Quería seguir hablando pestes de Us, pero otro fuerte dolor me trajo a la realidad.
Mis bebés no se iban a detener solo porque papi quisiera andar de chismoso sobre la vida de cierto chico que se imponía a dejarlas sin papá. Cierto chico que estaba a punto de perder todo su cabello si decidía mostrarse frente a frente de nuevo conmigo.
Sollocé con fuerza mientras, entre varias enfermeras, me ayudaban a subirme a una camilla. Intenté respirar de forma normal, pero pronto me di cuenta que estaba a punto de mandar a comer mierda las respiraciones... como por millonésima vez en la noche.
Sudor bajaba por mi frente y los únicos momentos donde podía reponerme era mientras se detenían las contracciones. Lo único que quería a este punto era tener rápido a estas bebés y conocerlas de una vez por todas.
—¿Ya puede comenzar a sacar a las bebés? —pregunté, desesperado, a la Dra. Bagda.
Ella hizo una mueca mientras daba órdenes a un grupo de tres enfermeras que poco a poco se ubicaron junto a mí y empezaron a examinarme y a encender alguna clase de maquinaria a mis espaldas.
—Primero debemos hacer una revisión rápida. Luego vas para el siguiente piso, para la sala de cirugías, a realizar la cesárea.
Tenía miedo al oír sus palabras. Creo que todos nos asustamos más de alguna vez por tener que visitar el hospital y yo no era la excepción; estaba muerto del miedo, al igual que ansioso.
Vi cómo la Dra. Bagda sacaba un iPod de su bolsillo y lo conectaba a los parlantes discretamente ubicados sobre una mesa para luego colocarse guantes en ambas manos.
—Esto será rápido —dijo ella—. Vas a ver que en cuestión de minutos tendrás a tus bebés en brazos. Ahora, tengo que hacerte una pregunta muy importante, es de vida o de muerte. Elige sabiamente.
Sus palabras aumentaron mi ansiedad y mis dolores. ¿Era más información sobre el bebé de Us y cómo Jeff no era el padre?
—De acuerdo, pero me está asustando —murmuré, extrañado por lo que fuera a decir.
—No te preocupes, es algo rutinario —ella hizo una pausa profunda y suspiró con fuerza—: ¿Quieres a Robbie Williams con Rock DJ? —señaló al iPod—, ¿o prefieres a Spice Girls con Wannabe?
Fruncí el ceño, el sudor ahora bajaba cerca de mis ojos, estropeando mi visión.
—¿Qué? ¿Esa es la pregunta de vida o muerte?
—Así es, por eso te pedí que eligieras con prudencia.
Resoplé, sintiendo que quería bajar de la camilla y golpearla directo en la cara.
—¿De verdad está bromeando conmigo en este momento?
—Todos son gruñones a la hora de concebir —murmuró—. Solo dime a cuál de los dos.
—A ninguno —respondí secamente—. ¿Puede, por favor, hacer que salgan las bebés ya, pronto?
Ella arrugó la nariz y de igual forma presionó play en el reproductor.
—Será Robbie entonces. Amo esta canción —dijo, y acto seguido comenzó a balancear sus caderas al ritmo de la música—, con esta conocí a mi ex marido, en una convención en Nuevo Mexico. Bebí hasta caer desmayada, recuerdo aquellos tiempos.
Suspiré en voz alta, quejándome mientras otra contracción se acercaba. Esta vez hice puños sobre la cama, agarrando las sábanas con fuerza y retorciéndome cuando noté que el dolor era más intenso que antes y parecía no tener fin. Traté de no lloriquear en voz alta al ver la cara de preocupación de la Sra. Panyangarm a mi lado, tratando de acariciar mi cabello.
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2. Forbidden To Obsess Over Bible Sumettikul ||BibleBuild||
Romance¿Qué puedo decirte acerca de Bible Sumettikul que no haya dicho ya? Cierto, el chico comete errores más rápido que un cohete viajando a la velocidad de la luz, pero tengo que admitir que los sabe remediar con la misma facilidad. No es difícil enamor...