23-Julio-2020
Aprender a hacer todo lo que nunca había hecho fue todo un reto que le tomó al menos un mes adaptarse y aceptar con resignación que esa sería su vida. Samuel era realmente frustrante cuando tenía esos bajones emocionales, pero Lucrecia aprendió rápidamente que el chico se desahogaba con el arte, igual que ella, cada uno a su manera, pero en la misma vía.
Tal vez no podría comprarle óleos y un lienzo porque eran gastos que no podía permitirse, pero en un acto de valentía y de desesperación por la situación emocional del chico, había salido una mañana luego de que él se fuera a la escuela y había ido a una tienda de artes para comprar un cuaderno de dibujo y un estuche de lápices de colores. Estaba tomando parte del poco dinero que le sobraba de sus ahorros, pero el chico la había ayudado mucho.
Recibirla en su casa y convivir con ella... dos cosas nada fáciles, porque Lucrecia solía olvidar con demasiada frecuencia las primeras semanas la situación que ahora tenía y ocasionalmente seguía tratándolo como alguien inferior. Pero él le había tenido paciencia, Lu había aprendido a valorar eso; a demás no la había dejado sola, al contrario, la había apoyado más que todos los que conocía. Así que pensó que realmente no era un gasto tan infructuoso.
Esa noche Samuel estaba hasta el tope con todo, entre la escuela, su día tan jodido y lo loco que lo volvía Lucrecia con sus ataques de niña mimada, creía que explotaría en cualquier momento, le había tocado a él hacer la cena, pues Lucrecia aún tenía ciertas diferencias con la cocina. Fue cuando terminaron de cenar que Lu se había levantado y había vuelto sosteniendo algo entre las manos.
—No lo envolví porque excedía mi presupuesto, pero espero que te guste -dijo la mexicana acercándose, era una broma de mal gusto, pero a parecer Samuel la entendió porque sonrió levemente a la mexicana.
Sonrisa y todo, Samuel se había quedado sin habla... era un cuaderno de dibujo y una caja de lápices de colores profesionales, eso debía haberle costado una fortuna.
—¿Cómo supiste que era mi cumpleaños? —inquirió Samuel y fue el turno de la mexicana de sorprenderse, ella no lo sabía y Samuel se dio cuenta de ello.
—No lo sabía —aclaró ella con honestidad—. Es solo que te he visto muy perdido estos días y pensé que tal vez si la dibujas podrías dejar de verla en todos lados.
—¿Dibujarla?
—Vamos Samuel —dijo Lucrecia poniendo las cosas en la mesa—. Puede que Carla se haya ido a otro país, pero ella sigue aquí más presente que cuando estaba en Madrid. Tal vez dibujarla te ayude en algo.—No quiero olvidarla, Lu —dijo entonces Samuel con los ojos al borde de las lágrimas—. No podría perdonarme eso y las únicas fotos que tenía con ella se las ha llevado ella en su teléfono.
—Bueno, entonces creo que di en el clavo con mi regalo... dibújala Camarero, prefiero ver una puta pintura de esa hija de perra enmarcada en la sala, que verte a ti mirando fantasmas en todo el piso.
—¿Tu tienes fantasmas? —preguntó el castaño y Lucrecia suspiró.
—Sabes que sí, uno se llama Guzmán y el otro Valerio... al parecer eres el único hombre que no me ha jodido la vida.—¿Con Guzmán...
—Ese imbécil me dijo que no me quería el día de la fiesta de Rebeka, el mismo día que me dijo que se había acostado con Nadia... Y yo idiota queriendo sacar nuestra relación a flote... —dijo Lucrecia y no pudo controlar las lágrimas que resbalaron de sus mejillas—. Y con Valerio, bueno... sabes lo que pasó, fue el error más grande que cometí porque ahora por eso no tengo nada de dinero y vivo al día... bueno, puede que sea el segundo peor error —dijo mirando a Samuel.—No quiero saber qué ocupa el primer puesto entonces —dijo totalmente convencido.
—Jamás debí haber dicho nada en esa gala —dijo Lucrecia—. Perdóname, pero estaba celosa, porque yo quería que Guzmán me mirara como tú veías a Carla... y no sé si fue así, pero siento que ese último comentario fue lo que jodió tu relación con ella.
—No fue tu culpa...
—Di lo que quieras, pero a menos que tengas una máquina del tiempo para volver y evitar que diga que ustedes estaban follando y que aún así pase todo lo demás... no tienes manera de asegurarme que no es mi culpa.
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SobReviViR
Fiksi PenggemarCuando Carla se fue a Londres dejando todo atrás, dejó también a las dos personas más importantes de su vida, las mismas 2 personas que habrían dado todo por ella. Se sentían traicionados y estaban realmente solos, pero encontraron una extraña forma...