- ¡ALINA! - gritó Aleksander corriendo hacia ella.
Alina intentó crear un orbe de luz más grande para protegerse del derrumbamiento, pero no lo consiguió. Aleksander pudo ver el reflejo del pánico en sus ojos y cómo la luz de sus manos desaparecía dejando la cueva en una inmensa oscuridad.
Segundos más tarde, lo que para Alina fueron siglos, pudo sentir que seguía de una pieza. Pudo escuchar su corazón tronar con fuerza junto con un jadeo que no provenía de su boca. Hizo un orbe de luz con las pocas energías que le quedaban y vio a su lado a Aleksander con las manos alzadas creando una capa ovalada de oscuridad sobre ellos. Alina lo miró sorprendida. Aleksander la miró haciendo el esfuerzo por mantener la protección activa.
- ¿Estás bien? - preguntó haciendo una mueca de dolor.
Alina asintió.
- ¿Cómo? - preguntó sin salir de su asombro.
- Lo aprendí de ti. - sonrió levemente.
Alina se ruborizó sintiéndose orgullosa aunque intentó disimularlo lo máximo posible desviando la mirada.
Las rocas y piedras dejaron de moverse. Aleksander dudó varias veces si debía o no deshacer el escudo creando un espacio de no más de tres metros de diámetro. Alina buscó una salida, pero no había ninguna.
- No tardaremos en salir. David puede cambiar el estado de las rocas. - dijo sentándose en el suelo apoyando la espada en la roca mientras cerraba los ojos agotado.
Alina miró a Aleksander. Volvieron a su cabeza los pensamientos que tuvo cuando le mató: "No es más que un muchacho, un muchacho brillante, bendecido con demasiado poder, lastrado por el paso de la eternidad".
- Pudiste matarlos a todos sin dudar. ¿Por qué no lo hiciste? Y no pongas los explosivos como excusa.
Aleksander abrió los ojos y se encontró con los de Alina. Vio en ellos que nunca jamás podría volver a engañarla. Lo conocía demasiado bien.
- No me atrevo. - bajó la cabeza-. Los Nichevo'ya ya no aparecen y... no quiero que vuelvan. - dijo en un hilo de voz.
Alina jamás lo había visto así. Parecía como si sufriera una mezcla entre miedo y arrepentimiento. La temperatura corporal de ambos empezó a bajar a causa del frío del lugar. Alina con su orbe aún activo se posicionó delante de Aleksander.
- ¿Cuándo te diste cuenta de que habían desaparecido? - quiso saber Alina.
- Hace unos años. - hizo una pausa-. En Belendt.
Alina abrió los ojos.
- ¿Tú nos capturaste? - gritó enfadada.
Aleksander se levantó despacio para intentar explicarse gesticulando con sus manos.
- No lo sabía. De verdad. Estaba enfadado y quería venganza. Hui de Ravka en busca de aliados que me ayudaran a derrocar a Nikolai y me enteré de que Zoya había llegado a Belendt, así que mandé capturarla. - hizo una pausa-. No te voy a mentir Alina. Iba a matarla. Antes de ir a la celda, leí la carta que Nikolai había escrito. Me sorprendió que pese a todo lo que pasó quisiera acabar con la esclavitud más allá de las fronteras de Ravka. Sin embargo, no me detuve, estaba dispuesto a acabar con ella y fue cuando te oí. No sabía que estabas, te lo juro.
- ¿Oíste la conversación? - lo fulminó con la mirada.
Aleksander dio un paso hacia ella asintiendo con la cabeza.
- Me equivoqué con todo Alina. Nunca debí aprovecharme de tu poder ni utilizarte. Por un momento pensé que lo conseguiría todo, pero al final, me quedé sin nada. - la voz se le quebraba.
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Seamos eternos juntos [Darklina] [Sombra y Hueso]
FanfictionLos sucesos ocurren cinco años después de la desaparición de la Sombra. Gregori, un hombre afortunado que obtuvo el poder de la luz cuando desapareció la Sombra, ha creado un ejército de fieles para acabar con la monarquía en Ravka. Alina recibe la...