SobReviViR

Carla

Abril 2021

Había sido toda odisea tener sus terapias y sus clases, pero Carla lo estaba consiguiendo, de a poco iba mejorando y se iba levantando. Samuel no había subido nada nuevo sobre la chica rubia y eso había ayudado en gran medida a la tranquilidad de Carla, pues le permitía concentrarse en la escuela, en vez de centrar su atención en Samuel.

Había aceptado salir con un senior de Finanzas en un intento de volver a ser la Carla que siempre había sido.

Pero esa noche, al llegar a su piso se dio cuenta de algo que hasta entonces no había notado. Carla, la verdadera Carla, era la chica que disfrutaba de los planes improvisados, que disfrutaba de quedarse en silencio mirando una película o una serie, que ayudaba a recoger la mesa y tender la cama, esa misma chica que prefería mil veces una cena de macarrones recalentados a una noche de alcohol en cualquier bar.

Sonrió para ella misma, solo ese tonto de Samuel había podido ver en ella a la verdadera Carla, pues ni ella en ese momento lo había visto, sino hasta ahora... que comparaba la carísima cena en Londres que acababa de tener.

No se sentía igual, simplemente porque Jhonathan no miraba sus ojos, como todo el mundo, él simplemente los veía. Carla no sentía sus piernas temblar al sentir cómo le desnudaban el alma... porque ese efecto solo lo había tenido Samuel, con sus cálidos ojos castaños.

-Ay, mi amor... ¿Qué me hiciste? Que ni siquiera a millas de distancia estás lejos de mi cabeza -susurró Carla a las estrellas nocturnas-. Espero que no lo pases tan mal como yo... y que no estés tan solo. ¿Sabes? Lu no responde mis llamadas, supongo que ahora sí que se molestó conmigo... y a tí no puedo llamarte, porque no puedo hacernos eso... mereces ser feliz, con alguien que no sea tan dañina como yo lo soy.

-Volviste temprano -dijo la voz de Jessica dentro del apartamento.
-Si...
-Es la tercera cita que tienes y la tercera que vuelves intacta... sigues apestando a tu carísimo perfume.
-¿Y es eso malo? -preguntó Carla-. Según yo, habla bien de la marca.
-Me refiero a que no has tenido sexo, Carla.
-No busco tener sexo en la primera cita Jess -dijo Carla. <Claro, por eso me follé a Samuel en el baño del Barceló en la primera 'cita'> dijo su cabeza y Carla se calló a si misma.

-Bien, siéntate y cuéntame que tal fue -dijo la mexicana palmeando el asiento junto a ella en el sillón. Carla se acercó.
-No estuvo mal -dijo Carla-. Fue decente.
-¡Hija, pero eso ya es progreso! -celebró la mexicana-. Digo, no es un 'estuvo genial', pero es más que de los anteriores.
-Supongo.
-Okey, ¿Por qué no te veo echarle ganas a las citas? ¿Vas a volver con ojitos de capulín? -preguntó Jessica haciendo sonreír a Carla inevitablemente, cuando la rubia le había enseñado a Jessica una foto de Samuel, ella enseguida le había puesto de apodo 'ojos de capulín'... ¿Es que todas las mexicanas ponían apodos, o solo las que ella conocía?

-Tengo planeado ir a Madrid en las vacaciones si no estamos muy atareadas con la escuela, tal vez hable con él -admitió Carla y Jessica vio ese brillo en los ojos de su amiga, sonrió.
-Bien, si tan convencida estás, deberías dejar de salir con chicos entonces...
-Hasta que dices algo bueno -bromeó Carla.
-Debes contarme todo nada más volver -dijo Jessica emocionada-. Sería genial conocer al chico que prepara los mejores macarrones de Europa y por los cuáles Carla Rosón se muere.

Carla rió abiertamente.

-Pobre de tí si le llegas a mencionar alguna vez a Samuel que yo dije eso -dijo Carla.
-¿Por qué?
-Porque a él le dije que eran asquerosos... No iba a admitirle que me encanta como cocina.
-Pero si todo el tiempo comparas todo lo que comemos con lo que él cocinaba -reclamó Jess.
-Vale que sí, pero él no tiene porqué saber eso.
-Okey, yo no digo nadita de nada -sonrió Jess al mirar feliz a su roomie.