Capítulo 14.

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—Me tienes que estar jodiendo. — Kyle estaba tan incrédulo por aquellas palabras que le había otorgado su mayor, que no pudo evitar soltar una risa nerviosa, desviando la vista de su madre al chico que estaba a su lado, el cual al escucharlo hablar se le quedó observando tentativamente. Caín realmente no sabía cómo podía reaccionar su "padre Kyle" ante aquello, porque realmente no sabía a lo que se refería su abuela con esas palabras, pero por lo que ha podido captar, ese tema afectaba en demasía a su padre; estaban hablando de él, de su aparente muerte cuando solo era un bebé. Eso lo confundía el doble porque, ¿Acaso era su papá Eric el que los habría querido separar todo ese tiempo?, pero ¿Por qué lo haría?, debía de haber una buena explicación para todo aquello que le dejaba un mal sabor de boca con la aparente culpa de su papá gordinflón, porque Kyle se veía tan débil y extrañado.

En los ojos de Kyle se podía notar la paroxismal confusión que sentía de manera tan renuente, negando con su cabeza inmediatamente porque no podía asimilar del todo aquellas palabras, ¿Cómo era posible? Él recordaba tan perfectamente a Eric en aquel terrible escenario, en el piso de su hogar sangrando y chillando por el dolor que sentía, con el sonido la sirena de una ambulancia de fondo; recordaba el verdadero sentimiento del susto recorriendo totalmente su sistema, temiendo por perder al castaño y a su hijo, para que, recuerdos después sus padres lo interceptarán en el hospital antes que pudiera llegar con el papá de su hijo, diciendo que su bebé estaba muerto. No estaba bien, ¡No estaba bien!, sentía que iba a perder el jodido control de todo si seguía con ese cumulo de emociones.

Le habían dicho que su bebé no había logrado sobrevivir, sus padres... Le volvieron a mentir de manera tan asquerosa como siempre hacían. —Us-Ustedes me había dicho que... ¡Que estaba muerto!, ¿Có-Cómo es posible...? —su voz empezó a flanquear por el nudo que se formaba con rapidez en su garganta, aquello le estaba doliendo tan jodidamente. Y sin dejar de observar con detenimiento las características del chico, poniendo atención por primera vez, más allá de ese cabello fogoso y esos verdes tan analíticos cómo los suyos. Observando la nariz de botón que tenía, su cara algo redonda, rodeada de pecas sutiles qué lo hacían ver adorable, observando sus cejas fruncidas por la confusión, y esos cachetes tan regordetes cómo los de su papá Eric. Sus ojos se volvieron totalmente cristalinos al ver a su ¿Hijo?, Tan claramente. El destino de verdad que era cosa difícil de entender, porque sus encuentros habían sido una total coincidencia... La verdad no entendía porque Caín se la pasaba en aquel parque que solía frecuentar, por la terrible historia que tenía detrás y las cosas que solía recordar en él, como aquella noche de la presentación.

—... Teníamos que protegerlo, y tú bien sabes porqué. —su madre volvió a hablar, frunciendo sus cejas con sus ojos juzgándolo con todas sus fuerzas. Sheila a veces podía ser tan cruel, pero se lo merecía y él lo sabía a pesar de su madre se mostrase con debilidad de vez en cuando.

—Lo sé, pero... Mentirme no era la maldita solución. —Kyle dejó de observar al chico, para dirigirse a su madre mientras que unas lágrimas se empezaban a escurrir de sus ojos; se podía apreciar el rencor vivido en sus palabras, pero realmente solo estaba tan confundido y dolido. —no entiendo cómo sigo cayendo. —murmuró volviendo a ver al jovencito pelirrojo, que no decía palabra alguna. Caín no sabía que hacer, había obtenido un poco de lo que quería, respuestas; dándose cuenta en el acto que su padre realmente no sabía de su existencia, y vaya que la situación se volvía cada vez más extraña, pero, sin embargo, al verlo tan tenso en ese estado de estupor quiso tranquilizarlo de alguna manera, haciendo algo que muy pocas veces le nacía, si no se trataba de su papá Eric.

