#25

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Pedro...


Empezamos a comer lo que según Isaac había cocinado con sus propias manos. Sabía bien, extremadamente bien como para que él lo haya cocinado.


-Estás seguro que tú lo cocinaste?

-Claro. Me ofendes con esas preguntas tontas. -Isaac me miró muy indignado.

-Estás seguro?

-Lo haya cocinado yo o no, cómetelo.

-Le quedo muy bueno señor Isaac. 

-Ves, ella si sabe apreciar las cosas buenas.

-Por eso me aprecia. Me ama, y a ti no. -Le saque la lengua y él me aventó un brócoli -Con la comida no se juega!

-Ella me ama más que a ti. Verdad que sí, Sam!

-No es verdad, ella solo te quiere porque eres feo.

-Entonces ella a ti te tiene lastima.

-Sam, a quién amas más? A él o a mí?

-Sí Sam, escoge.

-Porque mejor no abrimos los regalos?




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Sam...


El ambiente era para reirse hasta morir de un paro cardiaco. Ellos pelean más que unos niños pequeños. Para no crear más problema, decidí esquivar el tema y mejor abrir los regalos.


-Toma, este es de mi parte. -El señor Isaac le entregó una bolsita. Dentro de esta, venían los dulces favoritos del señor Pedro, junto con unos audífonos inalámbricos.

-Muchas gracias Isaac. Te amo. -El señor Pedro fue hasta el señor Isaac y le dio un beso en la frente.

-Este es de mi parte. -Le di mi regalo. Al parecer le gusto mucho, pues no dejaba de abrazarla y agradecerme. -La carta la puede leer después? Me daría un poco de pena si la lee en estos momentos.

-Claro que sí linda. Vengan los dos, abrazo grupal.



Nos acercamos al señor Pedro y le dimos un gran abrazo. Ahí supe que este es mi lugar, mi familia.



-Lo queremos señor Pedro.

-Y yo a ustedes pequeños traviesos.


Terminamos nuestra velada en casa del señor Isaac, pues estabamos muy comodos platicando y jugando.



...


-Y si nos metemos a la piscina?-Preguntó el señor Pedro.

-Tienes razón. Además, está haciendo algo de calor. 

-Vienes Sam.

-No tengo más ropa. -Dije algo apenada.

-Sí, de hecho, algunas prendas tuyas se quedaron ahí. 

-Okey. Vamos.


Los tres fuimos a la piscina. El señor Isaac se aventó y el señor Pedro se echó un clavado. Por mi lado, me fui metiendo poco a poco, pues no era muy buena nadadora que digamos.

You can be my daddy (Pedro Pascal)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora