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El hilo morado.

Entonces él se preguntó a si mismo

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Entonces él se preguntó a si mismo... ¿Puedes recordar quién eras antes de que el mundo te dijera quien deberías ser?
- Kim Taehyung.

- Esos ojos.. tienes ojos de que si te dan un abrazo, rompes a llorar. -dijo el azabache en voz baja; aquello fue lo suficientemente audible como para que Taehyung lograra escucharlo.

El menor respiró profundo, y mientras hacía ese corto trayecto hacia sus padres que aguardaban cerca del avión, intentaba relajarse. Su mano que permanecía unida con la del mayor, tampoco lo ayudaba en su totalidad; sino que en su lugar, solo provocaba mas incomodidad en su cuerpo que no lograba controlar.

Perderse, el castaño tenía esa necesidad.  La necesidad de olvidarse de la infinidad de cosas que pasaban por su cabeza. La necesidad de cerrar los ojos, respirar, y no pensar. Esa necesidad de huir de todo y de todos. No era una maquina, aunque en verdad así era como se sentía. No tenía baterías intercambiables. Su fuerza estaba agotada.

De pronto fue como si un sexto sentido se hiciera presente, o quizás fue producto de una reacción generada por sus cinco sentidos agudizándose. El hecho de que todo a su alrededor pareciera proyectarse en cámara lenta le hizo sentir un fuerte dolor de cabeza, una punzada, un taladro arremetiendo con fuerza, que le hizo presionar los parpados y detener su paso para resistir ese dolor insoportable. Escuchaba los sonidos del viento, los flash de las cámaras, y el grito molesto de los reporteros a una distancia alejada rogando por obtener una nota de ambos jóvenes; también oía el sonido de las llantas de los autos y la manera ruidosa de los aviones aterrizando y despegando; todo le pareció tortuoso por unos vagos instantes, que incluso Jungkook llegó a percatarse.

- Oye, tranquilo. -el azabache se paró frente al castaño y posicionando un dedo en su mentón, ayudó a que sus ojos hicieran un pequeño contacto visual.

El mayor se llegó a preguntar qué cosas pasaban por la mente de Taehyung como para que el chico tuviera ese tipo de reacciones de manera constante. Había visto algo parecido esa noche en la habitación de este, sólo que a diferencia de aquella vez, ahora no se desvaneció en el suelo. Jungkook se preguntó si estarían pensando cosas similares. 

- No quiero hacer esto. -parecía suplicarle a él. ¡A él!. Como si él tuviera la capacidad de impedir que algo como eso sucediera- En verdad no quiero. -bajó la cabeza absolutamente rendido. Ambos estaban igual de jodidos.

- ¿Ocurrió algo?. -Yoongi llegó junto a ellos para preguntar. Después de todo, el veía por la seguridad y estabilidad del Kim menor.

- Todo en orden. -le respondió Jungkook reanudando su camino, sin soltar la mano de un Taehyung que se desmoronaba con cada paso que daba. Y lo cierto, es que nada estaba bien en esa historia mal guionada. Absolutamente nada.

Una de las mujeres, que esperaba por su hijo sujetándole el brazo a su esposo, tenía una sonrisa plasmada en su rostro que desbordaba felicidad. Agradecía internamente que Jungkook no se haya presentado de manera imprudente. Había imaginado que ni siquiera haría presencia, o que llegaría montado en una motocicleta. Su mente buscó todos los posibles escenarios existentes, en donde su hijo terminaría discutiendo con el padre, y armando un verdadero descontrol. Sin embargo, sentía plena calma al verlo caminando de la mano del joven Kim. Quizás, después de todo, no parecía ser tan mala la idea. Ambos se veían bellísimos el uno con el otro.

¡No te soporto! -KookV-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora