Carla

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Julio 2020

Había intentado no recordarlo. Había programado una semana super ocupada precisamente para no pensarlo ni un momento, pero Dios parecía querer castigarla, pues varios de sus planes se cancelaron, y, curiosamente, fueron precisamente casi todos los planes del 23.

Lo escuchó alguna vez, o tal vez lo leyó, porque realmente ellos nunca hablaron de cosas tan banales, pero Carla sabía bien que el cumpleaños de Samuel era el 23 de julio y ese día estuvo en una constante crisis de ansiedad.

A diferencia de Lucrecia, no había tenido el valor ni las ganas de bloquear a Samuel, ella necesitaba saber de él, que estaba bien. Así que podía darse el lujo de ver aún las fotos que él publicaba. No hubo mucho acerca de su cumpleaños, salvo una history de Rebeka con él.

Carla no había puesto atención ese día en clases, se había quedado analizando la mirada de Samuel en la foto de Rebeka, el corazón se le apretaba al ver que la sonrisa no llegaba a sus ojos.

Fue hasta la noche cuando el mismo Samuel subió una fotografía.

Fue hasta la noche cuando el mismo Samuel subió una fotografía

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Carla estaba hiperventilando... ¿Color a tu vida? ¿Qué cojones se suponía que significaba eso? Lucía definitivamente como un regalo, Samuel siempre había vivido al día, nunca habría podido comprarse esos colores, ella conocía mejor que nadie su situación económica, así que no había más.

Esos colores eran un regalo.

¿Pero de quién?

Rebeka lo habría presumido en sus redes por el puro placer de restregárselo a Carla en la cara... así que quedaba descartada. ¿Quién más podría haberle dado eso de cumpleaños?

Samuel no había etiquetado a nadie en especial en la foto, sin embargo, eso no había evitado poner nerviosa a Carla. No podía darle corazón, se supone que había sido ella quien se quería alejar... muchos comentarios llovieron sobre los colores nuevos de Samuel.

Ella sabía que le gustaba el arte, había visto un par de dibujos muy buenos durante la semana que había estado en su casa, pero jamás había preguntado sobre ello.

Su corazón le dolió de nuevo porque si las cosas hubieran sido de otra manera, ella posiblemente hubiera...

No tenía sentido pensarlo, las cosas no eran así, no había caso.

Odiaba a su padre con todo su ser, por culpa de su maldito reloj todo se había jodido. Sí, también por culpa de ese maldito reloj y por Marina ella había podido acercarse a Samuel... pero no hubiera terminado lastimándolo tanto, no a él que era lo mejor de su vida.

Ella nunca pensó en una familia, había quedado curada con la que tenía, ¿Un padre proxeneta como Teodoro Rosón?, ¿Una madre sumisa como Beatriz Caleruega? ¿Niños solos criados por el personal de la casa?

No gracias.

Pero entonces había llegado Samuel a llenarla de ilusiones nuevas y ella claro que se había imaginado una familia con él. Solo con él. Porque estaba segura que él jamás sería como Teodoro Rosón.

Cerró Instagram furiosa consigo misma por estar pensando en esas cosas y decidió que después de todo, si que podía salir a tomar algo a algún bar cercano. Olvidarse de todo por un momento, olvidarse que Samuel podía ser feliz sin ella.

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