué de algunas cosas. Después de todo, la mente es un laberinto en donde cualquiera puede perderse.

-¿Te encuentras bien? -se atrevió a preguntarle Jimin a un Taehyung demasiado callado.

- No lo sé. -le respondió- De pronto siento que todo me da vueltas.

- Quizás se deba a la cantidad de alcohol que bebiste.

- Puede ser.

Los ojos del castaño se cerraban contra su voluntad por el cansancio que pesaba en sus párpados. Jimin lo miró de reojo y sonrió negando con la cabeza.

Minutos pasaron para llegar a la casa de Taehyung. El rubio se había planteado la idea de no dejarlo ir, cuando recordó la manera tan decaída que tuvo el castaño al momento de llamarlo; el tono quebradizo de la voz que logró escuchar a través de la línea, lo tenía angustiado. Consideró resguardarlo en la suya. Pero internamente sabía que no podía hacer eso, si sus padres lo descubrían no obtendrían un buen resultado de esa noche.

Jimin bajó primero, y mientras rodeaba el auto para abrirle la puerta a un Taehyung ebrio, observó las luces de la enorme casa que esperaba por el castaño. Una sola persona en un lugar tan espacioso, sólo daba los indicios perfectos para sobrepensar en la soledad a la que se acostumbraba a vivir. Él entendía ese sentimiento.

Jimin abrió la puerta y tuvo que apresurarse a tomar el cuerpo del menor para que no cayera al suelo; había olvidado que Taehyung se encontraba recargando su cabeza en ella, medio entredormido.

Cuando lo ayudó a salir de allí se encontró con una interrogante que hasta ese momento no pensó. ¿Que haría con el niño de ahora en adelante? Dejarlo allí no era una opción. ¿Cómo haría para llevarlo hasta su habitación sin ser vistos?.

Recargó su cuerpo en el auto sin dejar de sujetar a Taehyung, y sacó el celular del bolsillo de su pantalón; al encenderlo el brillo de la pantalla golpeó sus ojos de una manera molesta. Estuvo apunto de desbloquearlo cuando un sollozo llegó a sus oídos.

¡No te soporto! -KookV-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora