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-¿Joven Jihoon? Su padre quiere verlo.

Se le encogió el estómago. Estaban todavía bajándose del auto. Acababan de regresar del colegio, cuando una de las muchachas del servicio los había abordado. Debía ser algo urgente para tener que venir a buscarlo al sótano -2. Jihoon se limitó a asentir en silencio, y tras colgarse la mochila al hombro, él y su hermano menor subieron por el ascensor.

Los Park vivían en el corazón de Gangnam, en un edificio blindado de treinta y cinco pisos y tres sótanos. No había mejor seguridad que la de poder ver todo desde arriba. Al menos eso era lo que decía su padre. Una más de sus frases rimbombantes, como la de "el enemigo de tu enemigo es tu amigo", o "no te tomes nada personal, todo son negocios". No pudo evitar preguntarse con qué lo sermonearía esta vez.

Subieron al piso veinte, donde las puertas del ascensor se abrieron para dejar salir a Jeongwoo (quien tenía como destino su habitación), y con esto, Jihoon continuó el viaje solo, al piso treinta y tres.

El mayor de los Park se encontraba ahora en la oficina de su padre, quien lo esperaba ya. Con una seña, el señor Park le indicó que se sentase, y tras dejar caer la mochila al piso, el muchacho así lo hizo.

-Jeongwoo me contó hay estudiantes nuevos este año, en su clase, y también en la tuya. ¿Cuándo pensabas informarme? Si me das sus nombres, podemos hacer revisen su expediente.

-No lo consideré importante, perdón–fue la rápida respuesta de Jihoon, e igualmente se apuró a agregar-. Quería encargarme primero de ello yo solo. Según lo que he averiguado, el chico de mi clase es un Choi. Ya he entablado conversación con él. Si todo marcha bien, seremos cercanos antes de que termine el ciclo. El chico de la clase de Jeongwoo es extranjero. Japonés –aclaró inmediatamente-. Watanabe Haruto. Al parecer es cercano a Kim Bangjeon. Alguien ya ha revisado su expediente, aunque parece ser no hay mucha información, y la existente parece no cuadrar. Quería asegurarme de que no fuese un rumor sin fundamentos antes de alertarle al parecer tanto Watanabe como Kim Bangjeon tienen relaciones con la Yakuza. Mi siguiente movimiento era solicitarle su apoyo para mantenerlo vigilado y confirmar. Especialmente porque al parecer Watanabe se ha sentado junto a Woo en la gran mayoría de las clases.

-¿Qué piensa tu hermano al respecto?

-Sabe que él es bastante cuidadoso. Ya se ha puesto alerta. La sospecha es que el clan Kim quiera obtener información por parte de él.

Su padre se tomó un momento para meditar.

-Woo no pose información valiosa –dijo finalmente, en un tono ligeramente desdeñoso, lo cual estuvo a punto de provocar Jihoon frunciese el entrecejo, pero se contuvo-, pero podemos asignarle seguridad adicional, de ser preciso.

-Sabe cuidarse solo –fue la respuesta de Jihoon-. Por el momento dice que no ha notado nada extraño. Conversaciones normales de adolescentes normales.

Un poco más tranquilo, su padre continuó pensando en voz alta.

-Así que un Choi y un posible Yakuza. Me alegra que hayas hecho la tarea. Definitivamente mandaré alguien para que mantenga a ese extranjero en la mira. Me da gusto te estés tomando esto en serio, Hoon. Después del ataque contra los Kim, uno pensaría se doblegarían. Sin embargo, que sigan moviéndose solo me hace suponer que efectivamente los rumores de que cuentan con apoyo Yakuza son ciertos. Lo que a su vez significa que no podemos echarnos atrás ahora. La presencia de los Choi, si sabemos mover bien nuestras cartas, podría ser incluso más beneficiosa. Una especie de rehén, en caso de que intenten devolvernos el fuego. Asegúrate de mantenerte cerca.

Eso fue todo. Después de felicitarlo una vez más, Jihoon tuvo permitido el retirarse, y así, mientras emprendía la bajada en el ascensor, al piso veinte, las palabras de su padre retumbaron en sus oídos.

Gang BerryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora