Despise | Peter Ballard

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–¿Es cierto lo que dice Henry?–dije en medio del llanto que se había desatado tras escuchar la verdad sobre el paradero de mi madre.

–Yo...Cinco, déjame explicarte.–papá se llevó una mano a su costilla para evitar lastimarse al ponerse de pie.

–Adelante, cuéntale con lujo de detalles sobre lo que hiciste.–Henry lo alentó a declarar.

–¿Tú la conociste?–me dirigí hacia Henry.

–Sí, cuando era un niño, pero no fue gran cosa. La mayoría de la información la obtuve porque el doctor Brenner no es bueno guardando secretos.–se encogió de hombros–Me enteré una noche que se puso ebrio.

Regresé la mirada a mi padre quien se encontraba ocultando su rostro entre las palmas de sus manos.

–No teníamos ni idea de que estaba embarazada, nos enteramos ya cuando el embarazo estaba avanzado y, por lo tanto, no podíamos detenerlo.–retiró las manos de su cara.

Eso significaba que había sido un error, uno del cual hubiesen deseado deshacerse.

–Tu mamá y yo no estábamos casados, éramos una pareja de novios que tenían años saliendo. La sociedad iba a vernos mal por el hecho de tener un hijo fuera del matrimonio, entonces decidimos casarnos.–suspiró–Empezamos a vivir juntos cuando yo ya poseía al proyecto con un par de personas.

–Entre ellas, yo.–Henry interrumpió para recordar que él había sido el inicio de todo.

–Cuando tu madre se enteró del embarazo comenzó a tener cuidados intensivos por miedo a perderte, pero a mí se me había cruzado la descabellada idea de hacerte parte del proyecto. –tomó una pausa para inhalar una gran bocanada de aire–Sin embargo, se lo oculté. Comencé a hacerla parte de este sin que se diese cuenta, usualmente le inventaba excusas sobre chequeos para evitar que nacieras con enfermedades.

Henry caminaba de un lado a otro con una mano en su barbilla mientras que mi padre analizaba mi rostro en busca de una señal que delatase mis emociones.

–¿Por qué cesaste? Prosigue.–Henry chasqueó los dedos para hacer que mi padre saliera de su trance.

–Yo no aspiraba que tu madre desarrollara las mismas habilidades, todo lo que hice iba exclusivamente para ti. Entonces, todo se transformó en un dilema.–sus ojos acumularon un par de lágrimas que amenazaban con salir–Tenía que deshacerme de ella en cuanto nacieras porque se estaba volviendo una amenaza.

–¡¿Sólo por eso la mataste?!–me exalté, ya que se me hacía muy absurdo que se haya deshecho de ella solo por algo de temor.

–No lo entiendes, tu madre estaba descontrolada.–me miró con lástima–De la nada acometió contra cualquiera que se colocase en su camino, uno de ellos fue Henry.–papá lo apuntó con su barbilla.

–¿A ti? ¿Mi madre te atacó?–pregunté con un rostro de confusión.

Henry asintió con la cabeza.

–Tiffany odiaba que tuviese exclusividad con Henry, ya que este no se encontraba con el resto de niños. Él estuvo alejado del resto y, además, solíamos pasar demasiado tiempo juntos cosa que enfurecía a tu madre.