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El joven de quince abrió la puerta del vehículo, se deslizó en el asiento trasero, y apenas cerró dando un portazo, exclamó:

-Tenemos que hablar.

No se dijeron nada más durante el trayecto desde el colegio hasta la residencia Kim. El tono de Watanabe indicaba el asunto era serio. Confidencial. Y Kanemoto Yoshinori no iba a arriesgarse a que su conversación fuese escuchada por nadie que no fuesen ellos dos. Kim Junkyu incluido.

Así es como habían terminado encerrados en su habitación. Mientras el mayor de los Kim se quitaba el saco del uniforme, y lo arrojaba al suelo junto con la mochila, preguntó:

-¿Y bien?

-Hice lo que me dijiste –se apuró a responder Haruto, quien se encontraba de pie, en medio del cuarto-. Acercarme a Park Jeongwoo y dar la apariencia de ser también amigo suyo. Sin embargo, creo tenemos un problema.

-Si me dices que sospecha lo haces a propósito...

-Eso ya lo sabíamos. Soy demasiado cercano a ti como para que piense mi interés es simplemente el ser amigos. Claro que lo sospecha. El problema es que parece no importarle. Inclusive lo ve como una ventaja.

-¿Entonces? –preguntó Kanemoto, incapaz de entender cómo aquello era un problema.

Watanabe se apuró a repetir la conversación que acababa de tener con el menor de los Park, hacía menos de una hora en la biblioteca. Kanemoto escuchó atentamente, sin interrumpir, y sin hacer preguntas. A decir verdad, le tomó un par de minutos después de que Haruto hubiese terminado de hablar el atreverse a decir palabra.

-¿Entonces Park Jeongwoo quiere tomar el control de su clan? ¿Y además espera le ayudemos?

-No estoy muy seguro de que debamos confiar en sus palabras–se defendió Haruto-. Todo puede ser un truco. Ponerse a sí mismo de señuelo para que Park Jihoon tenga acceso a información, a ti...

-Yo tampoco estoy muy seguro –meditó Yoshinori, sentándose en una esquina de la cama-. A decir verdad, es bastante contradictorio... Todo mundo sabe sobre la rivalidad entre Junkyu y yo. No es secreto me desprecia por ser su medio hermano, y yo tampoco voy a fingir le tengo gran estima. Pero los Park son diferentes. Si hay una persona en la que no creería pondría en peligro a su propio dongsaeng, ese es Park Jihoon. Y, al mismo tiempo, si hay una persona que no se atrevería a desafiar a su hyung, ese es Park Jeongwoo.

-Es claro que miente –concluyó Haruto.

-Yo también quiero creerlo –secundó Kanemoto, aún perdido en sus pensamientos-. Sin embargo, tanto tomarlo como un anzuelo y desechar la idea, como creer en lo que dice sin ponerlo en tela de juicio, son situaciones que pueden terminar muy mal para nosotros.

-¿Entonces? –preguntó Watanabe-. ¿Cuál es el plan?

-Creo... creo por el momento debemos fingir le creemos. Sin embargo, quiero Park Jeongwoo sea consciente de que relacionarse con los Kim será bajo nuestros términos.

-¿Hyung? –susurró Haruto, viendo como Yoshinori se incorporaba de la cama, y comenzaba a caminar en círculos por la habitación.

-Si Park Jeongwoo así como el resto de los Park cree formamos parte de la Yakuza, quizá lo mejor sea hacerles creer que están en lo correcto. Puede que la solución para saber si Park Jeongwoo está siendo sincero con nosotros, o se trata de un truco, sea el infundirle un poco de miedo.

 Puede que la solución para saber si Park Jeongwoo está siendo sincero con nosotros, o se trata de un truco, sea el infundirle un poco de miedo

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