Las sombras se desvanecieron por completo dando paso a la luz que entraba por los ventanales. Alina seguía recostada encima de Aleksander. Se lo había contado todo.
- Soy una inútil. - dijo Alina tras una pausa.
- Es una lástima. Iba a necesitar tu ayuda. - le comentó Aleksander con media sonrisa en su rostro.
- ¿Para qué? - preguntó incorporándose.
- No tiene importancia. Al fin y al cabo, no me vas a poder ayudar porque eres una inútil, ¿verdad? - le miró fijamente a los ojos incorporándose también.
- No. No lo soy. - balbuceó.
- Perdona. ¿Cómo dices? - Aleksander se acercó la mano a la oreja.
- ¡No soy una inútil! - gritó Alina.
Aleksander sonrió de par en par.
- Ahora empiezas a sonar como Alina.
- Serás... - dijo mientras le golpeaba con una de las almohadas.
Aleksander se protegió.
- Necesito que David y tú vengáis conmigo al escondite que tenía mi abuelo. Si existe alguna manera de salvar a Nikolai y a los Grisha de Gregori, es un buen sitio para empezar.
A Alina se le iluminó el rostro y se abalanzó sobre él rodeándolo con sus brazos.
- Gracias, Aleksander. - logró decir.
- No tienes por qué darlas.
Alina se separó un poco de él y le cogió la cara con sus manos. Se miraron a los ojos. Aleksander no movió ni un músculo.
- Me alegra tenerte de vuelta y que estés de nuestro lado. - le comentó Alina sin soltarle.
- No volveré a cometer el error de alejarme. Quiero verte brillar y si me lo permites, jamás dejaré que nadie apague tu luz.
Los ojos de Alina se iluminaron como luciérnagas durante la noche. Su cuerpo se inclinó hacia delante. Su corazón tronaba con fuerza, pero solo ella podía oírlo. Cerró los ojos cuando sus labios se encontraron con los de Aleksander. La estancia se inundó en un completo silencio. Aleksander cerró los ojos dejándose llevar. Llevaba más de cinco años esperando volver a encontrarse con sus suaves y finos labios. Su mano cogió el rostro de Alina y siguieron besándose. Ninguno quería parar, pero tampoco querían ir a más. Se estancaron en un momento de paz. Iban moviendo la cabeza para evitar dejar zonas inexploradas. Aleksander mordió suavemente el labio de Alina. Ella exhaló por la boca suplicando que lo volviera a hacer. Él lo hizo de nuevo. A los dos se les empezaron a encender zonas del cuerpo que llevaban mucho tiempo apagadas. Separaron sus labios y ambos abrieron los ojos.
- Deberíamos prepararnos. Nikolai... - hizo una pausa-. ...cada minuto cuenta. - dijo Alina con una pizca de culpabilidad.
Aleksander asintió.
- Saldremos mañana temprano. Tenemos que avisar a David y me gustaría ver a Nikolai.
Alina salió de la cama y empezó a vestirse tras el biombo.
- Nikolai estará en sus aposentos bien vigilado y David debería estar en su taller. - comentó abrochándose el kefta.
- Hay cosas que nunca cambian. - susurró Aleksander.
Alina salió vestida con su kefta azul.
- Estás guapísima, aunque... te queda mejor el negro. - le miró desde la cama con picardía.
Alina negó con la cabeza con una sonrisa en sus labios.
- Vamos, Oscurito... - dijo dirigiéndose a la puerta.
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Seamos eternos juntos [Darklina] [Sombra y Hueso]
FanficLos sucesos ocurren cinco años después de la desaparición de la Sombra. Gregori, un hombre afortunado que obtuvo el poder de la luz cuando desapareció la Sombra, ha creado un ejército de fieles para acabar con la monarquía en Ravka. Alina recibe la...