Capitulo 13

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Quedé mirando la pantalla por unos largos minutos, con el celo fruncido, preguntándome cómo ese idiota había conseguido mi número. Estaba comenzando a pensar que cambiar mi número era lo mejor, ya que cualquiera que quisiese lo obtenía sin ningún tipo de complicación.

-Yo: Quién te dio mi número?

Le coloqué el emoji de carita molesta, porque sí, me molestaba la manera en que él había obtenido mi número.

-Idiota: Quieres que responda esa pregunta? Pensé que ya lo tenías claro.

Sí, también había registrado su número, no me juzguen.

La primera persona que se me vino a la mente fue mi queridísima —y traidora— mejor amiga; el que estuve acostumbrada a que ella hiciera eso, no significaba que no me molestara. Ya hablaría con ella.

Decidí dejarlo en visto. Me di cuenta de que Marian no se encontraba en el departamento por lo tranquilo que todo estaba, entré a mi habitación y me recosté en mi cama por unos minutos, analizando todo lo que había sucedido en el almuerzo, siendo franca, recordaba más la intensa mirada de Jade que todo lo demás. La manera en que me interceptó cuando salí del baño fue una de las cosas que más me tenía confusa y sus palabras... me preguntaba por qué le molestó tanto el hecho de que yo saliera con Jareth.

Todo habría salido a la perfección de no haber sido por Nia, su mera presencia arruinó el momento. Me preguntaba por qué me molestaba tanto que ella estuviera con Jade. Tal vez era porque los detestaba a ambos, porque sí, también detestaba a Jade.

Eso dices para engañarte...

No, lo digo en serio.

Era él, tenía algo que... uhg, ¿por qué me afectaba tanto que él y ella estuvieran juntos? Cada vez que los imaginaba me entraban un sabor amargo se instalaba en mi paladar.

Lo único de información que tenia hasta ahora de ellos dos era que: habían sido novios y que, según estaban intentando arreglar las cosas, no sé por qué no le creía ninguna palabra que salía de la boca de esa chica. Decidí ir a ducharme para bajar el mal humor que se hizo presente en cuento recordé la manera en que Nia tomaba del brazo a Jade.

Lo sé, debía dejar de pensar en eso.

Pero no podía, estaba completamente segura de que incluso lo hacía apropósito. Seguido de mi ducha me quedé dormida, esperando a que terminara el día.

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Ya era fin de semana, el día que menos estaba esperando ya que eso significaba que iríamos de campamento, ¿y saben quién odia estar al aire libre?

¡Bingo! Era yo.

Simplemente no soportaba salir de la comodidad que mi departamento brindaba. Otra de las razones por las cuales no quería ir era porque cierto señorito no había salido de mi cabeza, habían sido cuatro días insoportables en los cuales solo pensaba en él. En algunas ocasiones —algunas, vuelvo a repetir— me entraron ganas de escribirle un mensaje, me daba curiosidad saber qué más tenía que decirme.

El camino al "punto de encuentro" fue largo, iba en la camioneta de Alex, escuchando música con mis audífonos, sin prestar la más mínima atención a lo que decían los otros dos al frente. Por cierto, estaba un tanto molesta con Marian por haberle dado mi número a Jade, ella no sabía cuál era la razón, pero estaba segura de que sospechaba.

Al llegar, pude ver tres personas de las cuales solo conocía a dos. El primero era Nick, estaba tan risueño como siempre; el segundo era Jade, él... bueno, simplemente lucía como el idiota que era; y por último era una chica que no conocía, estaba con Nick. Al bajar del auto la primera persona en mirarme fue Jade, sus ojos grises me recorrieron de arriba a abajo y esbozó media sonrisa, la cual ya era característica de él.

¿Odiarnos? [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora