Se encontraban sentados en un rincón de la biblioteca. Park Jeongwoo no podía dejar de preguntarse cómo es que había accedido acudir allí, pero ahí se encontraba ahora, haciendo silenciosa compañía a su nuevo compañero de clase, Watanabe Haruto.
Watanabe era, por decirlo de algún modo, interesante. Estaba lleno de contradicciones, a decir verdad. En clase siempre se quedaba callado, casi sin prestar atención a lo que los profesores tuviesen que decir, haciendo garabatos en los bordes de las hojas, pero cuando al finalizar las lecciones pedía los apuntes de Jeongwoo, el menor de los Park podía darse cuenta de que el chico no era tonto, y, a decir verdad, aprendía con facilidad los temas.
Por ser el chico nuevo del curso, Watanabe Haruto había resultado ser una novedad para el resto de la clase. Tanto chicos como chicas se acercaban a él a lo largo del día para entablar conversación, conocerse, y de ser posible, volverse amigos. Y a pesar de que Haruto respondía a todos de manera amable y podía seguir casi cualquier tema de conversación, por más trivial que fuese, Park Jeongwoo podía percibir como al chico le costaba un poco de trabajo el adaptarse a tanta popularidad, y de cierto modo u otro, en realidad era algo reservado y hasta cierto punto tímido.
Y así era como habían terminado en la biblioteca, realizando la tarea de matemáticas.
-Lo pasas del otro lado con la operación inversa y entonces puedes multiplicar... -explicó Jeongwoo, al tiempo que apuntaba con el dedo al cuaderno de Haruto.
-Si está multiplicando pasa dividendo, y viceversa –dijo Haruto, más bien para sí mismo, y se apuró a escribir la operación, mientras decía en voz queda-. No por nada eres el mejor del curso.
Park Jeongwoo se limitó a encogerse de hombros. La verdad es que cualquier cumplido que un posible Yakuza pudiera darle, no era para nada bien recibido. Pero la escuela era terreno neutral, y mientras estuvieran allí, cordialidad era todo lo que podían ofrecerse el uno al otro.
-No tengo nada mejor que hacer –fue su respuesta, aunque se arrepintió al instante. Cualquier tipo de información, por mínima que fuera...
-Estoy empezando a sospechar no eres popular por gusto propio –dijo Haruto, sin pensar. Seguía demasiado concentrado en resolver aquel problema de ecuaciones, que su cerebro estaba prácticamente en modo automático-. Eres el más inteligente de la clase, capitán del club de ajedrez, y si me permites decirlo, bastante atractivo. Sin ninguna responsabilidad por delante, no entiendo como no pasas tu tiempo saliendo a divertirte.
-No me provoca mucha emoción tener a gente alrededor mío, a las cuales solo les interesa mi apellido.
-¿Ves? –respondió Haruto, aún concentrado en aquella serie de ecuaciones-. Por eso te conviene ser mi amigo.
Consciente de que estaban en la biblioteca, Jeongwoo contuvo el impulso de soltar una carcajada.
-¿Y tener mi escritorio rodeado de gente interesada en ti todo el tiempo? No gracias.
-Me gustaría no fuese así, ¿no lo crees? Es un poco incómodo. Aunque al mismo tiempo, es divertido.
Jeongwoo se sentía curioso, pero no se atrevía a preguntar a qué se refería con ello. Sin embargo, no hubo necesidad de que dijese nada, pues Haruto continuó.
-Es la primera vez que asisto al colegio, y es divertido tanto tener clases, como hacer amigos.
-No te creo –fue la respuesta de Jeongwoo, mientras veía como Haruto finalmente terminaba el problema de ecuaciones, y el resultado era correcto-. No tendrías este nivel académico si nunca hubieses recibido una educación...
Haruto se apuró a negar.
-Me has entendido mal. No dije que nunca hubiese estudiado. Dije que nunca he asistido al colegio.
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Gang Berry
ActionEn Corea, hay dos familias mafiosas que se comparten la plaza: Los Park y los Kim. Sin embargo, con los recientes rumores de la llegada de la Yakuza japonesa, las cosas dejarán de ser tan pacíficas entre ambos clanes. ¿Qué familia tomará el mando?