Promesas y Conejos rosas

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—Bas —tartamudeé— ¿Qué crees que haces aquí?

Él miró sobre mi hombro primero, y luego respondió con tranquilidad:

—La nota lo dice todo. Vengo en busca de tu perdón.

Sacudí mi cabeza para salir del shock inicial que me provocó verlo.

—¿De qué estás hablando? Pensé que te había quedado claro que no eres bienvenido en mi vida.

Me fijé en su frente una vez más. No podía ver nada parecido a un tatuaje, o si lo tenía, lo estaba cubriendo muy bien.

Mis manos temblaron ligeramente, y en todo este tiempo me quedé con el traje blanco aferrado entre los dedos. Cuando me di cuenta, lo solté y cayó al suelo.

—¿Y por qué me estás dando un traje blanco? ¿Esta es tu manera de "hacer las paces" conmigo? Me estás asustando —le dije con la voz más valiente que pude evocar.

Él recogió el traje y acarició la tela.

—Es la única forma que conozco —respondió—. Es simbólico, como la bandera blanca de la paz.

Agitó el traje en el aire.

—De todas formas, ¿no se te ocurrió que sería demasiado críptico regalarme un traje? Si tu intención no era asustarme, entonces fallaste. Esta es la segunda vez que tratas de darme algo como eso y todavía no entiendo porqué. Además, Bible está en la sala —añadí rápidamente—, mi papá también. Sólo te advierto que ellos quieren despellejarte vivo; así que ni se te ocurra propasarte conmigo. Si no estás en la cárcel es porque tuve consideración por tu madre.

Bas tragó saliva, notándose claramente por la forma en que bajó su garganta.

—Lo entiendo. Ahora, por favor acepta mi regalo —dijo. Intentó acercar el traje a mi mano, pero di un paso hacia atrás para que no me tocara. Resopló de disgusto—. Tengo una buena razón para dártelo; siempre soñé con verte vestido de blanco y nunca tuve la oportunidad... Además, míralo como una ofrenda de paz.

—No lo quiero. Me voy a casar con Bible.

No sé por qué se lo dije pero mi mente no podía pensar en otra cosa. Estaba lo suficientemente nervioso como para vomitarle en la cara. Los gemelos se estaban revolviendo en mi estómago.

Bas tampoco les caía bien a ellos.

En mi memoria todavía seguía fresco el recuerdo de sus manos sujetando mis brazos en aquella mesa. La manera en la que me sostuvo para dejar que... dejar que otro tipo me violara... aunque haya resultado una broma al final, era algo difícil de olvidar.

—¿Te vas a casar? —preguntó, extrañado.

Asentí con la cabeza, subiendo la barbilla y retándolo a decir algo.

—¡Ni siquiera tienes veinte! —explotó—. Es ridículo; ¿es que acaso el tipo no puede aguantar sus pantalones y esperar a que termines una carrera en la universidad? ¿Tan preocupado está de que se quede viejo, soltero y solo con su motocicleta, cuidando un asilo de gatos o alimentando ancianos?

—Basta, no digas nada. No tienes el derecho de meterte —dije apretando los dientes—. Será mejor que te vayas. Lárgate. No sé cómo conseguiste esta dirección, pero te advierto que, si te vuelves a aparecer...

—No, Build, escucha. Tienes razón, no debo meterme en tus asuntos, aun cuando dichos asuntos arruinarán por completo tu futuro pero... Moví cielo y tierra para encontrarte; no tienes ni idea de los favores que tuve que hacer; sólo vine porque creí que merecías mis disculpas. Lo lamento. Me porté como un cretino, y lo pagué muy caro. Tu noviecito se desquitó conmigo de la peor manera y de nuevo lo siento, no vine para juzgarte.

2. Forbidden To Obsess Over Bible Sumettikul ||BibleBuild||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora