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Pedro...

Era de noche, hacía frío y mis huesos dolían, esto de ser un actor reconocido tiene sus desventajas. No todo era felicidad. Podía sentir el amor de las personas hacía mi, pero cuando llegaba a casa después de un turno muy cansado nadie llegaba a casa para recibirme más que mi mascota, Lisha. Ya estoy algo viejo para andar de novio con alguien, pero siempre soñe con tener a alguien a quien cuidar, consentir y darle todo mi amor. Las personas de ahora sólo buscan una buena noche y dinero, pero yo busco algo más, no necesito saber que soy amado, porque lo sé, sólo necesito a alguien que este ahí para mí y que me de cariño. Sólo necesito a alguien que me ame de verdad.

-Pedro, Pedro!
-Mande?
-La escena terminó desde hace tiempo, no quieres ir a casa?
-Si. Lo siento, estaba un poco distraído.
-Un poco?
-Sólo me iré a casa. Nos vemos mañana.
-Mañana es sábado, descansas bobo.
-Es verdad, hasta el lunes. Pasa linda noche.  -fui corriendo hasta mi auto, entre en el y prendo la calefacción. Mi casa estaba algo lejos del estudio, así que sería un viaje más o menos de una hora y media. Mientras iba en carretera puse un poco de música, me relajaba y desestresaba un poco.
La luna se miraba muy linda desde aquí, iba tan distraído viendo la luna que cuando regrese la mirada a la carretera vi un bulto tirado en medio de esta.

- Qué carajos!!

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Sam...

Salí corriendo de mi casa, no seguiría  soportando los abusos de mi madre. Todo el tiempo me echaba la culpa de que papá nos había abandonado por mi culpa. Llevaba días estando encerrada en mi habitación sin comida, sólo agua, era mi castigo por no llevar el dinero suficiente para cumplir sus caprichos. Esta no es la vida que desee desde pequeña, esta no es la vida que alguien merece vivir. Cuando por fin me dejó salir de la habitación no lo pensé dos veces y salí corriendo. Al principio ella venía detrás de mi, después paro y regreso por el auto. Corrí y corrí hasta perderlas de vista, no quería sorpresas así que seguí corriendo hasta que llegue a una carretera algo abandonada. Seguí caminando, mis pies ya no daban más pero tenía que seguir. De un momento me empecé a sentir algo mareada y mi visión se volvía borrosa, después vi todo negro y no supe más de mi. Tal vez había quedado muerta en medio de una carretera o algo así,  preferiría morir antes que volver a esa casa.



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You can be my daddy (Pedro Pascal)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora