Nota.
Este capitulo me encantó, es uno de mis favoritos así que espero y les guste, también está un poco más largo que los anteriores, me inspiré escribiendo jsjsjsja. Lamento no haber actualizado antes, es que, cómo ya les dije, he tenido muchos inconvenientes con la app.
Y lamento decirles que no he podido publicar los dos capítulos que les prometí, de verdad, mil disculpas): Prometo traer el siguiente lo antes posible. Lxs quiero, gracias por su apoyo.
Sin más que decir, los dejo para que lean.
*Proceden a aplaudir*Quedé completamente pasmada al ver a la persona que estaba dentro de ese auto.
—Eh... yo...—¿me hablaba a mí?—. Eh...
Él enarcó una ceja, divertido. Mierda ¿le divertía?, ¿por qué le divertía?
Qué pregunta tan absurda, Arya, es porque ahora mismo pareces una idiota.
No me causa gracia.
Me aclaré la garganta antes de hablar.
—De necesitar la ayuda, sí, sí la necesito. Pero de subir a tu auto, mhmm... eso no.
Díganme que no dije eso, díganme que no le dije eso Jareth Bristol.
Él me miró con confusión.
—Oh, bueno... —se veía incómodo—. Entonces yo...
—No, era broma —me apresuré a decir—. Yo... eh... sí.
Bien, eso había sonado más normal, ¿no?
Me dedicó una corta sonrisa la cual hizo que contuviera la respiración, mis nervios eran demasiados y la perspectiva de estar con él en un auto hacía que mi corazón se acelerara. De repente se bajó de su auto y caminó a mi lugar, abriendo la puerta para mí.
Muy educado.
¿Sí?, pues... él no me gusta.
Y a mí qué me importaba que no le gustará a mi conciencia.
Me quedé plantada en mi lugar, pensando en miles de cosas —ninguna mala, lo aclaro— solo podía verlo a él, mi ídolo, iba a estar en un auto con él.
—¿Tengo algo en la cara? —preguntó de repente.
No me había dado cuenta de que lo estaba viendo tan fijamente. Me sonrojé un poco.
—No... es nada —murmuré, cuando pasé por su lado para entrar al auto, sentándome en el asiento de copiloto y cerró mi puerta.
Me repetí una y otra vez "no pasa nada, solo vas a estar sola con él, ¿qué es lo peor que puede pasar?". Entró y se sentó en su asiento. Empezó a conducir en completo silencio y era muy incómodo, muy, muy incómodo; o al menos, para mí lo era. Lo miré de reojo nerviosa, ¿por qué no decía nada? Al final, quién terminó cortando el silencio fue él.
—¿Vas tarde? —preguntó.
Pensé bien lo que iba a contestar, no quería volver a hacer el ridículo.
—No, yo no voy tarde, ellos llegaron muy temprano.
Bueno... digamos que eso estuvo mejor.
Emitió una risa suave y yo me relajé un poco, estaba casi segura que podía notar mi nerviosismo y no me gustaba. Después de eso hubo otro momento de silencio, creo que esperaba que yo hablara, así que decidí hacerlo.
—¿En cuánto tiempo crees que llegaremos a la facultad?
Frunció el ceño ligeramente.
—Diez minutos.
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¿Odiarnos? [EDITANDO]
Roman pour AdolescentsElla odia a la gente, él ama ser el centro de atención. Ella ama el silencio, él adora las fiestas. A ella le encanta leer, a él le encanta el arte. Ella adora comer y a él le encanta ejercitarse. Dos personas completamente distintas que solo tiene...