Samuel y Lu

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Septiembre 2022

Lucrecia había aprendido muchas cosas con Samuel, pero si había una de la que estaba muy orgullosa, era de haber aprendido a andar en bicicleta... de niña nunca le habían enseñado y ella realmente nunca había tenido la necesidad de aprender. Así que el día que Samuel llegó emocionado con ese regalo, ella no estaba emocionada; ahora le agradecía ese medio de transporte.

Llevaban casi tres meses en Barcelona, los meses más tranquilos de la vida de Lu, la única con quien había mantenido contacto había sido Mencía, con quien charlaba seguido, aunque no tan seguido como con Raquel, con quien había solidificado una fuerte amistad, Raquel era tan explosiva y espontánea como ella misma y eso las había hecho llevarse bien enseguida, solían juntarse mucho para charlar tanto con Samu y Ares como solamente ellas y Lucrecia realmente llegó a confiar en ella.

Lo que sí es que Raquel era totalmente diferente a Carla, posiblemente por eso fue que Lucrecia pudo darle toda su confianza, Raquel era transparente, su mirada no mentía y Lucrecia necesitaba eso, honestidad, sinceridad... alguien de quien supiera qué esperar.

Iban de camino a encontrarse con Ares, Raquel y algunos amigos de ellos en casa de Ares cuando de repente Lucrecia se desvió hacia la Plaza de Catalunya, Samuel sin más remedio la siguió, cuando la vio abandonar la bicicleta a un lado y correr, él rescató el vehículo de la mexicana antes de seguirla.

Encontró a Lu agachada frente a un enorme perro negro abrazándolo. Fue una escena extraña, pero aún así, le dio tanta ternura que terminó tomándole una foto antes de acercarse a ella.

—¿Se puede saber qué fue eso? —inquirió Samuel mientras ambos retomaban su camino a la casa de Ares.
—Tuve uno hace mucho, el mío era blanco, un caniche blanco... Val lo pintó de rosa y después de eso mi padre no volvió a permitirnos perros, ese me recordó al mío por alguna razón.

Samuel no preguntó más porque a Lu aún le costaba abrirse y no sería él quien presione a la mexicana, al llegar a la casa de Ares, se encontraron con Raquel quien fue a recibirlos encantada.

Raquel tenía un amigo, Yoshi. Pero el chico no parecía realmente de acuerdo en que Raquel saliese con Ares, así que se habían distanciado desde hacía un año, pero Raquel necesitaba un un mejor amigo con el cual charlar y de preferencia que estuviera cero interesado en ella, fue por eso que, cuando Samuel había llegado a la vida de la castaña, ésta lo había proclamado su nuevo mejor amigo y Samuel cumplía la función a la perfección, estando ahí siempre que ella necesitaba hablar de algo... un plus para Raquel, era que con Samuel podía hablar sin pena ni vergüenza sobre el sexo con Ares, ¿Cómo había logrado esto Samuel? Simple, contándole él a ella acerca de su relación con Carla, dándole detalles que le negó a la propia Lu.

La parte buena y divertida es que Samuel también se volvió muy amigo de Ares, por lo que era chistoso verlo a veces entre la espada y la pared.

La reunión había sido en honor de que se terminaban las vacaciones y Ares se iría a Estocolmo por seis meses de nuevo antes de que pudiesen juntarse todos de nuevo. Samuel y Lu se habían adaptado bastante bien al grupo para sorpresa de todos menos de Raquel y Ares que ya conocían la historia de los chicos.

—La vida se empeña en colocarte en la Élite española Samu... primero en las Encinas, ahora en Barcelona.
—¿Extrañabas el ambiente? —inquirió el chico ala mexicana.
—Debo admitir que este sano ambiente me agrada... pero no extraño a la Lucrecia que andaba siempre con una margarita en su mano -admitió la chica.
—¿Entonces no tomas? —interrumpió la voz de Raquel—. Creí que solamente era para quedar bien o algo.

—Tomaba... en mi vida diaria no podía faltar una copa... pero desde que tengo que cuidar totalmente de mi misma, me di cuenta que eso no hace más que dañarme y no quiero que sea Samuel quien cague con mi peor versión de borracha, no lo merece.
—¿Que hace la realeza de Madrid de mediobecada en Barcelona? —inquirió Marcos y todos lo miraron, especialmente Lu y Samuel—. Existe Internet... Lucrecia Montesinos organizaba las mejores cenas de beneficencia en Madrid.

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