Capítulo 8.

448 57 45
                                    

Caín no podía evitar ponerse a pensar en lo impropio que se había vuelto el comportamiento de su papá gordinflón en aquellos días, después de mencionarle lo de aquel hombre. Le había prohibido bastantes cosas, como el hecho de que ya no podía salir con la libertad que antes poseía, además de entretenerlo con la escuela; no podía faltar a esta cómo solía dejarlo hacer de vez en cuando. Caín notaba esto con precisión debido a que no había podido investigar más sobre aquella foto de la casa de sus tíos. Eso le ponía los pelos de punta al pelirrojo, le molestaba que su papá actuará como si nada pasará, y cuando le preguntaba si estaba castigado de alguna manera, él le respondía que no, que lo estaba cuidando. No entendía una completa porquería de lo que estaba sucediendo, tampoco podía quejarse con sus tíos porque ellos estaban del lado de su papá y Violet simplemente no entendería la situación. Se sentía tan confundido, y solo... Eso lo tenía tan mal y desesperado, el no sentir la confianza de su papá lo hacía sentirse con una gran desazón.

Lo único que solía reconfortarlo era recordar la seguridad de esas palabras del hombre pelirrojo, que cada vez más rondaban por su mente, una y otra y otra vez. Tenía que hacer algo, tenía que parar con todo esto porque no le gustaba en lo absoluto como lo trataban de ignorante, se sentía tan estúpido, y necesitaba dejar de sentir aquella presión que hacía auge cada vez más profundo dentro de su pecho.

No sabía que hacer, estaba a nada de trasegar en un limbo sin fin, o eso creía él. No tenía a nadie para buscar algún apoyó, y sin más opciones, quiso buscarlo, quizás el de la bufanda verde sabría que decirle, de manera vaga deseaba poder encontrarlo. Así que, como lo piensas, en esos momentos el jovencito pelirrojo se encontraba corriendo hacía aquel parque en búsqueda del hombre con el que se había topado, y es que realmente no entendía esa necesidad de encontrarlo; quizás era porque nunca lo había visto en su vida, y ese misterio lo había enganchado, de alguna manera. Si su papá no lo entendía, ¿A quién más acudiría?, a nadie.

Se había terminado escapando con alta gracia de su habitación, bajando por unas enredaderas con las que su papá había adornado la casa para darle un toque más natural o "vegano" cómo solían decirle.

Se sentía a nada de explotar por aquellos sentimientos que lo carcomían internamente, por aquellas dudas que solo incrementaban cada vez más y sabía que no podían darle las respuestas en bandeja de plata, pero quería no sentirse tan incapaz.

Cuando finalmente llegó a aquel parque no pudo ver más nada que la soledad y oscuridad que adornaban aquel lindo lugar, lógicamente no habría nadie allí. Era tarde, bastante tarde, sin embargo, no tenía otra manera de buscarlo y ver aquel desolado lugar solo lo hacía perder sus esperanzas, se sentía atrapado.

—Hey Bubbala. ¿Qué haces por aquí? —escuchó aquella voz ronca que lo hizo saltar del susto, volteando hacia Broflovski el cuál se encontraba con aquella bufanda verde a mitad del rostro nuevamente. —¿No sabes que te pueden secuestrar?

—... En estos momentos no me importaría en lo absoluto. —al darse cuenta de que era aquel hombre, su compostura se relajó inmediatamente, sintiéndose aliviado de la coincidencia. —¿Por qué me dices Bubbala?, ya sabes mi nombre.

Escuchó a aquel pelirrojo reírse con ganas por el aparente susto que le proporcionó al jovencito. —... Es bastante simple, me recuerdas a mí cuando era más joven. Mi mamá solía decirme así. —murmuró viendo con diversión al pelirrojo joven. —¿Qué te trae por aquí tan tarde?

—Quería hablar contigo, necesito que me aconsejes de alguna forma. —Kyle alzó una ceja, curioso por aquella demanda que el jovencito le estaba decretando. —mi papá está tan extrañamente sobreprotector. Sé que intenta cuidarme, pero me está tratando como un ignorante. ¡Y ya no quiero! —el jovencito empezó a desesperarse nuevamente por los sentimientos que lo estaban ahogando a más no poder y esto, Kyle lo pudo notar a simple vista; parecía que le iba a dar una crisis en ese mismo instante, si no es que ya la tenía. Ciertamente, era un jovencito desconocido que necesitaba de alguna ayuda. También sabía que, con su racha criminal, cualquiera creería que estaría tramando algo malo, pero realmente solo se le hizo fraternal aquella búsqueda de confort y seguridad en él, así que sin una real malicia procedió a decir; —... Mhn, ¿Por qué no me acompañas a tomar algo y te desahogas?, Así me hablas de lo que te tiene tan desesperado. —Caín no se detuvo a pensar en nada, ni en consecuencias, ni en una posiblemente muerte, asintiendo rápidamente para empezar a seguir al mayor en su caminata.

—Gracias. —murmuró el menor, para después empezar a soltar con exasperación aquello que lo estaba molestando, sabiendo que el adulto era todo oídos ante aquel muchacho. —intenté brindarle mis dudas a papá, pero no funcionó, más bien me sacó información a mí. Hubo una cosa que aparentemente no le agradó y ahora me tiene completamente sometido. No me deja salir a ninguna parte, no me deja buscar lo que quiero encontrar, está siendo un obstáculo.

Kyle se puso a razonar esas palabras, recordando levemente que aquella situación se le asemejaba mucho a cuando Butters estaba al cuidado de sus padres y se la pasaba castigado. Soltó una carcajada por la ironía de aquel escenario ganándose una dura mirada por parte de Caín. —no me mires así, simplemente me dio gracia. Cuando has estado en la cárcel, eso no se te hace un gran castigo, ¿Sabes?

—¿Qué?, ¿Has es-estado en la cárcel? —el menor se detuvo un momento para asimilar aquella información. Quizás no fue buena idea irlo a buscar.

—Se podría decir, porque buena persona no he sido. —la duda ya implantada comenzaba a tener poder. Estaba considerando seriamente si seguir o no a ese tipo. —volviendo al tema, si tu papá lo sabe y te está ocultando todo, te diría que deberías enfrentarlo directamente; ya sabes hablarlo con él, exponerle las preguntas y respuestas que tienes con ello. Eso suaviza mucho su carácter porque se enteran de que lo sabes y se sienten humillados, no tienen más opción que decirte la verdad, Bubba. —comento observando como el menor procedía a volver a caminar por detrás suya, con un pequeño sonrojo por el apodo cariñoso que le había dado. Sonaba muy extraño, pero sentía que se complementaban bastante bien.

Llegaron a una linda cafetería que se encontraba abierta hasta bastante tarde, los Tweak no descansaban ni por un segundo del café, eran realmente unos psicóticos. Al entrar se encontraron con un muchacho rubio de ojos verdes, con un porte bastante amargado, era el hijo de Tweek; él veía cómo los dos pelirrojos se acercaban para pedir café y un brownie por parte del menor.

Ambos se sentaron en una de las mesas que tenían vista hacía la ventana, dejando ver un paisaje gobernado completamente por la oscuridad.

El menor decidió responder finalmente aquello que le había aconsejado el adulto que lo acompañaba. —... Tal vez puede que funcione, pero verás que mi papá es muy volátil y cuando lo molesto demás, me deja de hablar.

Broflovski frunció el ceño ante esa característica, sé le hizo terriblemente conocida, sin embargo, lo dejo pasar, cualquier persona podría tener esa actitud tan infantil ha de admitir. —si quieres que las cosas se solucionen y te deje de mentir, debería enfrentarlo a pesar de todo. —el rubio amargado que los había atendido anteriormente les dejó el pedido de ambos en la mesa para proceder a retirarse.

Broflovski tomó la taza de café con una mano observándola lentamente. —permiso. —Kyle se bajó la bufanda hasta su cuello, dejando ver su rostro completamente. Dejando ver esa cicatriz, esa era la maldita cicatriz de aquel muchacho de la foto.

Caín abrió sus ojos completamente sumergidos en su sorpresa, apreciando a la ya no tan pronunciada cicatriz en el rostro del mayor, el cual tranquilamente le daba sorbos a su taza de café. El mundo lo andaba jodiendo, cuando decía que quería tener las respuestas en bandeja de plata, no se refería a esto.

Todo lo que se había apaciguado en su interior, volvió a resurgir con una paroxismal presión, sin embargo, a pesar de aquello, tomo valor para responder; —... De-Debería. —tenía que preguntar, tenía que encontrar algo. —¿Có-Cómo te llamas?

Broflovski dejo de prestarle atención a su taza de café para ver al jovencito. —que tonto, no me he presentado. —río ante eso, aunque no mentiría, si se le hacía bastante descuidado de parte del chico no haber preguntado eso antes. —me llamo Kyle Broflovski, pero puedes decirme Ky.

Oh mierda, estaba tan jodido.


Palabras: 1475.
Fecha: 14/04/2023.
Buzón de sugerencia aquí;

©Joinju

CICATRICES | Kyman | South park.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora