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Había dicho que esperaría afuera, pero la verdad era que Kim Bangjeon seguía dentro de los vestidores, específicamente, junto a la puerta. Era un lugar estratégico desde donde no podía verlos (y ellos a él tampoco), pero podía escuchar perfectamente. Con la espalda pegada a la pared, y jugando con sus pulgares, intentaba mantener la calma.

Se dijo a sí mismo lo hacía solo por precaución, al tiempo que su imaginación rellenaba los espacios y sus peores sospechas comenzaban a hacerse realidad. ¿A caso Park Jihoon se estaba confesando? No, era peor. Park Jihoon estaba respondiendo a una confesión de Choi Hyunsuk.

Contuvo el impulso de interrumpir la escena cuando escuchó pisadas fuera del área de vestidores. Alguien se acercaba. Por el eco de los pasos, supuso se trataba de dos personas. Por la intensidad de las pisadas, supuso tenían prisa.

Los vio detenerse en el umbral, a su lado, e intercambiaron miradas. Park Jeongwoo iba por delante, seguido muy de cerca por Watanabe Haruto.

-¿Jihoon está adentro? –preguntó el menor de los Park.

Kanemoto se contuvo de responder "el área de vestidores está reservada solo para jugadores", y en vez de ello, extendió su brazo, indicándole tenía libre acceso. Si había alguien que fuese a interrumpir aquello, definitivamente no iba a ser él, pero tampoco iba a impedir alguien más lo hiciese.

Park Jeongwoo no esperó se lo dijesen dos veces, y entró con paso decidido.

-¿Ha ocurrido algo? –preguntó Yoshinori a Haruto, quien se había quedado junto a la puerta, junto a él, igualmente esperando.

-Una llamada telefónica, de su madre –fue la respuesta de Watanabe-. Por lo que entiendo ha ocurrido algo grave.

-¡¿Quién fue?!

-Bueno, el momento mágico se ha terminado –musitó Kanemoto, intentando sonar como si realmente lo lamentase.

Estaba por dejar de recargarse contra la pared, dispuesto a acercarse a interrumpir igualmente y llevarse a Choi Hyunsuk de allí, cuando la respuesta de Park Jeongwoo lo puso en alerta.

-Dicen que fueron los Kim.

Un nuevo grito.

-¡Voy a matarlo!

-Perfecto –susurró Yoshinori, y no pudo evitar sonreír-. Justo lo que necesitábamos. Una excusa.

Con Haruto siguiéndolo de cerca, caminó hacia donde se escuchaban los gritos y palabrotas provenientes de la boca del mayor de los Park, con quien prontamente se encontró al llegar al fondo del pasillo de casilleros donde se encontraban.

-¿Jihoon? –preguntó Hyunsuk, pero su recién declarado novio lo ignoró, y dando un par de zancadas, se acercó al mayor de los Kim y lo golpeó en el pecho, deteniéndolo en seco.

-¿Se puede saber qué he hecho? –dijo Bangjeon, fingiendo indiferencia, aunque por dentro estaba que le hervía la sangre.

-¡Deja de jugar a hacerte el imbécil conmigo! ¡Primero mi madre y Jeongwoo! –y apuntó a su hermano menor, quien había quedado de pie junto a Hyunsuk-. ¡Y ahora mi padre!

Esta vez la expresión de confusión de Kim Bangjeon no era fingida. Frunciendo el entrecejo, no pudo evitar preguntarse qué había ocurrido.

La respuesta llegó de boca de Park Jeongwoo.

-Lo han rafagueado.

-Junkyu –susurró Haruto. Bangjeon pensó exactamente lo mismo, mientras Park Jihoon continuaba golpeándolo en el pecho, esta vez con el puño cerrado.

Gang BerryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora