-¿Estás bien?
Fue lo primero que pudo decir, cuando se deslizó en el asiento contiguo, a primera hora de la mañana. Choi Hyunsuk le dedicó una cálida sonrisa, lo cual provocó Park Jihoon sonriese también. Algo tenía el mayor de los Choi que provocaba el mayor de los Park se sintiese lleno de felicidad cada que lo veía.
-Falta de aire. Nada que un reposo de veinte minutos no arregle. Me dieron suero, el cual sabía horrible, y después Bangjeon me acompañó al portón.
-Yo también debí haberme quedado –dijo Jihoon en un puchero. Hyunsuk empujó ligeramente su hombro.
-¿Y darte la oportunidad de reírte de mí por no haber soportado el calentamiento de la práctica de futbol? –rio de manera nerviosa-. Preferiría no me vieses en un estado tan patético.
-No eres patético.
-Y te agradezco no hayas tomado ninguna foto de mi momento más bochornoso.
-De nada –fue la respuesta de Jihoon, sonriendo esta vez con suficiencia-. Aunque debo advertirte: le conté a mi mamá –los ojos de Hyunsuk se abrieron como platos, especialmente al ver aquella caja que Jihoon colocaba sobre el escritorio. Oero antes de que pudiese decir nada, el mayor de los Park continuó-. Y ha preparado chocolate para ti. Para ambos. Más que nada para ti, pero me ha dicho que igual yo puedo comerlo –dándose cuenta de que estaba hablando sin sentido, Jihoon se apuró a corregirse-. Bueno, el caso es que ella dice que el chocolate calienta el alma, y relaja el cuerpo.
-Ah, mi mamá dice algo parecido –respondió Hyunsuk-. Pero ella dice es el ramen.
-Bueno, no sirven ramen en la escuela, pero... -a Hyunsuk no le pasó por alto como Park Jihoon bajaba lentamente la cajita de chocolates del pupitre, visiblemente dispuesto a esconderla en el fondo de su mochila, por lo que se apuró a poner su mano sobre la suya, y no permitir la cajita se fuese a ningún sitio.
Intercambiaron miradas.
-Podemos comer ramen en otra ocasión -dijo Hyunsuk, aún sin retirar su mano-. Hay un sitio cerca de mi casa donde sirven uno riquísimo. Siempre voy ahí cuando me siento deprimido. Pero hoy, toca chocolates. No, espera. Hoy pueden tocar las dos cosas. ¿Estás ocupado esta tarde?
Jihoon se apuró a negar.
-¿Qué tienes planeado?
-Vamos hoy. Por ramen.
Una nueva sonrisa. Había algo en la sonrisa de Choi... Park Jihoon estaba seguro que podía perderse en ella durante horas. Aquel era un sentimiento que estaba seguro ninguno de los Kim comprendía. ¿Ser amigos de alguien nada más por el hecho de serlo? ¿Acercarse a alguien sin tener intenciones ocultas, o esperar beneficiarse mutuamente, como si una amistad fuese simplemente un nuevo tipo de negociación? Para cuando inició la clase de historia, Park Jihoon se había hecho ya una promesa: sería diferente a los Kim. Sería amigo de Choi Hyunsuk, no por su apellido, o por sacar provecho de su familia. Sería amigo de Choi Hyunsuk, simplemente por el gusto de serlo, sin esperar nada a cambio.
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Gang Berry
ActionEn Corea, hay dos familias mafiosas que se comparten la plaza: Los Park y los Kim. Sin embargo, con los recientes rumores de la llegada de la Yakuza japonesa, las cosas dejarán de ser tan pacíficas entre ambos clanes. ¿Qué familia tomará el mando?