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-¿Hyunsuk?

Bangjeon dejó de masticar en ese instante, y al igual que Hyunsuk, ambos miraron a la entrada del local.

-¿Jihoon? –preguntó Hyunsuk, al ver a su compañero de clase, quien no se encontraba solo, pues venía acompañado por su hermano menor, Park Jeongwoo-. ¿Qué estás haciendo aquí?

-Le conté a Woo que el ramen de aquí es riquísimo; gracias por la recomendación, por cierto. Así que me pidió lo trajese para probar él también, y aquí estamos –añadió, encogiéndose de hombros, quitándole peso a sus palabras.

-¿Quieren hacernos compañía? Ya vamos a medio bowl, pero yo no tengo problema en ordenar otro.

Hyunsuk miró a Bangjeon, quien, con la boca aún llena de fideos, no tuvo de otra más que asentir, indicando que él tampoco tenía problema en que los Park ocupasen el otro lado de la mesa.

No era como si le hiciese mucha gracia el ver su salida con Hyunsuk interrumpida, especialmente por no solo uno, sino dos Parks, pero el mayor de los Kim suponía que al menos eso significaba no ocurriría ningún nuevo tiroteo aquella tarde.

Bangjeon y Hyunsuk terminaron pidiendo un bowl más, y continuaron conversando animadamente, hasta que el exceso de refresco hizo que Hyunsuk se parase durante un momento para ir al baño.

-Te acompaño –dijo Jeongwoo, poniéndose igualmente de pie, dejando a Bajgeon y Jihoon solos en la mesa.

-¿Se puede saber qué están haciendo aquí? –preguntó el mayor de los Kim, apenas moviendo los labios-. ¿O acaso piensas fingir diciéndome que no me están siguiendo los pasos?

-Te crees muy listo–fue la respuesta de Jihoon, fingiendo indiferencia y con la vista clavada en su bowl de ramen-. Te sientes seguro porque estás en compañía del heredero Choi...

-Eso no te detuvo la última vez –interrumpió Bangjeon a toda velocidad-. También estaba el hijo del embajador, y no te importó...

-En esa ocasión no sabía. Un error de cálculo de mi parte.

-Un error de cálculo que pudo haber ocasionado un problema diplomático.

-No finjas que te preocupa tanto –gruñó Jihoon de vuelta-. Después de todo no es Takata quien está siendo tu mejor escudo en esta ocasión.

-¿Hyunsuk? –preguntó Bangjeon en un susurro-. ¿Ahora sí estás interesado en que no sea más amigo mío que tuyo? ¿Qué te ha ordenado tu padre? Porque déjame decirte que, para mí, Hyunsuk no es un escudo. Somos amigos.

-Claro, síguete diciendo eso –arremetió Jihoon de vuelta, picoteando su ramen con los palillos-. ¿No fuiste tú quien me habló sobre la importancia de las conexiones? Creo que entre tú y yo el que está siendo cercano a él siguiendo instrucciones de su padre es otro.

-¿Es que no te has dado cuenta? –preguntó Bangjeon, incapaz de creer que Park Jihoon fuese tan ciego-. Nos gustan las mismas películas. Nos gusta la misma música. Tenemos un montón de cosas en común, temas de conversación e intereses afines. Podrás haber escogido el ser su compañero de banca, pero en realidad ¿qué compartes con él aparte del almuerzo? Si me permites decirlo, creo Choi Hyunsuk y yo somos almas gemelas...

-Retráctate –gruño Park Jihoon, clavando sus ojos en los de Kim Bangjeon.

El mayor de los Kim tuvo con contener aquel bufido de escepticismo.

-Son justamente esas diferencias lo que hace que mi amistad con Hyunsuk funcione de maravilla, aunque no es algo que necesites saber. Lo que ocurra o no entre Choi Hyunsuk y yo no es asunto tuyo.

Gang BerryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora