La noticia había corrido como la pólvora. Todos los Grisha y muchos soldados habían dejado sus quehaceres y se habían reunido a las puertas de los aposentos de Nikolai.
Los tres Sanadores estaban algo asustados estando en presencia de Aleksander. En la estancia se encontraban Alina, Zoya, Tamar, Tolya y Genya.
- ¿Seguro que puedes hacerlo? - le preguntó Alina.
- No, pero tengo que intentarlo. - miró de reojo a Nikolai.
Aleksander se dirigió a los tres Sanadores.
- Uno de vosotros estará en todo momento controlando el corazón. No puede dejar de bombear. - ordenó.
- Yo lo haré. - se ofreció uno.
- Bien. - miró a los otros dos-. Yo iré destruyendo las agujas. Vosotros tendréis que cerrar las heridas de los músculos lo antes posibles.
Ambos asintieron.
Tamar estaba abrazada a Zoya quien no dejaba de temblar y Genya inyectó algo más de anestesia en Nikolai. Aleksander colocó las manos encima del pie derecho del que continuaba siendo el rey de Ravka. Las sombras se adentraron en su cuerpo. La sala estaba totalmente en silencio. Aleksander empezó a sustraer las agujas de luz y haciéndolas desaparecer poco a poco mientras que los Sanadores curaban a su paso. Notaron que los músculos de los pies estaban curados y sonrieron entre ellos.
- ¡Concentraos! - les gritó Aleksander-. Aún no hemos llegado a los músculos y órganos importantes.
- ¿Funciona? - susurró Zoya sin querer saber la respuesta todavía.
Siguieron subiendo por la pierna. Se deshicieron de las agujas de los gemelos. Estaba funcionando. Cuando llegaron a la ingle, pararon. Aleksander estaba sudando. Alina le dio un vaso de agua para que pudiera hidratarse.
- Funciona. - le comentó Aleksander con media sonrisa.
Alina se alegró, pero no parecía del todo contenta. Aleksander se extrañó.
Siguieron con la otra pierna. Volvieron a parar cuando llegaron al final dado que se avecinaba una zona complicada.
- ¿Listos? - preguntó Aleksander.
Los tres asintieron. Aleksander tocó la entrepierna de Nikolai. Con sumo cuidado fue sustrayendo las agujas y absorbiéndolas para hacerlas desaparecer. Los Sanadores iban curando con el mismo cuidado. Estaban todos agotados dado que requería mucha concentración y delicadeza. Volvieron a parar. Aleksander miró a Alina con preocupación y ella sonrió para tranquilizarlo. Zoya se acercó a Aleksander.
- Gracias. - logró decir.
- Aún no le hemos salvado. Hay muchas cosas que podrían salir mal todavía.
Habían cambiado de día y el número de espectadores que esperaba fuera no había menguado un ápice. Los soldados se habían ido turnando para traer comida, mantas y café dado que ninguno quería abandonar el vestíbulo a la espera de buenas noticias.
- Ya hemos hecho la prueba y vemos que funciona. Vamos a por el corazón. - ordenó Aleksander-. El procedimiento es el mismo que hasta ahora.
Todos asintieron, incluyendo Zoya que estaba esforzándose por recuperar la esperanza. Aleksander tocó el centro del torso de Nikolai, donde se encontraba su corazón. Empezó la extracción. Su mano le temblaba. Se notaba el cansancio. Quería quitarle las agujas sin abrir más la herida, dado que podría ser fatal, pero le estaba costando.
- ¡Su corazón se ha parado! - gritó el Sanador a cargo de controlarlo.
- ¡Bombéalo! - gritó Aleksander, quien al mismo tiempo dejó de extraer.
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Seamos eternos juntos [Darklina] [Sombra y Hueso]
Fiksi PenggemarLos sucesos ocurren cinco años después de la desaparición de la Sombra. Gregori, un hombre afortunado que obtuvo el poder de la luz cuando desapareció la Sombra, ha creado un ejército de fieles para acabar con la monarquía en Ravka. Alina recibe la...