Rodeo con sus brazos a su padre que aparentemente estaba tan afectado con la noticia, otorgándole un abrazo, que, aunque incómodo, porque Kyle inmediatamente se tensó, le quiso transmitir un poco de tranquilidad. Verlo de esa manera tan exasperada, le hizo inquietarse bastante, sintiendo una presión en su pecho. Kyle se veía tan tranquilo y benevolente que verlo de aquella forma le hizo sentir terriblemente mal, y ese abrazo al parecer funcionó un poco, porque empezó a sentir como ese cuerpo tan tenso se empezaba a relajar de manera lenta.

Unos fuertes brazos lo rodearon con rapidez y bastante fuerza, dándole un abrazo de oso, un tanto tembloroso, pero con algo que parecía ser cariño. No fue mucho cuando empezó a escuchar sollozos de una manera más fuerte, y Caín cerrando sus ojos se dejó hacer, derramando una que otra lágrima por sus ojos. —... Mi pe-pequeño bebé, es-estas vivo. —escuchó la voz entrecortada, haciendo el triste sentimiento contagiará al más joven en esa habitación, uniéndose en el acto, los sollozos de su abuelita también porque si, Sheila no pudo evitar soltar lagrimas por el emotivo encuentro, a pesar de que sabía que no estaba bien. —Pa-Papá. —entre sollozos comentó Caín, mientras levantaba la vista viendo aquellos ojos esmeraldas del cuál escurrían lágrimas sin parar. —¿Sí?

—¿Dónde estu- —unos concisos y fuertes golpes resonaron en la puerta de aquella casa, distrayendo a los Broflovski de su tan emotivo reencuentro. Caín ya se estaba hartando de que los interrumpieran.

—Yo iré. —Sheila se ofreció viendo como el jovencito no quería soltar a su padre, de lo tan aferrado que estaba a Kyle.

Limpiándose rápidamente las lágrimas se levantó, dejando su taza de té en una pequeña mesita que tenía al lado de su sillón individual, yendo a abrir la puerta, que cuando lo hizo, no pudo evitar tensarse una vez más. Sabía que con esa persona allí, definitivamente iba a suceder una hecatombe de emociones. Tras esa puerta se encontraba un gordito hecho una furia. —... Eric.

—¿Dónde está mi hijo, Sheila? —el castaño hizo lo posible para no gritarle, porque sabía que debía guardarle respeto por todo lo que ella lo ayudó a él y a su bebé, pero en esos momentos no estaba lo suficientemente cuerdo para razonar. —... Con Kyle. —la anciana se hizo a un lado de manera rauda dejando pasar al progenitor de su nieto, el cuál rápidamente empezó a escanear con la mirada el interior aquella casa, haciéndose un poco a la nostalgia por el hecho de que él había habitado ese lugar por un buen tiempo.

Cuando su mirada se enfocó en los dos pelirrojos que se encontraban aferrados el uno al otro, no pudo evitar que toda su cara se pusiera completamente roja por aquella escena, no podía creer la magnitud de blasfemias que su hijo le había brindado y el descaro con el que Kyle pretendía que nada malo había pasado.

—Caín, suelta a ese judío de mierda ahora mismo. —murmuró con rencor viendo cómo su hijo caía en cuenta de su presencia en aquel lugar, cosa que hizo encoger al adolescente, aferrandose aún más al Broflovski mayor. Nunca había visto a su padre tan enojado y eso le estaba dando mucho miedo.

Análogamente, Kyle abrió sus ojos de manera sorpresiva al escuchar esa voz, enfocando al dueño de esta. Viendo que era aquel ser que tan psicóticamente amaba, aquel dueño de sus onirismos, el papá de su hijo. Su Eric Cartman... Con tan solo verlo, no pudo evitar perder aquel control del que tanto alardeaba, teniendo aquellos malos sentimientos nuevamente, desplazando la linda melancolía del reencuentro.

Debajo de aquella bufanda, en aquel rostro tan terrorífico se dibujó una sonrisa bastante demoníaca a pesar de sus lágrimas, algo cambió dentro de Kyle. —mi amor. —dijo con ese tono tan inusual y lascivo que utilizaba con ese apodo, dirigido única y exclusivamente a su gordito culón, pero por supuesto, el único que notó la sevicia en aquello fue ese castaño. Él lo sabía, y eso lo volvía tan loco. 


Palabras: 1355
Fecha: 02/05/2023.
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©Joinju

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