Capítulo 7.

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Cuando llegó a su casa, justo antes de abrir la puerta, se revisó meticulosamente la ropa, olisqueando su chaqueta y camisa, buscando encontrar algún indicio de olor a cigarrillo que, al no encontrar aroma alguno, procedió a entrar a su casa sin más dilación. Lo primero que pudo divisar fue a su papá recogiendo algunos platos de la pequeña mesita principal que se hallaba en la sala, debido a la reunión que Eric había tenido en su casa.

-Caín que bueno que llegaste pronto, iba a pedir la cena. Dime, ¿Qué quieres comer? -habló el castaño con un tono sumamente cariñoso, recibiendo a su lindo hijo el cual, al acercarse a su papá le brindó un gran beso en la esponjosa mejilla del mayor, en forma de saludo.

-Mhn... -llevó una mano a su mentón sosteniéndolo levemente, fingiendo una meditación muy profunda, que por supuesto no le duró mucho. -¡KFC obviamente! -contestó inmediatamente de manera bastante efusiva. A Caín solía encantarle el pollo frito tanto como a su papá, era su comida favorita y eso le producía un cúmulo de ternura al gordito mayor. Eran una de las pocas cosas que creía, había heredado de él.

El castaño río un poco ante sus pensamientos, mientras alzaba su mano alcanzando la mejilla del menor acariciándola levemente, ese punto de tener que mirar hacía arriba porque su hijo era más alto que él, lo divertía un poco.

-De acuerdo, ya lo pido. -Caín simplemente asintió para poder ir a sentarse en el sofá, viendo como su papá llevaba los platos que anteriormente había recogido a la cocina. Vaya que había sido un día muy largo y bastante misterioso, pero sin duda alguna sabía que tenía que retomar su investigación, a pesar de pensar que debía ocultarlo de su papá lo mejor posible. Caín sabía que él tendría las respuestas exactas que necesitaba, porque si no fuera así, ¿Por qué entonces le ocultó muchas cosas, en tanto tiempo?, debía admitir que él también colaboró con esa ignorancia a su perspectiva, pero esa espina se incrustaba cada vez más en él como las palabras del desconocido que había escuchado hace tan solo unas horas.

Realmente, no sabía mucho sobre la urdimbre de pensamiento del pasado que poseía Eric Cartman. Él no solía mencionar cosas a destacar; eran muy pocas las veces que mencionaba algo con respecto a la familia, a su niñez o en cómo se volvió en un tan aclamado Chef de la universidad más prestigiosa y costosa de Colorado, a pesar de que solo se dedicaba a estudiar y cuidarlo a él; no buscó un trabajo hasta después de que culminó su carrera, ¿De dónde había salido ese dinero?, no tenía idea.

Las cosas que solía mencionar eran muy puntuales, vagos recuerdos que le solía contar de la nada, como esa vez que le comentó que cuando era niño se disfrazaba de mapache para combatir contra el mal del pueblo, pero se terminaba peleando con su tío Kenny por la invisible popularidad que tenían; o el hecho de mencionar a una abuela que había tenido, pero que lamentablemente murió cuando él se encontraba a un mes de nacer, y por ello no pudo conocerla. Su papá se ponía realmente triste al recordarla, porque la extrañaba mucho, eso era sumamente deprimente verlo llorar por su mamá, aquella mujer que solo había hecho lo posible por cuidarlo sola, sin ayuda alguna.

Eran anécdotas muy consistentes, y podía notar que ninguna de ellas pecaba por falta de información, eran completas. No habían personas fantasmas que le hicieran dudar de la veracidad de sus recuerdos, o quizás sabía ocultar esos huecos argumentativos muy bien para que Caín no notara cosas detrás de sus palabras, como siempre solía hacer. Soltó un suspiro pensando en lo que tendría que hacer, y como le sacaría la información de manera pasiva; solo esperaba que su papá no se diera cuenta, y le volteara sus planes.

-... Oye papá, hoy conocí a alguien interesante. -al ver como el mayor regresaba decidió comentar casualmente, empezando a buscar algunas señales; -¿Sí?, ¿Qué tan interesante? -su papá se sentó en aquel sillón, a su lado, prestándole toda la atención del mundo. Si bien sabía, Eric no se podía considerar como el mejor cuidador del mundo porque se la vivía de prejuicios, como todo un viejito criticón racista, pero ese ser había hecho todo por él y eso lo sabía muy bien el joven de pecas, porque ha visto a ese arrogante hombre bajar la cabeza en situaciones en las que no tenía nada que ver por culpa de su pelirrojo hijo, tenían una buena relación a pesar de todo.

CICATRICES | Kyman | South park.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora