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La noche estrellada había caído en el pueblo de Hawkins causando que las luces de los juegos mecánicos sobresaltasen. La gente se movía de un lado a otro con una enorme sonrisa en sus rostros y, además, era la primera vez que escuchaba gritos que no fuesen de dolor. Sin duda, las personas se volvían eufóricas cuando se trataba de algo que implicase emoción.

–¿A cuál te quieres subir primero? –Peter jaló de mi mano para captar mi atención.

Aparté mi vista de las resplandecientes luces que había estado admirando por un par de minutos.

Peter acaba de pagar las entradas en una de las taquillas principales. De lo impresionada que estaba, ni si quiera me había percatado que ya habíamos ingresado al lugar.

–No lo sé. –susurré.

Mi vista vagó por toda la maquinaria en busca del juego perfecto. Eran tantos que en verdad no sabía cuál escoger.

–Elige el que más te llame la atención. Tiff, tiene que ver alguno que capte tu visión. –se hizo a un lado para que pudiese tener una mejor visibilidad.

–¡Ese! –señalé a la rueda gigante que parecía indefensa, pero entretenida.

–¿La rueda de la fortuna? ¿En serio? ¿Vas a escoger el juego más aburrido para que sea tu primera experiencia? –me preguntó con un tono incrédulo.

–Tú me pediste que escogiera y eso hice. –coloqué cara de confusión.

–Bueno, es tu decisión. –suspiró.

–¡Vamos! –estiré de su brazo para tratar de hacerlo correr.

Al principio, Peter se rehusó a seguir mi paso, pero terminó accediendo. Ambos corrimos en dirección a lo que lucía ser la fila para el juego y, ansiosamente, me formé para esperar nuestro turno.

–¿Alguna vez habías asistido a una feria? –volteé a mirarlo.

Peter bajó la cabeza para mirarme, ya que había una suficiente diferencia de altura que nos imposibilitaba estar al mismo nivel.

–Sí, cuando era niño. –me regaló una cálida sonrisa.

Era la primera vez que la sonrisa de Peter no me parecía llena de maldad, me gustaba este tipo de sonrisas.

–¿En serio? ¿Cómo fue? –pregunté por más detalles.

–No fue la gran cosa, fue antes que nos mudáramos al pueblo. –desvió la mirada para analizar nuestro alrededor.

–Aun así ¿No fue inolvidable?

–No realmente, mi hermana terminó decidiendo la mayoría de los juegos. Por esa razón, te dejé elegir nuestra primera atracción. –volvió a mirarme a los ojos.

–¿Hermana? ¿Tienes una hermana? –me llevé las manos a la boca del impacto que había tenido la noticia sobre mí.

–Tenía, una larga historia. Teff, no me gusta hablar de mi pasado ¿Lo recuerdas? ¿Verdad? –levantó una de sus cejas en espera de mi respuesta.

Retiré las manos de mi rostro para asentir con la cabeza.

–Entonces, cambiemos de tema. –tocó la punta de mi nariz.

El hecho de que había tenido una hermana se colocó en mi lista de ''pequeñas cosas que he descubierto de Peter''. Me causaba mucho interés indagar sobre su vida pasada, pero estaba segurísima que si se enteraba, me odiaría. Para Peter, lo peor que le podía hacer una persona era contradecirle; si él decía que no era no.

Despise | Peter BallardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora