Donde duermen los peces (2)

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Lo sabía. Sabía que ese tipo iba a sacar sus garras en cualquier momento, ¿pero que fuera tan descarado? Jamás se me ocurrió.

¿De verdad pensaba que Bible podía amarlo?

Ojala el imbécil haya escuchado toda la conversación, sino yo me encargaría de hacérselo pasar muy mal. Y él que estaba seguro que Us sólo lo miraba como si fuera un "amigo" o un "hermano". Pfftt, ¡pura mentira! Esa sabandija no tenía corazón.

Tuve que levantarme y caminar una y otra vez sobre la alfombra de la habitación para evitar que mis pensamientos se volvieran más tóxicos y dañinos, reproduciendo en mi mente las palabras de la víbora esa.

Me encontraba hecho una furia. A estas alturas era capaz de lanzar rayos laser con mis ojos y derretir el metal con tan solo pestañear. Me estresé tanto que mis pantorrillas comenzaron a doler y mi vientre palpitaba ferozmente.

Me obligué a tranquilizarme y a relajarme; ni siquiera pude examinarme en la clínica porque fui directo a dar de narices en la cara de Us, o mas bien con su fotografía tamaño mural, así que tenía que confiar en el diagnóstico de la Sra. Panyangarm; y según ella yo debía evitar el estrés.

Respiré hondo y me senté a orillas de la cama, deseando arrancarle el cabello al rubio odioso. Decir que estaba enojado era quedarse corto.

Bible era un idiota que se dejaba manipular por una bruja sin escrúpulos. Un idiota que no dejaba de serlo aunque prometió cambiar por mí. Al final eso sólo quedó en promesas vacías. Intenté llamarlo al móvil pero la llamada se cortaba.

Lo siguiente que hice fue escribirle un mensaje:

["Tu amigo es un idiota. ¡Te dije que ese psicópata sentía algo por ti!"]

La respuesta llegó casi de inmediato, aunque sabía que sólo podía tratarse de Us, la perra en celo tenía todavía su teléfono.

["Ya que decidiste renunciar a él, deberías irte por completo y no seguir hostigándolo. Él es un buen chico... pero no es para ti. Deja de escribir."]

Respiré hondo antes de marcar el número de Bible que me sabía ya de memoria.

Obviamente contestó el psicópata.

—Eres demasiado insistente. No sé qué vio Bible en ti —esa fue su contestación—. ¿Estás seguro que no le estás empatando al pobre ese bebé que llevas en el vientre?

—¿Y tú? ¿Estás seguro que tu hijo es de Jeff?

—Tú no lo entiendes... —lo escuché suspirar—, las cosas con mi bebé son complicadas. Y tú, despreciando a alguien tan valioso. Yo quiero a Bible, lo voy a cuidar como tú nunca podrías. Por favor, te lo vuelvo a repetir, si vas a alejarte, hazlo de una vez.

Colgó y me dejó más enojado que antes. Esto era el colmo. ¡El colmo! ¿Cómo podía?

—¡Tonto! ¡Hijo de... Ah!

Mi estómago se revolvió tanto que comenzaron a darme arcadas. Me sujeté el estómago con las dos manos y empecé a hacer uso de las clases de respiración para tranquilizarme. Podía llegar a ser malo que mi presión aumentara. La Dra. Bagda siempre me lo decía.

En la habitación se encontraba un pequeño baño en el que tuve que encerrarme y echarme agua en la cara.

¡Ese maldito! Tan hipócrita.

Me quedé por al menos una media hora en el baño, rociando mi cara con agua y evitando las arcadas que no me dejaban en paz. Mis pequeñas patearon mi estómago un centenar de veces y me hizo llorar mi desgraciada situación. Me encontré con el valor suficiente para marcar una vez más el número de Bible pero me envió directo al buzón de voz.

2. Forbidden To Obsess Over Bible Sumettikul ||BibleBuild||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora